capítulo 7

10K 293 32
                                    

- Mírame Elizabeth.- Lami su mejilla limpiando una lágrima que corría por ella.- ¿Te gusta?

- Si... Si, me gusta mucho.- Sus ojos me miraban nublados de placer mientras sus manos se aferraban a mi cabello acercandome a ella en un beso necesitado, desesperado por enredar nuestras lengua de una forma excitante.
Amaba escuchar su voz quebrada por el placer, tenía que obligarla para que me hablara.

Me trae loco, demasiado, más de lo que debería pero me gusta, me encanta sentirme así, ya no me queda de otra, me dejaré llevar por esta locura, por ella, solo por ella.

Subí mis manos por su abdomen mientras estaba bajo de mi cuerpo, sus manos se aferraban a mi espalda mientras mi boca llenaba sus pechos de chupones morados embestiendo su interior sin piedad, embriagandome de la calidez de su interior y de sus gemidos desesperados. Tomé con fuerza sus caderas enterrando mis uñas en su piel, nunca bastarían las marcas en su cuerpo, jamás.

La tomé con fuerza y está vez quedó arriba, no tardó en comenzar a montarme, sus pechos siguiendo el movimiento de su cuerpo era hipnotizante así como su rostro reflejando su placer.

Me incorporé sentandome mejor en la cama mientras me aferraba a su espalda dejando un marcado camino de rasguños por ella escuchando sus gemidos de dolor, la acerqué a mi mientras sus manos tomaron mi cuello aferrándose a mi cuello para seguir sus movimientos.

Sus pezones rozaban con mi pecho mientras nuestros cuerpos estaban abrazados, besé su cuello teniéndolo expuesto ante mí, lamiendo y mordiendo suavemente sin dejar marcas visibles para evitarle problemas.

Su cuerpo se tensó con fuerza mientras su espalda se curvo, soltó un sonoro gemido mientras eyaculaba en su interior mordiendo con fuerza su hombro aguantandome un gruñido. Su cuerpo se terminó relajando sobre el mío intentando recuperarse del orgasmo.

Aspire el delicioso aroma de su cuello mientras sujetaba sus caderas, quería que este momento fuera eterno.

- Joven, ya está listo el desayuno para que vaya a la escuela.- Suspire cansado.

Le contesté y esperé a que se fuera, había comenzado de forma excelente la semana, con Elizabeth metida en mi cama a primera hora.

- Tú sabes dónde tienes que ir los lunes.- La miré serio recobrando la postura, asintió simplemente y se fue.

Suspire tirandome contra la cama, no tenía deseos de ir a clases, pero amaba los lunes por mi morena, haciendo de lado mi flojera, me aliste para ir a la escuela.

Tampoco me quedaría ya que mi padre estaba bastante enojado conmigo, después de escuchar los gritos de Elizabeth la otra noche, me había pasado un poco con ella, pero no me pidió parar, le gustaba, pero el regaño que me lleve fue bien feo.

Apenas llegué, antes de que pudiera saludar a mi amigo que me esperaba en la entrada, sentí como Roxanne se tiraba a mis brazos besandome sin poder reaccionar mientras Elizabeth pasaba por mi lado entrando a la escuela ignorandome.

Aparté a Roxanne que me miraba enojada, bastante. Mi amigo se acercó riéndose y golpeando mi puño como saludo ignorando a mi novia como siempre.

- Qué manera de marcar territorio.- Dijo mirando divertido a Roxanne mientras esta se enojada, lo miré molesto, mi novia no era tonta, sabia que se ponía celosa de Elizabeth, y con razón, pero mi amigo solo aumentaba su inseguridad.

- Vamos.- Tomé a Roxanne de la mano, intentaba darle muestras de afecto como esta para que no se sintiera mal, intentar corresponderle, pero sabía que estaba furiosa porque la ignore todo el fin de semana, por lo mismo, besé su mano en nuestro agarre logrando que se sonrojara y sonriera.

Siempre mía 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora