Capítulo 29

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Maratón:

3/?

Jimin había comenzado a caminar sin rumbo fijo. Por más que intentaba tranquilizarse no lo conseguía. Buscaba a Jungkook sin éxito. Era un infierno saberlo lejano y resentido contra él. No... no quería hablar con nadie, ni ver a nadie...excepto a él. Si tan sólo pudiera encontrarlo... 

¿Podría acaso haber entre ellos algo más que frialdad y distanciamiento?

En las sombras de la noche volvió a ver una cara, pero no era la que buscaba. Era el rostro del hombre que lo había atacado. Jimin comenzó a correr, pero de nuevo el maleante lo alcanzaba sujetándolo por la cintura

El hombre lo jalaba violentamente contra de sí y el pelinegro trataba en vano de soltarse. Quería gritar pero no podía. Jadeando, trataba de defenderse y el hombre, disgustado por la reacción de él, lo golpeaba dejándolo inmóvil. No podía mover ni un dedo, pero aún era capaz de ver y escuchar

El hombre lo tiraba al suelo y luego se echaba sobre de su cuerpo. Jimin vio entonces que por una metamorfosis extraña el rostro del hombre había rejuvenecido y sus ojos grises se había vuelto marrones, con un brillo lascivo que lo asustaba

- No quisiste ser mi esposo... – Le decía el hombre de los ojos cafés y su voz no era otra que la de Jaebum

 – Ahora serás lo que yo quiera. Te voy a tratar como el puto que eres...

El joven heredero quería gritar de horror y de asco, pero su voz no le respondía mientras veía con angustia cómo Jaebum le rasgaba la ropa y empezaba a manosearlo grotescamente, lastimándolo con cada toque

- Jungkook... – Empezó Jimin a balbucear entre llantos

- ¡Jungkook! ¡Jungkook!...- Pudo al fin gritar horrorizado

En medio del silencio de la alcoba, el ruido de la puerta que se abría sin previo aviso se oyó en la lejanía

- ¡Jimin!... – Lo llamó una voz cuyo timbre le resultó familiar... aunque era apenas un susurro

- ¡Jimin! ¡Despierta, Jimin!... – Le volvió a llamar Jungkook sacudiéndolo suavemente. el ojiverde, sobresaltado, abrió al fin los ojos con el terror reflejado en ellos

Sentado junto a él estaba Jungkook en persona, con esos ojos azules que Jimin esperaba volver a ver fríos y distantes mirándolo ahora con preocupación. Por un segundo el corazón del pelinegro se mantuvo en vilo. Le bastaba verlo para sentir que se le dislocaban los cimientos de la ya muy escasa entereza que le quedaba después de la pesadilla

Sin poder controlar las lágrimas que le nublaron la vista ni el estremecimiento interno, Jimin se olvidó de todo refugiándose en los brazos de su esposo que lo recibió en ellos con desconcierto mezclado de inesperada alegría

- ¡Dios mío, Jeon!... ¡Estás aquí, mi amor!... – Le llamó Jimin llorando mientras hundía el rostro en el pecho del castaño. El aroma de Jungkook pronto le inundó los sentidos, reconfortándolo lentamente. De pronto parecía que los problemas habían desaparecido

-Ha sido sólo una pesadilla, Jimin... – Le dijo él abrazándolo

– No pienses más en ello....

Por su parte Jungkook no sabía ni qué pensar. Su mente hizo un débil intento por entender lo que estaba pasando pero las circunstancias no le permitían coordinar ninguna conclusión coherente. Las múltiples emociones vividas en las últimos días, el relajamiento físico y mental que seguía siempre después de que montaba por largo rato y la suavidad del cuerpo de Jimin apretándose contra el suyo no lo dejaban dar sentido a las cosas

LA TRAMPA DEL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora