37

964 62 12
                                    

Estaba tan concentrada en lo mío que me sorprendí cuando sentí dos manos rodear mis caderas y juntarse en mi vientre, abrazándome por detrás.

–Dime que tengo que hacer para tener esto todas las mañanas.–susurra en mi oído.

–Vas a tener que hacer un gran esfuerzo para ganarme.–bromeo sonriendo.

–Estaba hablando del desayuno.–volteo mi rostro para mirarlo y atrapa mis labios en un beso oara luego sonreír–Estaba bromeando.

–¿Si?–levanto una ceja–Porque estaba a punto de salir por esa puerta.

–No.–dice como un niño pequeño abrazándome con más firmeza.

Parpadeo varias veces para apartar las lágrimas de mis ojos y dejo de mirar mi cocina como una loca. Abro el refrigerador y estuve a punto de tomar un chocolate pero las palabras del doctor vinieron a mi cabeza.

Digamos que tengo que empezar a comer saludable.

Cambio el rumbo de mi brazo y tomo una botella de agua. Voy hasta el sofá y tomo asiento, suspiro dándome cuenta de que no tengo nada que hacer hoy. Si estuviera Alison andaría ocupada cocinando o ayudándola con sus asignaciones.

Alguien golpea mi puerta y estaba bastante segura de que la había dejado abierta.

–¡Pasa!

La puerta se abre y para mi sorpresa la persona que entra y se sienta a mi lado es Lourien.

–¿Que onda?–me choca el puño.

–¿Aparte de mi casi infarto?–digo con sarcasmo–Nada.

–Si, me enteré de eso.–se toma un segundo–Y de lo de Aiden también.

Cuando volteo ya que no lo entiendo se digna en explicarme.

–Estaba con Tana y me dijo que habían vuelto.–levanta sus manos–¡Pero no te enojes con ella! Estábamos hablando y se le escapó.

–Así que estaban hablando...–levanto una ceja viendo como el chico se levanta y abre mi refrigerador.

–No me hagas tener esta conversación que después se pone todo raro.

Toma los chocolates que antes quería y los pone sobre la barra empezando a comer.

–Vas a tener que acostumbrarte, en este grupo todos hablamos con todos de todo.–casi se me traba la lengua.

–¿Quieres que me acostumbre?–pregunta.

Asiento con la cabeza.

–Ya eres de la familia. ¿Lo sabes, no?

Su mirada se pierde un segundo y cuando vuelve a mi sonríe.

–No se si estoy feliz o asustado.

–¿Porqué?

–Si te encariñas con algo, cuando se te quite va a doler.–se lleva otro chocolate a la boca–Mientras más lo aprecies más duro viene el impacto.

Me pongo de pie y cuando llegué a su lado puse una mano en su hombro.

–O puedes disfrutar y ser feliz.–tomo un chocolate pero me lo arrebata de las manos.

–El doctor dijo que tienes que comer saludable.

Ruedo los ojos.

–¿En serio? ¿Tu también? Es solo uno.

–Eres madre, cuídate.

–Si pero...–lo miro–¿Tu lo sabes?

Asiente con la cabeza.

–Lo sé desde hace bastante tiempo.–me contesta–Tranquila, Aiden no tiene ni idea. Edward se ha encargado de que cuando estes con la niña Aiden esté bastante lejos de la zona.

Hago silencio un rato.

No pensé que Edward de veras tomara muestro acuerdo tan a la perfección. Admito que estoy agradecida.

–¿Porqué no le has dicho a Aiden?

Me mira raro.

–Eso no me incumbe, no me toca a mi.–guarda los chocolates–Sabes que no puedes guardar una mentira por el resto de tu vida, ¿cierto?

Suspiro.

–¿Que se supone que haga? ¿Como le digo a Alison que su padre es el responsable de que su abuela fuera secuestrada? O peor, que su padre también le disparó al prometido de su tío.

–¿Me estás diciendo que la niña está mejor sin padre?

Asiento con la cabeza.

–No...–dudo–No lo sé. Aiden es un idiota.

Lourien hace silencio y por un momento veo su rostro dubitativo.

–Él tiene sus razones.

–Lo mismo me dijo él.–digo con ironía–También dijo que no podía explicarme nada.

–Es confidencial.–confirma–No se supone que podemos hablar de eso con nadie, no tienes ni idea de lo mucho que se arriesgó al decirte solo eso.

Frunzo el ceño.

–¿Entonces ustedes dos están en lo mismo?

Asiente casi inexistente con la cabeza.

–¿En qué?

Niega.

–No puedo decirte nada Thalia. De verdad no puedo.

Asiento con la cabeza, aunque esta situación me enojaba no pensaba darle muchas vueltas. No si ponía la seguridad de Lourien en peligro.

Estuvimos conversando al menos una hora más y luego se tuvo que ir a ver a Tana al hospital.

Subí las escaleras hasta mi habitación y al abrir la puerta en mi cama estaba la maleta vacía. Se suponía que la iba a hacer. Suspiré y la bajé de mi cama poniéndola en una esquina de la habitación. Cuando me enderecé mis ojos cayeron en uno de los cajones de mi coqueta.

Sin pensarlo mucho me acerqué y lo abrí, entonces comenzaron las dudas.

Aún así reuní valor y revolví las cosas encontrando el sobre mediano de color blanco. Ese sobre que según el director del internado contenía información de Aiden. Ni siquiera podía imaginarme lo que debía de haber dentro. Tampoco creo que me sorprenda. Nada de lo que haga ese chico me sorprenderá por mucho tiempo.

Lo tomé en mis manos recordando lo liviano que era.

–Dije tantas veces que no lo abriría...–muerdo mi labio inferior.

Había estado muchas veces con este sobre en mis manos y no me había dignado a abrirlo, quizá ya es tiempo. Ya es hora de abrir los ojos, incluso si lo que hay dentro me lastima tengo que verlo.

Despegue los bordes rompiéndolo un poco y saqué el único papel doblado que había dentro.

Suspiré y lo abrí.

***

Tú (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora