- ¿April? ¿Qué haces aquí?.- Enseguida me di cuenta de la estupidez que pregunté, me quede callado viendo su típica sonrisa.
- Pues a lo que se viene al cementerio... a ver a los que ya no están.- Miré en sus manos un bello ramo de flores blancas de todo tipo. Se acercó a mí, viendo la inscripción de la lápida de mi madre, sonriendo apenada y dándome un suave apretón en mi hombro.- ¿Tu madre?.- Asentí, sacó una bella rosa del conjunto dejándola junto a las flores que yo había puesto, también dejando otra en la lápida de mi hermano, preguntando con la simple mirada lo que ya se podía sospechar, asentí una vez más.- Es difícil perder a los que amas, peor aún en el mismo día.- Dijo mirando la fecha allí inscrita.
- Hoy es su cumpleaños... - Mire una vez más las hermosas rosas que ella tanto amaba de nuestro jardín, el inicio de su temporada favorita, tan bella como lo es la primavera es su cumpleaños, un día más que se pierde cada año.
te necesito tanto madre...
Necesito tu consejo, necesito tu regaño, necesito tu disciplina, tus abrazos tus caricias, necesito nuevas sonrisas como la última que me diste esa que atesoro con todo el amor que te tengo, necesito todo lo que no me pudiste dar, todo lo que no tengo.
Un nudo en mi garganta comenzaba a ahogarme, tan amargo como la hiel. Suspiré recordando que no estoy solo y miré a la pelirroja a mi lado, no pude sonreír, este lugar hace que todo mi dolor y culpa me invadan, suspiré volviendo a mirar la fría lápida frente a mí, no había nada que pudiera hacer.
- ¿A quién perdiste?- Le pregunté, mirando aquellas rosas blancas que resaltaban entre las que había dejado yo, estaba viendo un nuevo lado de April, uno que me hacía entenderla porque ambos compartiamos el dolor de tener que venir a este lugar, mi curiosidad por esta chica aumenta.
- A mi hermano pequeño, tenía 7 años... hoy es el aniversario de su muerte, el segundo... Supongo que las perdidas injustas son las más dolorosas.- Me miró nuevamente sonriendo, me preguntaba como podía simplemente hacerlo con la mirada teñida en trsiteza. Me acerqué un poco más a ella devolviendole el apretón en su hombro, me sentía igual en cada fecha relacionada con mi madre, en su cumpleaños, en el día de su muerte, en el día de las madres, todos los días ella estaba presente, en como hubiera sido mi vida con mi hermanito, con una familia feliz de cuento, pero a cambio solo tengo dolor y un sentimiento de soledad que no me puedo arrancar a pesar de verme rodeado de gente que aprecio, supongo que son muros que he construido por el dolor.
La seguí en silencio hasta la lápida que ella venía a visitar, estaba llena de hermosos juguetes y flores de muchos colores, se notaba que era visitada con regularidad a diferencia de otras, se agachó en silencio dejando las flores y acariciando el frío marmol con el nombre de quién fue su hermano, solo me quedé allí acompañándola, viendo como limpiaba de su mejilla una solitaria lágrima para volver a sonreír como siempre, ¿era una máscara para ocultar su dolor? Se quedó en silencio a mi lado con la mirada perdida hasta que me miró asintiendo, comenzando a caminar conmigo.
Me perdía mirando el cementerio, no acostumbraba a venir aquí muy seguido, sin embargo, el remordimiento de no venir era peor, aún que aquello había disminuido, estaba comenzando a ver las cosas de otro punto de vista pero aún me sentía confundido. Miré a April, estaba calmada, perdida al igual que yo mientras caminabamos por las tumbas.
- ¿Vamos por un café? hace algo de frío a pesar de que comienza la primavera.- Me sonrió asintiendo y siguiendome hacia la salida.
Llegamos a un agradable restaurant, pedimos y comenzamos a beber en silencio, uno muy agradable, nunca pense que podía llevarme así con una chica cuando creí que era tan atrevida, la compañía de April era realmente agradable, una nueva amistad estaba surgiendo con calma.
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Siempre mía 🔞
RandomElizabeth, mi Elizabeth, eres mía, siempre mía... desde que te besé por primera vez, desde que te corrompió mi lujuria eres mía. Te desee con locura cuando apenas eras una niña y cuando te hize mía por primera vez lo supe, debía volverte adicta a m...