➸Hidden Place •●• Jotaro Kujo

20. ᴘʀᴇᴛᴛʏ ᴡʜᴇɴ ʏᴏᴜ ᴄʀʏ

"No digas que me necesitas cuando te vas. Soy más fuerte que todos mis hombres. Todos esos momentos especiales que pasé contigo mi amor, ya no significan una mierda."

Una noche fría en las calles de Boston un pequeño hombre se encontraba admirando la luna desde el balcón del hotel. Su mirada estaba perdida pensando en el brillo de aquellos ojos cafés que había conocido hace meses. Esperaba encontrarla de nuevo y saber más de ella, a pesar de que siempre mostró los límites de su amistad se sintió perdidamente enamorado de esa mujer tan carismática. El teléfono comenzó a sonar desde la habitación. Rivers soltó un suspiró y entró de nuevo a su cuarto, saltó a la cama y tomó el teléfono que estaba en la mesita de noche.

—¿Rivers?- escucho la dulce voz de una chica al otro lado de la línea. Suspiro y el silencio inundó todo. Una sonrisa se dibujó en sus labios y tocó su mejilla un poco sonrojada.

—¿Isis?- Un rayo de esperanza iluminó su vida en ese instante. Se encontraba nervioso y algo tonto, cuanto la había extrañado. Isis por otro lado jugaba con los botones de su bata y mordía su labio para calmar sus nervios. —Vaya, no esperaba tu llamada, ¿Como conseguiste mi número?-

—¿Recuerdas a Damon?, bueno, el me lo paso, me alegro tanto de encontrarte, estoy en Florida y pensaba en invitarte a conocer un poco este lugar, sería bueno vernos de nuevo.- habló con entusiasmo. El corazón del muchacho palpito más rápido de lo normal y el aire se le había ido por un instante. Miró a Brian entrar a la habitación con su guitarra y le hizo señas de que se alejara, pero hizo caso omiso a lo que le había dicho el líder de la banda.

—También me alegro de que me buscaras, había pensado en ti últimamente... digo a lo que me refiero es a que...- miró a Brian y se mordió el labio maldiciendo por dentro por lo que había dicho. Su compañero comenzó a reír a lo bajo haciendo que se sonrojara más de lo que estaba. —Si... sí quiero conocer Florida.- contesto tratando de no perder el control, aunque en su interior estuviera gritando de felicidad absoluta.

—¿En serio?- dijo la británica con alegría. —bueno, entonces ya está.-

Martes 29 de septiembre, 1992. Tampa, Florida.

—Anne, creo que...- Jotaro fue interrumpido por la chica americana.

—Oficialmente estamos saliendo.- chilló la pelirroja con bastante emoción. Ella misma no creía que Jotaro Kujo le había pedido que fuera su novia, pero después de mucho tiempo lo hizo y se sentía la mujer más plena.

—Oh.- Isis trato de formar algunas frase, por desgracia de ella, sus rostro era demasiado expresivo y se notaba que eso no le había agradado en absoluto.

Donia cruzó miradas con la pecosa, pero ella rápidamente la evadió. No podía soportar aquellas expresiones de pena, lástima y compasión que le regalaba al saber la noticia. Se colocó de pie de inmediato y salió huyendo del lugar. Sinceramente ella no tenía ganas de afrontar todo lo que estaba pasando. Anne se sorprendió por el comportamiento de la castaña y la siguió dejando solos a Jotaro y Donia.

—Eres un idiota.-susurro la italiana para el muchacho. —Tú sabes cuánto ella te ha amado desde que tú tenías dieciocho años, y aun así preferiste romperle el corazón, me sorprenden tanto los hombres.- se quejó.

—Podrías callarte, me molestan las chicas escandalosas como tú.- gritó. Vernouil cruzó sus brazos y junto sus cejas un tanto molesta. Se paró de su asiento y le dio una cachetada a Kujo, le sorprendió esa acción y se sobo la mejilla.

—smetti di comportarti come una puttana*.- dijo antes de ir detrás de la pecosa.

Al llegar con ambas chicas se sorprendió un poco de lo que estaba viendo. Decidido mirar desde lejos todo lo que pasaba, cuando ambas chicas terminaron de hablar, Isis mostró una pequeña sonrisa y siguió su camino,

Por otro lado, un chico de gafas gruesas y cabellos castaños había llegado a la ciudad. Observo todos los edificios pasar a su alrededor mientras la radio del auto estaba encendida, el taxista chiflada y Rivers no dejaba de mostrar aquella inocente sonrisa de siempre. La Joven Isis estaba cruzando la calle con un manojo de llaves tratando de no romper el llanto antes de llegar a casa. Hoy había presenciado varias escenas que hubiera deseado mejor no ver, después de todo, nada volvería a ser lo de antes.

Al llegar a su departamento se recargo en la puerta y se dejó caer al suelo sin despegarse de la misma. Tocó sus ojeras sintiéndolas llenas, y le parecía algo curioso, ya que en ese instante ella se sentía vacía. Pero fingir que es feliz empezaba a ser una idiotez para la británica. El toque de la puerta la alarmó un poco, se levantó del suelo y giró el picaporte. Isis con su mirada cansada observó a la persona que estaba enfrente de ella. Rivers estaba conmovido por el aura triste que emanaba la pecosa. Se acercó a ella un poco dudoso y la rodeó con ambos brazos. Olió el perfume mezclado con tabaco de la chica y se sintió de alguna manera en casa. Isis tardó en reaccionar y lo rodeo con ambos brazos. El llanto se hizo presente y se dejó caer al suelo como señal de debilidad.

—Perdón por mostrarme así contigo, pero he tratado de aguantar el llanto estos últimos días, pero ya no puedo más, ¿existe algún amor que te esperé la vida entera?, porque pensé encontrarlo y no fue así... ¿Cómo es que las cosas se pusieron tan mal?

—Tranquila, ya estoy aquí.- pasó sus manos por la espalda de la muchacha. Había bajado algunos kilos porque sentía su columna vertebral al momento de tocar.

—Lo siento tanto Rivers, no quería que me vieras así, estaba bien hace unas horas, pero...- no puedo terminar la frase ya que el aire comenzaba a faltarle.

—Verás que todo se arreglara y te sentirás feliz de nuevo, así que buscaremos una manera de que saques toda esa tristeza que llevas dentro.- le sonrió dulcemente.

—Gracias por estar aquí.

DirtyHarryy

*smetti di comportarti come una puttana: deja de actuar como una puta.