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¿Dónde esta Aiden? ¡Mierda!

–Mamá... mamá...–corro hacia ella quitando las sogas de sus manos y tobillos–¿Pero que haces tú aquí?

–Thalia...–dice con voz débil y temblorosa.

–Mamá...–murmuro una y otra ves sin poder creerlo–¿Pero que ha pasado? ¿Cómo es que terminaste aquí y así? ¿Y donde e...?

–Está con la vecina.–contesta antes de que pueda terminar–La dejé con la vecina porque iba a ir al mercado y ella tenía mucha tarea por hacer y allí me siguieron unos tipos y... y... luego desperté aquí.

Estaba confundida.

Era más que obvio que la habían noqueado para traerla.

–Dejaron este sobre para ti.–me entrega otro sobre igual al anterior.

Abro el dichoso sobre crema y leo el papel que estaba dentro.

La lealtad de una persona es una de las cosas más difíciles de ganarse, no son perros que obedecen por instinto. Me enorgullezco de todos mis hombres que pelearon a muerte esta noche sabiendo que yo no estaba en los terrenos. Lealtad así no se la gana cualquiera. Ahora ten cuidado, al parecer un soldado no te es tan leal.

Vincent.

Gruño estresada.

Todo se está saliendo de control.

Veo a mi madre asustada y la puerta se abre de momento dándole paso a Aiden. Su mirada y la de mi mamá se encuentran permaneciendo ahí por unos segundos.

–Señora Denvers.–dice asombrado.

Mi madre lo mira y se acerca lentamente a él.

Me sorprende el hecho de que no le sostiene la mirada y baja la cabeza como un niño avergonzado.

Cuando mi madre llega a él no tiene mas remedio que mirarla y para mi sorpresa lo sorprende con una cachetada que hacen voltear su rostro. Lo que hace mi madre luego, me deja aún más perpleja. Toma entre sus manos las manos de él y las rodea con las suyas lo más que puede.

Su mirada se suaviza.

–Mis condolencias por Marta, ella era mi mejor amiga.–dice con una sonrisa triste y veo el rostro de Aiden titubear unos segundos para luego volver a su semblante frío e indiferente.

Responde con un asentimiento de cabeza.

Me acerco a ella y la ayudo a caminar pasando uno de sus brazos sobre mis hombros.

–Vamos mamá, déjame llevarte a casa.

Salimos del edificio y me incomodaba el hecho de que mi mamá tuviera que ver los cuerpos inertes en el suelo. Sabía que hoy no iba a poder dormir. Ni hoy ni en michas noches.

Escuchaba los pasos de Aiden detrás de nosotros y me di cuenta de que nunca presenté mis condolencias respecto a su madre. Nisiquiera he visitado su tumba aunque sé su ubicación. Eso se lo debo.

Cuando salimos del edificio, Tana, Nick y Pos estaban allí reunidos esperando por noticias. A la misma ves que llego Marcus se acerca corriendo.

–Díganme que alguien a visto a Ariel.–su vos tiembla y su pecho sube y baja con velocidad.

El hecho de que si algo le pasaba a Ariel lo tendría en mi conciencia por el resto de mi vida era muy seguro.

Tú (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora