capítulo 11

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Nada más despertar me llegó un dulce aroma a café, me levanté viendo que Roxanne ya no estaba acostada a mi lado, seguí el aroma a la cocina encontrandola allí, la asuste por la espalda riendo del grito que dio.

- No me asustes David.- Besé su cuello mirando lo que hacía, había algo de pan con unos dulces en la encimera.- Intenté cocinar pero se me quemó hasta el pan.- Comencé a reír, su rostro era realmente adorable haciendo un puchero, estaba realmente frustrada.- No te rías, nunca me eseñaron a cocinar y quise aprender para ti.

Abrace su cintura escondiendo mi rostro en su cabello besando esa sensible zona, logrando hacerla temblar. Sonreí por su gesto, era realmente una ternura que se preocupara e intentara cocinar para mí, definitivamente esta chica me agradaba, cada vez más.

- David... deberiamos desayunar primero.- Comencé a reir, no me había dado cuenta que mi erección estaba justo apretandose contra sus nalgas por lo que estaba sonrojada, la idea de hacerla mía en la cocina realmente era magnífica, pero tenía razón, tenía hambre de comida.

- Bueno Bueno... lo siento.- Me senté viendo como ponía todo en la mesa y se sentaba frente a mí para comenzar a comer.

-¿Por qué te llevas mal con tu papá? Digo... es que siempre le hablas mal, bueno, ni hablan, entonces me dio curiosidad.- Casi me pongo a toser, que cambio de tema tan brusco.- Perdón no quise incomodar.

- Pues... Nunca fuimos muy cercanos.- La verdad no tenía deseos de hablar mucho de esto.- La muerte de mi madre nos separó

- Debe ser difícil....- Me sonrió amable.- Cuando era pequeña mis padres no me ponían atención, mi mamá solo se preocupaba de las apariencias y cumplir las expectativas de mi padre, mi hermano nunca estuvo de acuerdo sobre esa clase de vida y se reveló contra los deseos de mi padre, se fue al extranjero para estudiar artes... Él era mi único apoyo en esa casa.

Ella se había aferrado a alguien que se fue... en cierto sentido la entiendo, yo no tuve tanto tiempo para disfrutar de mi madre, solo sé que guardo en mi memoria su última sonrisa, esa que llenó mi corazon por ultima vez sin saberlo, para después irse dejándome en una soledad tan miserable... la debí haber superado hace años, guardar su recuerdo con amor y no con dolor, pero era un niño que se quedó huérfano de ambos padres, el único apoyo era la sirvienta de la casa que me dio la espalda al ver mi locura... para después tener a mi mejor amigo como un hermano, que me aceptaran en una familia que no era la mía, y ver como esa familia luchaba por no quebrarse, por no sufrir el mismo destino que la mía, con el miedo constante de no perder. Por desgracia entendía muy bien a mi novia.

Miedo y soledad... la entiendo tanto, tanto que duele... el dolor, la única forma en que sé relacionarme con las personas y entenderlas, pero con Elizabeth... ¿Cúal es su dolor? ¿Siente dolor? Creo que esa era una de las cosas que me llamaban de ella, no la entendía, no podía conectarme a ella en ese sentido y eso me desespera, porque ya no solo deseo su cuerpo... lo deseo todo, por muy idiota que sea, esa estúpida esperanza aún insiste.

Terminamos de desayunar y me alejé un poco de la mesa indicando mi regazo a la rubia para despejar mi mente un poco, quien con una sonrisa se vino a sentar pegada a mí, aparté un mechon mirando su delicado rostro, ciertamente Roxanne es hermosa. Besé su mejilla y escondí mi nariz entre sus cabellos suspirando su aroma. Sus manos sujetaron las mías y las llevaron a sus denudas piernas, me estremeció ante el suave y cálido tacto, subiendolas rápidamente por sus piernas hasta llegar a la unión de ellas divirtiendome con el temblor de su cuerpo ante mis caricias en su intimidad. La cosas se calentaron rápidamente.

Seguí mi camino por sus piernas moviendo su ropa interior, pase mi dedo índice dibujando su intimidad riendo de su temblor, las aparté y metí mi dedo en su interior, ya estaba húmeda por el jugueteo así que introduje solo un dedo en su interior para seguir la tortura. Suspiraba ante lo que hacía, con mi pulgar presione su clitoris logrando un gemido, suficiente para aumentar mis ganas de probarla.

Siempre mía 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora