Soukoku. OTP Challenge

In formal wear

Usando ropa formal❣️

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—¿Me veo bien? —preguntó Chuuya al salir del baño.

Vestía un smoking color azul que, de alguna formal, hacía que su cabello resaltara más. Le quedaba a la medida, reluciendo sus fuertes piernas y sus caderas. Su cabello había sido recogido en una coleta pero dejando caer algunos cabellos rebeldes por su rostro, dándole ese toque tan propio de él. ¿Qué si se veía bien? Si no tuvieran una boda a la que asistir, Dazai ya lo hubiera cargado y llevado a su cuarto.

—Hmm, da una vuelta —fue la respuesta del castaño, quien solo quería seguir admirando al hombre más guapo del universo que tenía justo en frente.

Chuuya dio una vuelta y Dazai pudo apreciar su hermosa retaguardia unos segundos antes de que volviera a estar cara a cara de él.

¿Y si mejor no iban a la boda? Dazai podría decir que se distrajo con un intento de suicidio y que Chuuya se sentía mal...

—¿Y? —volvió a preguntar el pelirrojo, sacando de sus pensamientos al más alto.

—Sí, te ves bastante apuesto. Es más, te pediría matrimonio aquí mismo pero-

—Pero te voy a rechazar porque quiero que eso sea especial y éste no es el momento —acompletó.

Dazai le dedicó una sonrisa de complicidad. A veces era aterrador lo bien que se conocían a pesar de haberse conocido hace tan solo 3 años.

—Bien, ¿y yo cómo me veo? —preguntó ahora el castaño.

Chuuya, como había hecho Dazai, lo observó de pies a cabeza. Él llevaba el smoking negro común, sin embargo, lo hacía ver tan distinto. En él, se veía perfecto y, junto a esa sonrisa de autosuficiencia y con parte de sus risos detrás de una de sus orejas, solo le daban ganas de acorralar al castaño en una pared para comérselo a besos. Con su dedo, le indicó que diera una vuelta justo como él había hecho minutos atrás.

Y así lo hizo. Chuuya entrecerró los ojos al enfocarse en algo. Sí, Dazai no tenía trasero y eso, arruinaba un poco la cosa.

—Se vería estupendo si tuvieras un poco más de nalgas, lástima que no es el caso —le dijo con un tono de diversión en la voz.

—¡Chuuya! —se quejó el castaño, ganándose una risita por parte del pelirrojo.

—Solo estoy siendo sincero.

Dazai le volteó los ojos. Aún le sorprendía ser él el molestado y no al contrario.

—Por cierto —se acordó de algo —, conseguí estos.

Dazai sacó una caja que tenía guardada en uno de los cajones de la sala y se acercó hasta el pelirrojo antes de abrirla. En ella, se encontraban dos relojes que iban a juego. Accesorios de pareja, en otras palabras.

Chuuya pudo sentir cómo sus ojos se iluminaban al verlos. Eran de su gusto. Y eso que ellos no compartían los mismos.

—¿De dónde sacaste estos? —preguntó con sorpresa mientras agarraba uno y se lo ponía. Se veía estupendo.

—Es un secreto —respondió con diversión el castaño, haciendo lo mismo que el pelirrojo y poniéndose el otro reloj —. Bien, ahora estamos listos.

Chuuya le sonrió antes de ponerse de puntas y darle un pequeño pico al más alto en muestra de agradecimiento.

Hoy, deslumbrarían más que la pareja que se casaba.

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