- Podrías ponerme atención, soy tu novia.- Bajé mi vista a Roxanne, me tenía abrazado del torso mirándome desde abajo, mierda, no tenía idea de lo que me estaba hablando.
Se veía bastante enojada, por lo general siempre finjo escucharla y a veces ponerle atención pero desde hace rato solo podía ver a Elizabeth con su amiga en una banca, era tan hermosa sin si quiera darse cuenta, era inocentemente sensual, no podía dejar de mirarla y recordar su cuerpo bajo el mío, a merced de lo que quisiera. Sus gemidos en mi habitación mientras la hago mía, su morena piel marcada por mi deseo de poseerla, quería mirar mis mordidas, las marcas de mis agarres en ella, como quedaba evidencia mía en su hermoso cuerpo, quería volver hacerla mía.
Miré los ojos de Roxanne, tomé sus mejillas y comencé a besarla con dedicación, lento y saboreando sus labios para después meter mi lengua buscando la de ella, se aferró a mi cuello siguiendo el beso. Mis manos fueron a su espalda baja acercandola a mí.
Estaba loco, mi juicio se nubla cuando pienso en ella pero se aclara al ver a Roxanne y con ello un sentimiento de culpa.
Me separé de ella, me sonrió sonrojada, el beso fue bastante intenso y fue más que suficiente para que olvidara su enojo.
- Tengo ganas de ti.- Me dijo en el oído pasando su lengua por el lóbulo de mi oreja remarcando la forma, su respiración con un deje sensual, mierda, me calentó.
Miré al resto de mis amigos charlar entre ellos, Jaime miró hacia mí cuando le quedé viendo, juré haber visto un leve sonrojo en su rostro, mierda, quizás estaba viendo a esa chica y no me di cuenta. Le hize un gesto de que me iba, el horario de almuerzo siempre me dejaba tiempo libre, me miró fastidiado asintiendo.
Tomé a Roxanne de la mano y nos encerramos en los vestidores de la cancha de fútbol vacio en estos momentos. Estaba enojado porque estaba realmente caliente y quería saciar mis ganas con mi morena no con Roxanne, pero ya me da igual.
Apenas cerré la puerta Roxanne se tiró a mis labios besándome como ella sabía hacerlo, me llevó entre besos hasta la banca del medio de los vestidores y me sentó en ella.
Se colocó entre mis piernas y abrió mi bragueta sacando mi erección de ella, se la llevó a los labios dándome un beso en la punta.
- Ayer te eché de menos Amor.- En lo único que pensaba era en como su mano subía y bajaba por mi extensión, masturbándome lentamente, su delgada mano no se cerraba del todo en torno a mi erección.- Me encanta lo larga que es amor.
Sin hablar más se la metió en la boca dándome alivio, podía ver como se perdía en el interior de su boca, su mirada no se apartaba de mí rostro, apoyé mis manos en la madera inclinando mi cuerpo hacia atrás levantando un poco mis caderas, quería más, pero tampoco quería forzarla a mi ritmo, a ella no.
Siguió haciéndolo, mierda, no lo hacía mal pero joder... quizás de donde aprendió. Succiona con fuerza mientras me masturba moviendo su cabeza al mismo ritmo, realmente era buena. Aparté su cabeza cuando me sentí cerca, quería meterlo de una vez.
Se paró frente a mi y se sentó sensualmente sobre mí mientras me comenzaba a besar, llevaba un ritmo tortuosamente lento pero intenso. Mis manos fueron a su trasero, agarré toda su piel con mis manos y comencé a masajear, la quería meter dentro de ella de una vez, la fricción no me alcanzaba.
Se separo mirándome traviesa, hizo a un lado se pequeña ropa interior, miraba como se sentaba lentamente perdiendo de vista mi miembro en su interior, joder, tan caliente. Movía sus caderas sensualmente de forma circular, muy placentero, tanto que jadeaba. Fue empujándome hasta que quedé recostado en la banca mientras ella seguía montandome cada vez más rápido.
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Siempre mía 🔞
AcakElizabeth, mi Elizabeth, eres mía, siempre mía... desde que te besé por primera vez, desde que te corrompió mi lujuria eres mía. Te desee con locura cuando apenas eras una niña y cuando te hize mía por primera vez lo supe, debía volverte adicta a m...