capítulo 6

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Me pregunto cómo estará, ya es más de medio día, la noche fue bastante intensa y debe estar realmente marcada, su piel anoche estaba bastante herida, con un hermoso color rojo que rozaba el morado.

Me levanté de la cama y caminé hasta mi baño, dejaba el agua correr por mi cuerpo apoyando mi cabeza en la pared, cada vez que cerraba los ojos la veía, me perdía en su piel, en sus gemidos, en su rostro... ella, sólo ella.

Salí envolviendo mi cintura en una toalla, miré mi reflejo cansado, esta locura consumiría mi ser y me debatía seriamente si lo valdría.

Salí del baño secando mi cabello con una toalla, al levantar la cabeza la vi, tuve que parpadear para terminar de creer que estaba allí, frente a mí, con un short y polera traslúcida que dejaban ver su brasier, tan hermosa como ella lo es, me miraba inexpresiva pero si estaba en mi habitación era por algo.

Me fijé en su hermosa piel llena de las marcas de anoche, se habían vuelto más intensas, sus hermosas piernas estaban con un camino de marcas rojas, mordí mi labio ante la sensual imagen a mis ojos. Extendí mi mano pidiendo la suya, se acercó tomándola y siguiendome, entre con ella al baño, la dejé frente al espejo, agradecí que este fuera amplio llegando hasta el piso.

La puse frente a él para que mirar nuestros reflejos, la fui desnudando con delicadeza, relamiendo mis labios al ver su cuerpo, tenía las marcas de las cuerdas en sus brazos y abdomen al igual que en sus pechos. Comencé a acariciar su figura, siguiendo el camino de mis manos desde su espalda, pasé mis uñas dejando un camino rojo de rasguños en su vientre, jadeo por el dolor, había rasguñando sobre las marcas de ayer provocando ardor.

Ella miraba el reflejo siguiendo mis manos, tomé sus pechos masajeando lentamente mientras entre mis dedos apretaba sus duros pezones.
Acerqué mi lengua a la piel sensible de su nuca provocando que cerrara los ojos y gimiera bajo. Tomé su mentón con fuerza con una mano y la levanté.

Lami desde su hombro hasta su cuello, agarré el lobulo de su oreja entre mis labios mordiendo ligeramente.

- Mírate- Mi voz se escuchaba ronca por mi excitación. Seguí sujetando su cuello mientras mi mano comenzaba a bajar lentamente por su vientre hasta su intimidad, tembló cuando abrí sus labios íntimos exponiendola ante el espejo. Pase mis dedos por su humedad, siempre lista para mí, estaba excitada.- Ya estás mojada mi zorrita.

Lami su mejilla, viendo su reflejo, se veía sensual ante mí, sonrojada y jadeante mientras mis dedos la recorrían empapandose de ella, su cuerpo estaba cubierto de marcas, de mi huella por su cuerpo.

- Mira en el espejo el recuerdo de tu placer, lo único que te queda después de tocar el cielo.- Abrió sus ojos mirando sus marcas, su mirada bajó donde la estaba estimulando mordiendo su labio evitando gemir, abrí mis dedos para que ella misma viera como sus fluidos corrían por mis dedos y su piel.- Estás mojada para mí.

Miró mis ojos a través del espejo, sonreí mientras lamia toda la piel de su cuello bajo su atenta mirada, esto estaba siendo demasiado sensual.

Sin previo aviso sacó mis manos de ella para arrodillarse en el suelo, sacó la toalla que me cubría y sin más preámbulos metió mi erección en su boca. Podía ver su espalda, sus hermosas curvas junto a su largo cabello, su trasero se veía más que apetecible mientras me la chupaba con ganas, la tenía a mi merced viéndola, miré mi rostro y me odié, no podía ocultar lo mucho que me excitaba, ella tenía un control sobre mí que ignoraba.

Bajé mi vista viendo como mi pene desaparecía en su caliente boca, la tomé del cabello furioso conmigo mismo para follarle la boca a mi ritmo, de forma salvaje como me gustaba, sus lágrimas caían mientras aguantaba la respiración. Salí de ella jalando su cabello hasta ponerla de pie, la di vuelta para pegar su espalda a mi pecho nuevamente.

Siempre mía 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora