8. ʟᴏᴠᴇꜱᴏɴɢ

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"Siempre que estoy a solas contigo me haces sentir que estoy libre de nuevo

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"Siempre que estoy a solas contigo me haces sentir que estoy libre de nuevo."

Isis Cuomo era una chica bien parecida a pesar de tener el cabello hecho un desastre y ropa floja llamaba la atención de varios chicos, pero aquellos eran tan inseguros de acercarse a ella hasta que Agust Min lo hizo. Eran de cursos diferentes, pero desde hace semanas había puesto los ojos en ella. Al igual que Cuomo, él también estaba de intercambio en Tokio. Era un chico listo, pero no sobresalía como sus otros compañeros, simplemente corrió suerte.

—Parece que le gustas.- Isis pestaño varias veces y proceso las palabras del moreno. Después de todo tenía razón, ella lo sentía cuando aquel rubio tocaba sus manos.

—¿Eso crees?¿acaso te sorprende que le guste a alguien?- la castaña reía por sus adentros, Jotaro estaba celoso y por más que lo ocultara, la sensación de rabia era evidente.

—Estaba tomándote de las manos mientras te lanzaba una mirada de "Quédate más tiempo conmigo"- comentó Jotaro. Acomodó su gorra y escondió su mirada, tan solo recordarlo le ardía la sangre.

—Jotaro, dudo que alguien se tome el tiempo de estar conmigo, después de todo, me pasaré la mitad de mi vida encerrada en un hospital. No quiero que algún chico se entrometa en mis metas.-

—El hombre correcto estaría dispuesto a estar contigo sabiendo eso, además no me sorprende que le gustes a los chicos, lo entiendo, después de todo...- dejo de hablar y suspiro. Era una tontería lo que iba a decir.

—¿Después de todo qué?- lo empujo un poco y le regaló una sonrisa al de ojos oceánicos.

—Nada, ¿Vamos a biblioteca?- Ella asintió y lo tomó del brazo para seguir caminando por los pasillos.

Para cuando llegaron a la biblioteca escogieron el lugar más solitario para poder estudiar. De vez en cuando, él moreno la miraba de reojo y dejaba de prestar atención por concentrarse en su rostro. Nadie se imaginaría a aquel rebelde chico enamorado de la joven más carismática e inteligente de la facultad. Todos los días buscaba excusas para poder hablar con ella, le ansiaba tenerla a su lado.

—¿Jotaro?¿me escuchaste?- aquel movió un poco su rostro y se quitó su gorra para dejar ver aquel cabello desordenado. Jotaro guardo silencio para pensar que responderle a la castaña.

—Lo siento, creo que ya llevamos mucho tiempo estudiando.- se estiró sobre su asiento y su playera verde se levantó un poco dejando a la vista sus abdominales. La joven Química lo notó y sus mejillas se sonrojaron. —¿Quieres ir a comer?, hace poco me recomendaron un restaurante y me dijeron que era bastante bueno, y pensé que tal vez podríamos ir.-

—¿Qué esperamos?-

Ambos se levantaron de sus asientos y guardaron sus respectivas cosas. El atardecer comenzaba a caer, salieron del instituto y caminaron por las tranquilas calles de Tokio. Aquella tarde parecía más que perfecta, pero se podía mejorar.

—¿Quieres escuchar música?- preguntó la castaña. Jotaro asintió. La joven sacó un Walkman de su bata de laboratorio y ofreció un audífono a Jotaro. —Lo que pondré es una mezcla que me gusta escuchar cuando me siento bien.

Love song de The cure comenzó a sonar. Isis se acercó más al joven, ya que la altura de ambos no ayudaba tanto a la hora de escuchar música con audífonos. Sus manos rozaron y no evitaron sonrojarse al contacto. Su corazón latía tan fuerte que parecía que iba a explotar. Pero aquel momento fue interrumpido por el grupo de chicas que se colocaron a su alrededor dejando a la castaña a un lado.

Varias palabras salían de los labios entre ellas "Te ves muy bien hoy" "Siempre me has gustado Jotaro" "Te amo, Jotaro, ojalá algún día aceptes salir conmigo." Entre otras frases. Isis sentía tanta envidia de aquellas chicas. Ella quería decirle esas palabras, pero sabía que nunca sería buen momento, deseaba con todo su corazón ser así de expresiva, pero el miedo de perder a un amigo la detenía.

—Quizás yo también me enamoré de ti, Jotaro.- susurró para sí misma. Bajo la mirada la mirada soltando un suspiro y miro las puntas de sus dedos para distraerse, aunque sea un instante de la escena.

Pequeñas gotas de lluvia comenzaron a caer, Jotaro miro a la castaña un poco desanimada y quito al grupo de chicas de su lado sin decir nada.

—¿Nos vamos?- ella sonrió y el joven la tomó de la mano.

El rostro de las chicas era un poema al ver tal acción, no se equivocaban al sospechar que algo pasaba entre ellos. Jotaro e Isis siguieron su camino. Una pequeña brisa primaveral se hizo presente. Las mejillas de ambos jóvenes se encontraban ruborizadas, no dijeron nada, pero las manos de la más pequeña comenzaron a sudar. Soltó la mano del alto y limpio su sudor pasando su palma en su jean negro. Jotaro trago saliva, muchas ideas llegaron a su cabeza entre ellas es que había incomodado a la chica y ahora lo vería como un puto extraño. Pero cuando volvió a sentir su mano sobre la suya volvía a respirar.

¿Desde cuándo Jotaro Kujo se ponía nervioso?

La cercanía hizo a Isis oler la colonia que desprendida la chaqueta de Jotaro haciendo que se derritiera poco a poco. Cruzaron una calle principal y en tan solo unos minutos ya se encontraban dentro del restaurante. Jotaro no podía verla a la cara, porque sabía que si lo hacia ella notaria el sonrojo sobre sus mejillas, así que hacía todo para cubrirse con su gorra.

Miraron el menú y pidieron sus órdenes.

—Iré al sanitario.-la castaña se levantó de la mesa y se dirigió al baño.

Estaba nerviosa y fue a despejarse un poco dentro del baño. Cuando estaba a punto de salir golpeó a una mesera por accidente. La Joven química pidió disculpas y camino a donde Jotaro estaba. Cualquier persona normal lo haría pasar por largo, pero la rubia no lo hizo. No tenía paciencia por esos tipos de accidentes. Siendo usuaria de stand no perdería el tiempo. La chica con el nombre de Kaya observó desde lejos a la pareja. Aquel Stand era muy simple. Un pequeño corté al enemigo y aquel sería controlado a su gusto. Tomó el pedido de la mesa trece y se acercó con cautela. Colocó los platos sobre la mesa y sus pequeños compañeros salieron. Subieron por la pierna del moreno y sintió un pequeño picor en la misma. Eso fue suficiente para tener control absoluto en él.

DirtyHarryy

➸Hidden Place •●• Jotaro KujoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora