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Mi cabeza dolía y aunque trataba no podía tomar el control de mi cuerpo. Estaba consciente pero cuando intentaba moverme, fallaba.

Recuerdo muy bien lo qué pasó antes de estar así. Recuerdo que había bajado de la habitación de Tana y de momento me empecé a sentir mal en el ascensor. Nunca antes había sentido una sensación tan extraña en mi cuerpo, era como si no fuera yo. Mi corazón daba pinchazos no importaba si respiraba hondo o leve, hiciera lo que hiciera no podía respirar volviéndome ansiosa.

Escuchaba el molesto pitido de la maquina que imagino tomaba mi pulso. Estaba en el hospital cuando colapsé por lo que es muy probable que me hayan llevado a una habitación.

–¿Que tiene, doctor?–escucho la voz de Marcus.

Esperaba que no hubieran contactado a mi madre, yo estaba bien.

–¿La chica a estado bajo mucha presión últimamente? Hicimos algunos estudios y detectamos que tuvo un pre infarto.

Escucho un quejido.

–¿Que?–esta ves escucho la voz de Ariel–Thalia es muy joven para eso.

Poco a poco voy abriendo mis ojos y me sorprende el hecho de que no me duele nada.

Luego de lo que sentí es como si todo se hubiera desvanecido. Al abrir mis ojos estoy algo desorientada pero aún así busco la manera de sentarme.

–Quédate acostada.–dice Marcus.

Niego.

–Estoy bien.

–¿Está seguro de que hizo los análisis bien?–pregunta Ariel–No me creo que tuvo un pre infarto a su edad.

Casi sonrío.

–Aceptaré el cumplido.

No me dolía nada pero si me costaba un poco respirar. Miro al doctor.

–Creí haber escuchado algo acerca de mi corazón.

Asiente y vuelve su mirada a la carpeta en sus manos.

–He leído tu archivo acerca de los medicamentos y las dosis que te dieron en el internado.–levanta las cejas–En ese momento te pudieron haber ayudado pero imagino que no les importó el daño que te podía generar en un futuro el uso constante de sedantes y analgésicos.

Hay un momento de silencio y tomo una bocanada de aire bastante intensa debido a la fatiga.

–¿Puede ir al punto, por favor?

Su mirada me encuentra y me es imposible descifrar lo que dicen sus ojos, imagino que ha tenido que dar tantas noticias que ya se ahorra el transmitir algún sentimiento.

–Los medicamentos que te dieron y la dosis que te administraron tuvieron graves consecuencias en un futuro.–cierra su carpeta–Digamos que tu corazón está un quince por ciento más débil que el de una persona corriente. Sin el medicamento adecuado me temo que un infarto podría subir a un apagón cerebral.

Marcus tiene que aguantarme cuando sin darme cuenta mi cuerpo casi cae de la camilla. Me llevo una mano al pecho y respiro con dificultar.

–Thalia tranquilízate.–Ariel viene por el otro lado de la camilla y aparta el cabello de mi rostro–Esto es exactamente lo que tienes que evitar.

Aunque no decían nada sus rostros estaban muy preocupados y eso me asustaba.

–¡Traigan unos tranquilizantes!–anuncia el doctor.

Me dan unos minutos para calmarme y luego escucho lo otro que tiene por decir.

–Debido a que no estamos en el principio de la situación va a ser difícil lograr el estado normal. Necesito que compre los medicamentos lo antes posible para evitar una tragedia.

Tú (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora