Cuento de hadas ( primera parte )

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Érase una vez , un hermoso castillo , con columnas doradas y salones de grandes espejos . En él vivía un príncipe con todo su séquito . Gozaba de fortuna ilimitada y una belleza asombrosa , puesto que casi todas las mujeres del reino le anhelaban con desesperación , pero a pesar de ello el príncipe no era feliz . Siempre se mostraba triste , solitario y pensativo . Se mantenía alejado de todos y apenas hablaba . Era como si para él su mundo se limitara a la soledad y el vacío emocional . Casi nunca mostraba sentimiento alguno . Rara vez cambiaba su expresión seria e impasible . En muchas ocasiones intentaron hacerle reír o que se sintiera mejor , pero los esfuerzos eran inútiles . Aunque agradecía gentilmente la amabilidad de todos , al final volvía a su acostumbrada posición de seriedad . Un día , una anciana llegó a las puertas del castillo , tenía un aspecto horrible . Como llovía incesantemente en forma de tormenta está le pidió cobijo bajo el techo del palacio . El príncipe aceptó y la recibió como a otro de sus invitados . La anciana quedó conmovida ante tal acto , mas notó la frecuente inexpresividad del príncipe . Decidió hablar con el muchacho para saber el porqué de su comportamiento .
- Disculpe , su majestad ¿ Le molestaría que le preguntaste algo ?
El chico la miró y negó con la cabeza .
- ¿ Por qué es usted siempre así de frío ?
El joven quedó en silencio por unos momentos , apartó la mirada y decidió contestar .
- Es solo que … no tengo un sentido para vivir .
La anciana reflexionó breves instantes . Generalmente los príncipes que visitaba la rechazaron por su horrible aspecto , pero este es diferente . Realizando un ágil movimiento con las manos reveló su verdadera forma : una hermosa hechicera cabello castaño corto , vestido rosado y mejillas sonrojadas . La expresión de todos los presentes ( incluído el príncipe ) cambió por gestos de asombro , ya que nadie se esperaba tal hecho .
- Escucha , yo tiendo a castigar el orgullo y la vanidad de muchos .
- Uff , menos mal que tú no eres el príncipe - susurraba un sirviente de pelo rojo y puntiagudo como sus dientes a otro , de expresión enojada y pelo rubio cenizo , también puntiagudo .
- Pero tú eres diferente , sin embargo , no tienes un motivo para vivir , y por eso … - realizó otro movimiento , transformando a todos los presentes en utensilios laborales , y a él en una bestia .
La sorpresa no cabía en el salón . Se contemplaban unos a otros espantados acerca de su nuevo aspecto .
- ¿ Por qué has hecho esto ? - preguntó el príncipe .
- Deberías alegrarte , ahora todos te dejarán solo , como querías .
- ¡ Pero ellos no tienen la culpa ! - señaló a los que se encontraban con él .
La maga rió secretamente , sabía que se pondría así .
- Tranquilo , solo bromeaba . Esto no es un castigo . Verás , no tienes motivo para vivir , pero hallarás uno .
El príncipe no entendía .
- Ten esta rosa , es mágica . Tienes hasta que el último pétalo caiga para enamorarte de una chica , y que ella se enamore de ti . Sí lo logras el hechizo se romperá , si no , seguirás siendo una bestia para siempre .
El hada desapareció , dejando a todos confundidos . Pasó el tiempo , y las esperanzas se fueron apagando , porque ¿ Quién podría amar a una bestia ? En un pueblito cercano amanecía como de costumbre , y la misma rutina de siempre repetían los aldeanos . De una de las casitas más humildes salió una joven , muy conocida sobretodo por su belleza . La piel blanca como la nieve misma , ojos más negros que el azabache , pelo sedoso del mismo color y mirada atentamente dulce . Sala cantando , como es costumbre , mientras saludaba a cada ciudadano y pedía un libro en la biblioteca . Amaba leer , ese era más que su hobbie , su pasión . Es fuerte y decidida , valerosa , gentil y de buen corazón . Todos los hombres morían por ella , pero ese tipo de cosas no le interesaban , prefería el mundo de los libros . Un día se encontraba recogiendo rosas en el bosque . Crecían silvestremente en un claro oculto para muchos .y Son sus flores favoritas .Hacíapausas para leer su más reciente adquisición y después continuaba en su faena . La noche estaba cayendo , y algunos ruidos sospechosos comenzaron a escucharse . Temiendo por su seguridad , la joven montó en su caballo y trató de regresar a su hogar . El bosque era oscuro y poco perceptibles los caminos . Un aullido paró en seco los trotes del corcel . Sin darse cuenta , decenas de lobos los rodeaban . El animal reaccionó con movimientos bruscos intentando escapar . En su desesperación por librarse de las fieras tiró a la muchacha y salió al galope . La joven , ni corta ni perezosa , tomó la rama más gruesa que encontró y emprendió una salvaje lucha contra sus agresores . Por desgracia , estos le superaban en número , y poco a poco las fuerzas le iban fallando . Eran demasiados para una sola mujer , la chica resbaló por la intensa nieve que cubría el sitio , momento que aprovechó uno de los lobos para avalanzársele encima . Todo parecía perdido , mas la intervención oportuna de otro animal evitó la tragedia . La neblina aumentaba por momentos , y la muchacha estaba débil . Observaba entre las sombras cómo lo que sea que fuese esa cosa peleaba salvajemente a mordiscos y zarpasos contra los lobos . Ella se desmayó , entre la agonía y agitación del momento . Abrió los ojos lentamente . Los rayos solares la despertaron en un sitio increíble . Había dormido en una cama extremadamente mullida , con encajes dorados y sábanas tornasoles . La habitación era como la de una princesa y , junto a ella se encontraba el vestido más hermoso que jamás hubiera imaginado . No tenía idea de lo que podía haber pasado , solo recordaba lobos , pánico , oscuridad y una figura misteriosa que apareció de la nada . No sabía si era buena idea tomar el vestido , pero contando que su ropa actual se encontraba destrozada por la anterior situación pensó que quizás al dueño de ese lugar no le importaría , ya que lo dejó a su alcance . Salió un poco asustada , así que tomó el candelabro que se encontraba encima de una mesa y comenzó a explorar  .
- Oh , por Dios , una chica - susurró una voz junto a ella .
La muchacha se volteó varias veces , pero no vió a nadie .
- Hola - volvió a hablar la voz .
- ¿ Dónde estás ? - preguntó sin dejar de mirar a todos lados .
- Aquí , en tu mano .
La joven soltó horrorizada al candelabro verde , del cual venían las palabras .
- ¡ Eh , señorita , espere ! - intentaba llamarla este .
La chica salió corriendo a toda prisa ¿ Cómo sucedió esto ? ¿ Será posible que los candelabros hablen o ella se está volviendo loca ? Paró para descansar un momento y se recostó en una mesita del pasillo .
- Buenos días - dijo cortésmente el reloj que se hallaba sobre esta .
De un brutal impulso la joven volvió a emprender la carrera . No cabe duda , el castillo está embrujado y debía salir de allí . Por el camino varios objetos la fueron saludando llenos de alegría . Aunque no fuera normal , ellos no parecían malos , por lo que la joven dama decidió parar a descubrir el origen de tan interesantes artefactos . No tardó en entablar amistad con cada uno . Todos eran muy agradables . Comenzaron a hablar sobre varias cosas , hasta que una voz los interrumpió .
- ¿ Te sientes mejor ? - habló alguien , del cual solo se podía ver la sombra proyectada en la pared .
Era espeluznante , se veía alto , fuerte , pero por encima de todo dos grandes cuernos le daban un aspecto grotesco y aterrador . La chica se echó un poco hacia atrás .
- S-sí - contestó algo intimidada .
- Bien , te puedes marchar .
Sus nuevos amigos se mostraron muy tristes ante la noticia de su partida , cosa que ella notó . Además , si él la había salvado de una muerte segura , por más atemorizante que parezca , le debía agradecer .
- Gracias por salvarme anoche - dijo un poco avergonzada .
- No es nada .
La joven se llenó de valor .
- Muéstrate a la luz .
- No puedo hacerlo .
- ¿ Por qué ? No me temas .
Su interlocutor suspiró .
- Si yo salgo , entonces tú tendrías miedo .
Este comentario no acobardó a la muchacha , decidida a conocer el rostro de quien la ayudó .
- No te temeré , por favor , solo quiero verte . No me importa como seas .
" No me importa como seas " esa frase le otorgó un poco de valor a él , que salió lentamente tras una puerta encima de unas escaleras . Ella admiró con asombro como energía una figura humanoide . Era como un muchacho , solo que con cuernos , oreja , cola y colmillos . El príncipe esperaba lo normal : gritos , insultos y huídas desesperadas , pero cuál sería su sorpresa al ver que la chica se levantó , caminó lentamente hacia él y con una dulce sonrisa le contestó :
- Mucho gusto , mi nombre es Bella .

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