Haciendo algo ridículo🥴
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Si había algo que Dazai y Chuuya odiaban por igual, era tener que ir a pedirle prestada una plancha a la vecina para que sus ropas no se vean arrugadas.
Si no compraban una, era porque la última que tuvieron, el castaño la utilizó para uno de sus intentos de suicidio y terminó echándola a perder. Chuuya no iba a seguir gastando dinero a lo estúpido.
Por lo que, para elegir quién de los dos iba a pedir prestado el aparato, competían en tres jueguitos. Como sería obvio, el primero que ganara dos de tres, se liberaba de tener que lidiar con su vecina molesta y, además, hacer lo que quisiera que el ganador le dijera.
Cada uno escogía un juego y el tercero, era puesto por un conocido de ellos.
El primero, fue el juego de Dazai. Piedra, papel y tijeras.
El castaño ganó por su maldito cerebro y la capacidad de leer a las personas, en especial a Chuuya.
El segundo, puesto por Chuuya. Era prácticamente de flexibilidad. Donde el que llegara más abajo en su split, ganaba. El pelirrojo sabía que Dazai tenía una flexibilidad nula a pesar de ser alto y delgado.
Tuvo que aguantarse la risa cuando observó que Dazai no podía bajar prácticamente nada y él ya se encontraba completamente abierto, tocando el suelo y orgulloso.
—¿Por qué hacemos todas estas cosas ridículas si sabemos que cada uno ganará su propio juego? —preguntó Dazai, parándose con dificultad después de intentar abrirse.
—No sé, tú dime —le respondió Chuuya sin darle mucha importancia.
—Bien, ¿a quién llamamos para que nos ponga el juego decisivo? —preguntó con malicia el castaño.
Ambos sabían perfectamente la respuesta a esa pregunta: Nakajima Atsushi.
...
—¿Otra vez están compitiendo? —preguntó un cansado Atsushi, no le agradaba ser despertado en su siesta.
—Será la última vez, ¿puedes hacer eso por tu superior? —hizo la pregunta del millón que sabía que el albino no podía ignorar.
Chuuya luego le regañaría por manipular al pobre chico. Pasaron varios segundos en donde los dos asumieron que Atsushi estaba pensando, cuando por fin volvieron a escuchar su voz.
—Bien, lo tengo —habló animadamente —. Tendrán que llenarse la boca con agua, el primero que la escupa, gana. Así de sencillo.
Los mayores escucharon con atención y, sinceramente se les hacía una ridiculez pero lo harían.
—Gracias, Atsushi.
—Me dicen quién gana —le pidió antes de colgar.
—¿Empezamos? —se volteó a Chuuya una vez terminó la llamada con su aprendiz, recibiendo un asentamiento por parte del pelirrojo.
Unos minutos después, y los dos se encontraban en el comedor, sentados uno frente al otro y con los vasos con agua a la mano.
—Bien, a la cuenta de tres —indicó Chuuya —. Una... dos...¡tres!
Rápidamente, los dos se llenaron de agua la boca y luego vieron a los ojos. Si no fuera porque Chuuya estaba pensando en todas esas veces en las que Dazai le había sacado de quicio, se hubiera reído al ver la cara de idiota que el castaño había puesto.
Ambos podían notar el esfuerzo que el otro estaba haciendo para no echarse a reír, pues sus sonrisas lo delataban.¿Por qué seguían actuando como niños de diez años?
Lograron calmar sus ganas de romperse en carcajadas a los dos minutos y Dazai tuvo que planear lo siguiente que haría.
Vio una libreta con un bolígrafo a la mano y fue por los objetos, nunca quitando la vista del pelirrojo.Chuuya observó expectante lo que hacía el castaño, cómo escribía algo en la libreta con bastante euforia.
Cuando Dazai volteó la hoja, casi, estuvo apunto de perder. En la nota decía:"Si te rindes, dejaré de llamarte enano y nada de bromas acerca de tu estatura".
Pero Chuuya no se iba a dejar convencer con tanta facilidad. Para su suerte, no era la única libreta con bolígrafo a la mano. Como hizo el castaño, tomó ambos objetos y él también se puso a escribir en ella.
"Si tú te rindes, dejaré de usar mis sombreros y te digo donde tengo escondidas tus cuerdas".
Dazai entrecerró los ojos, pensando en qué la oferta era demasiado buena para ser verdad. No, debía haber truco. Negó con la cabeza para volver a enfocarse en escribir algo para hacer que el otro se doblegara.
Y Chuuya hizo lo mismo cuando vio que su propuesta no fue suficiente.
Al mismo tiempo, ambos voltearon sus libretas y también escupieron el agua en la cara del otro.
En la de Dazai decía:
"Aparte de todo lo que ya te propuse, te dejo ser el activo por un mes y compro el vino que quieras".
En la de Chuuya:
"Sumándole todo lo anterior, te dejo vestirme como quieras y pienso seriamente acerca del suicidio doble que me propusiste antes".
Lo que ninguno de los dos mostró, fue la notita detrás de las propuestas donde ponían:
"No pienso cumplir nada de lo que propuse".
Ahora, lo que sí sabían, era que ambos habían perdido.
—¿Qué procede? —preguntó primero el pelirrojo.
Dazai suspiró.
—¿Vamos los dos?
A Chuuya le dio gracia el solo imaginar la cara de estupefacto que pondría la señora al ver a los dos jóvenes en su puerta.
—Bueno, está bien.
...
—Lo de las propuestas er-
—No.
Dazai lloró internamente ante la respuesta.
...
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Siguiente: Doing something sweet (Haciendo algo dulce).
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Soukoku. OTP Challenge
Fanfic30 días en donde los bebés vivirán diferentes experiencias, desde abrazos, besos y otras cosas :D Bungou Stray Dogs y las imágenes utilizadas aquí no me pertenecen. Crédito a sus respectivos autores.