Estaba cansado, pero por sobre todo preocupado, sé que Roxanne no es una mala chica, en cierto modo la entiendo, sin embargo, estaba inquieto con un mal presentimiento, no la creo que capaz de llegar muy lejos... solo no quiero que lastime a Elizabeth por mi culpa.
Deseaba ir a verla, saber si estaba bien después de ayer, ciertamente me había pasado. Iba caminando hacía donde estaría Marcos esperándome en el auto, no pensé que fuera a terminar tan rápido mi asunto con Roxanne pero me detuve a unos metros viendo la desagradable compañía que tendría en el auto... genial.
Suspiré armándome de paciencia, debía entender que lo más seguro es que la chismosa vaya a ver a su amiga debido a que faltó, lo que me enoja realmente es que tenga que ir también ese pedazo de imbécil. Llegué donde ellos sin decir ni una palabra, pero no me pasó desapercibida la mirada de aburrimiento del imbécil. Este sería el viaje más incómodo de mi vida.
Me senté en el copiloto como de costumbre deseando que siguiera el silencio hasta llegar pero estaba acompañado de Samantha que se caracteriza por no guardar silencio por mucho tiempo.
- Al fin conocerás donde vive Elizabeth, es muy hermoso, me encanta que se acerquen más.- Joder, me debo calmar.- Imagina sigamos saliendo todos juntos como parejas, citas dobles tú sabes, tú con Elizabeth y yo con Esteban... ¿Suena genial?
- Si... suena genial.- Podía sentir su mirada a través del espejo retrovisor, deseaba gritarles que se callaran y no planearan mierdas a espaldas de Elizabeth, que se callaran... que yo estoy frente a ellos y... me molesta, joder, como me molesta.
Mordí mi lengua agradeciendo que ahora hablaran de otras cosas, apenas llegué a la mansión me fui rápidamente a mi habitación con un nudo en la garganta, sabiendo que la mejor amiga de Elizabeth le está ayudando a ese imbécil a conquistarla, se me hace más difícil, joder esto me molesta demasiado, sé que no me debo rendir ¿Cómo la voy a mirar ahora y olvidar mi miedo a perderla? Esto es demasiado.
Intenté despejarme estudiando, la presión de que debía saber que estudiar y el cargo dentro de la empresa de mi padre cada vez se hacía más presente, son demasiadas cosas en mi mente. Era bastante tarde, pero estaba inquieto, necesito ver si está bien, solo eso, ayer me fui al extremo y de seguro debe estar cansada, nada de sexo hoy.
Golpee su puerta dándome permiso para entrar, ahí estaba, hermosa como siempre en su mundo. Me apoyé en la puerta, pareciera que no se había movido de la cama, ojalá pueda caminar bien, miró nuevamente el techo, el calor abruma mi pecho, es tan cálido que me hace sonreír siempre que estoy con ella.
- ¿Arrepentida?.- Deseaba molestarla.
- Jamás.- No pude evitar reír, así era mi morena. Me acerqué a su lado descubriendo su cuerpo y apreciando toda la evidencia de ayer, todas esas marcar en su piel.- Pero que obra de arte.
No pude evitar elogiarla, para mí era eso, arte, para mí no era necesario entender... el solo sentirla me generaba revuelos en todo mi ser, era inmensurablemente bella ante mis ojos.
Deseaba tocarla, deslizar mis dedos en una suave caricia por su cuerpo, no creo que le incomode si lo hago. Sin poder aguantar más subí la polera de su pijama y comencé a dibujar su silueta, subí por su abdomen hasta sus pechos, solo con la punta de mis dedos sintiendo su piel erizarse y los pequeños temblores de su cuerpo, este cuerpo que no me miente y reacciona a mí. Suspiró mientras ahora bajaba mi recorrido a su entrepierna, tocando y haciendo ligeramente presión sobre su intimidad, me miró mordiendo su labio, esa intensa y oscura mirada donde casi se perdía el límite de sus pupilas dilatas, me miraban expectantes, abrió sus piernas dándome acceso a ella, aún tenía energías para seguir, adiós a la idea de no tener sexo hoy, o por lo menos a no tocarla. Complaciéndola a medias, comencé a acariciar sobre su ropa donde supongo está su punto dulce, pero al parecer deseaba más.
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Siempre mía 🔞
AcakElizabeth, mi Elizabeth, eres mía, siempre mía... desde que te besé por primera vez, desde que te corrompió mi lujuria eres mía. Te desee con locura cuando apenas eras una niña y cuando te hize mía por primera vez lo supe, debía volverte adicta a m...