Soukoku. OTP Challenge

In battle, side by side

En batalla, lado a lado❣️.

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—Entonces, ¿el que llegue primero con el jefe hace lo que sea que el otro le pida? —quiso confirmar el pelirrojo.

—Exactamente.

Los dos jóvenes compartieron una sonrisa de complicidad antes de echar la carrera.

La mayoría del tiempo hacían las misiones solo porque sí, Mori se los había pedido y era su obligación cumplir. Otras, las disfrutaban y sacaban ventajas sobre el otro, justo como ahora, que los habían enviado a eliminar a una organización de tráfico de drogas que interfería con las de la Port Mafia y eso, se pagaba con la muerte.

Dazai sabía que estaba en desventaja pues su poder no era para potenciar su fuerza o hacerlo más rápido como el del Chuuya. Sin embargo, tenía un intelecto mayor que le permitía trazar planes en donde se podría permitir matar a cincuenta hombres en segundos. Y así lo hizo.

Las bombas y gritos no tardaron en hacer presencia en aquella gran bóveda.

Chuuya, por otro lado, le gustaba pelear cuerpo a cuerpo con cualquiera que se le atravesase, disfrutar de las batallas que, aunque durasen menos de un segundo, se le hacían divertidas. Sonrió cuando empezó a escuchar las bombas y trampas del otro lado, seguro de que era obra del flojo de Dazai.

Se apresuró en eliminar a todos los hombres que tenía enfrente y, utilizando su poder, llegó lo más rápido posible a la oficina en donde supuso estaría el jefe, encontrándose con la horrible cara sonriente del castaño que ya estaba ahí.

—No deberías entretenerte tanto al pelear, Chuuya, te quita mucho tiempo —comentaba con diversión, observando al jefe que se estaba cagando en los pantalones y balbuceando cosas.

—Tch. Lo que pasa es que no soy como tú de flojo.

La sonrisa del castaño se ensanchó.

—Lo que pasa, es que te gusta estar golpeando y pateando cosas en vez de pensar.

—¿Qué vas a querer entonces? —le preguntó.

—¡Un beso! —respondió el castaño con alegría.

—¡Por favor! ¡No me maten! —Dazai por fin entendió lo que el hombre gordo y asqueroso frente a ellos estaba balbuceando.

El pelirrojo rodeó los ojos, acostumbrado a las peticiones estúpidas del más alto. Con brusquedad, caminó hasta donde el castaño, lo jaló del cuello de la camisa hasta estar a su altura y le beso como había pedido. Un beso lleno de adrenalina y fuerza que Dazai siguió con una sonrisa en cara.

Ni los pasos nuevos que habían interrumpido en la habitación los detuvieron, solo tenían que abrir los ojos, apuntar y disparar a los nuevos intrusos. A Chuuya le hacía gracia, era como si, al estar pegado al castaño, éste le pegara su inmortalidad y por eso nunca le daba un sola bala mientras se comían las bocas.

Se separaron por falta de aire, con la respiración agitada y los labios hinchados.

—Todo tuyo —dijo Dazai para luego salir de la habitación a paso tranquilo.

Chuuya apuntó, observó cómo el hombre gordo estaba bañado en sudor, temblando y hasta podría jurar que se había orinado en los pantalones.

—¿Quieres que lo haga rápido? —le preguntó.

El pobre solo se dejó caer de rodillas, pidiendo piedad y compasión.

—¡Por favor!

—Lo hubieras pensado antes de asesinar a mis subordinados.

Con eso, Chuuya guardó la pistola y caminó hasta él, empezando con un pequeño infierno antes de matarlo por completo. Dazai solo escuchaba los gritos y huesos que se rompían desde afuera, mientras, se fumaba un cigarrillo, esperando a que el pelirrojo no tardara tanto.

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Mil leídas ya, gracias❣️

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