Tú (Pausada)

34

El silencio a mi alrededor no me importaba. Guardé mi arma en mis pantalones y tomé la grabadora para tenerla de recuerdo. Recuerdo de lo que sentí esa noche.

Al tomarla, vi que Kia estaba en el suelo y Pos apuntándole.

En cierta manera me enojó el hecho de que no me suplicara, que nisiquiera me lo pidiera con la mirada. Le hago un gesto a Pos de que la soltara, después de todo no quiero lidiar con ella.

–Sólo déjala ir.–les digo caminando a la salida y agradecí que ninguno me siguiera al salir de allí.

Llegué a mi coche y no subí, apoyé mis manos en el capó y baje la cabeza tranquilizándome. ¿Han sentido como la felicidad y el enojo se mezclan? Cuando eso pasa me siento tan sensible y vulnerable.

Escucho pasos a mi espalda y aunque sé muy bien quién es, no volteo. No quería verlo. ¡Porque demonios Vincent tuvo que encender la grabadora! Una parte de mi quería seguir viviendo en la ignorancia.

–Thalia...

–Vete.

En ver de largarse, se acercó a mi y cuando toco una de mis manos me alejé bruscamente.

–No me toques.–dije a punto de perder la cordura.

–Nena estás temblando.

Si... Mis manos temblaban. ¿Y qué? Eso solo prueba que he cambiado, asesinar a alguien ya no es como antes. ¿Con qué cara voy a mirar a Alison? Incluso si se trataba de una persona mala como él.

–Eres un maldito.–le digo llena de rabia–Vincent está muerto. ¿Ya estás contento, Aiden? O no, claro, lo olvidaba. ¡Olvidaba que en realidad eres uno de sus hombres!

Se pasa una mano por el cabello.

–Thalia...

–¡Dejaste que secuestraran a mi madre!–me acerco y golpeo su pecho con las lagrimas bajando por mis mejillas–¡A mi madre! ¿Como pudiste? Con que cara... ¿con que cara te levantas todos los días?

–No puedo explicarte eso...

Me alejo y le doy la espalda soltando una risa sarcástica.

Me limpio las mejillas.

–Claro, que puedo esperar de ti.

–Esto no es mi culpa.

"Esto no es mi culpa" Já.

Lo encaro.

–¿Y de quien mierda es Aiden? Dime. ¿Quién tiene la culpa de que seas tan... egoísta?–suelto otra risa adolorida–Tú no eras así... ¡Joder! Y cuando pensé que te tenía...

Siento de nuevo las lágrimas calientes bajando por mi mejilla.

–Estás llorando.–dice lo obvio mirándome confundido.

Asiento.

–Claro, ¿porque sabes qué? Soy humana al fin y al cabo. Lo que no estoy segura es que tu lo seas, porque pareces una maldita maquina sin sentimientos. Yo no lo entiendo.–niego varias veces–No lo entiendo y no quiero hacerlo.

Aiden no dice nada.

–Y lo peor es que dormí contigo.–me tomo un segundo para evitar un sollozo–Lo peor es que me entregué a ti nuevamente, después que me prometí que no lo haría. ¡Debiste morir aquella noche! ¡Fue un error que sobrevivieras y haberte encontrado de nuevo!

–Lía...

–¡No me llames así! ¡Eres un idiota! Todo el mundo me dijo que me alejara de ti y no hice caso. ¡No hice caso, joder!–golpeo su pecho–¡Fui en contra de todos los que quiero por ti! ¡POR TI! Y tu...

Paro de hablar y me cubro el rostro con las manos para calmarme.

–Ven aquí.–intenta rodearme con sus brazos pero me alejo y le doy una cachetada.

–Dime. ¿Edward sabe que en realidad eras un infiltrado? ¿Al menos sospecha de ti? Porque tengo planeado joderte la existencia con lo que tenga. Estoy pensando en que dirá cuando se entere que uno de sus soldados más preciados en realidad es un topo.

Su mirada se endurece.

–No vas a decirle.

Río un poco y me seco las lágrimas.

–¿Ah, no?

–No voy a dejarte.

Sus palabras me enfurecen aún mas si es que era posible.

El hecho de que se ponga en posición de negarme algo me dan ganas de dispararle.

–¿Y quién tu crees que eres para prohibirme lo que voy a hacer? Tú no eres nadie.

–Claro que soy alguien Thalia. Y si dejé que raptaran a tu madre porque crees que tus amigos estarán a salvo.–me tienta–Métete en mi camino y los mato uno por uno.

Hago silencio, mirándolo fijamente luchando por no flaquear. En un momento así mostrar fortaleza es muy importante.

–No te atreverías.

–¿No?–levanta una ceja–¿Por quién debería empezar? ¿Tana? Ya está en el hospital, algo inyectado en su suero y muere al instante. Un poco fácil, ¿no lo crees? ¿O que me dices de Pos? Estuvo casi muerto, estoy seguro de que lo puedo mandar al hoyo con algo de piedad, al menos.

Aprieto mis puños.

De verdad odio cuando amenazan a los míos.

–Eres un imbécil.–saboreo la frase.

Sonríe.

–Asegúrate de creerlo, sino pregúntale a Ariel. ¿Te has preguntado porqué él me odia tanto?–se acerca–Si alguna ves dudas de que no apretaré el gatillo contra ti o alguno de ellos, pregúntale a él.

Me había preguntado miles de veces la razón por la que Ariel repudiara constantemente a Aiden pero todo era terminar en un círculo.

–¿Que le hiciste?–pregunto–¿Porqué el y Marcus te tienen tanto resentimiento?

–¿Marcus?–le sorprende escuchar su nombre–Ya el tiene más motivos, me culpa por la muerte de su madre.

"Su madre"

Asiento repetidamente con la cabeza y lo rodeo para llegar a mi coche. Cuando abro la puerta y subo una sola pierna escucho su voz.

–Piensa en lo que te dije, no vayas a hacer alguna tontería.–amenaza–¿A dónde vas?

Suspiro mirando la carretera oscura y vacía frente a mi, intento parecer relajada.

–Voy a darme una larga y relajante ducha de agua caliente. De alguna manera tengo que quitarme el asco de saber que me besaste y tocaste.

Subo a mi coche y tiro la grabadora al asiento de al lado. Enciendo mi coche y comienzo a conducir, cuando enciendo la calefacción y la primera ronda de aire tibio impacta mi rostro mis ojos se llenan de lágrimas pero las contento.

Las contengo para cuando llegue a mi casa, mi casa vacía. Alison y mamá tienen que estar muy dormidas a esta hora luego de comer galletas con algo de leche. Cierro la puerta y dejo mi espalda pegada pegada a ella, estoy ahí un momento antes de dejar que mi cuerpo de deslice hasta estar en el suelo y entonces me permito llorar.

***

Holaaaaaa

¿Puedo pedirles algo?

En el capítulo anterior una persona comentó de que país está leyendo esta novela. ¿Puedes hacerlo tú también? ;) tengo algo de curiosidad.

❤️