19. ʜᴇᴀʀᴛ ɪɴ ᴀ ᴄᴀɢᴇ

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"Todos aquellos que amaste desconfían

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"Todos aquellos que amaste desconfían. Ayúdame no soy yo misma. Mira a tu alrededor no hay nadie más"

En la fría noche de septiembre alguien volvió a casa con el corazón roto. La gotas de lluvia caían sobre las ventanas, pero a pesar de eso no lo pensó dos veces y se lanzó a su cama sin quitarse la ropa mojada que traía puesto ese día. Rompió el llanto en ese instante recordando aquellas palabras que le dolían como si de una daga se tratase, ¿Este era el Jotaro del cual se había enamorado?

Las horas pasaron y cuando lo noto eran las tres de la mañana y comía sola en aquel frío lugar, nunca había llorado tanto en su vida y era algo que le sorprendía. Su vista comenzó a nublarse de nuevo por las lágrimas y esperaba que todo el martirio terminase al instante.

—Estás completamente sola, así que no esperes por él, estás tan sola que eso no te ayudará hacer que el tiempo vuelva atrás.- cantó para sí misma.

La madrugada pasó y la joven se quedó dormida en su sillón con una sábana delgada. Cuando la alarma sonó, ella revisó la hora y noto que marcaban las nueve de la mañana. Tan solo diez minutos más y su primera clase comenzaría. No lo pensó dos veces y buscó su mochila y el bastón, no le importó llevar la misma ropa que el día anterior después de todo, tampoco se sentía de ánimos como para arreglarse ese día.

Al llegar a clases se le notaba lo distraía tanto que varias veces se le cayeron las plumas y ella no lo notaba. Cuando llegó la hora libre Donia se acercó a la química y la abrazó en un intento de demostrarle que estaba con ella. Se notaba su tristeza al verla a sus ojos, sintió lástima por Isis y besó su frente.

—Cariño, tranquila, desahógate conmigo, yo estoy para ti, ¿Qué sucedió?- pregunto la italiana sobando la espalda de la pecosa.

—Es... es difícil de explicar, yo lo amo, pero al parecer me quiere lejos- lloró. Sus lágrimas empapaban sus mejillas y el nudo en la garganta se formó. A su parecer todo se estaba volviendo un desastre a su alrededor, los ojos azules de su amado no dejaban de aparecer en su mente, sus esperanzas habían muerto desde que él decidió alejarse de Isis. —Pensé que todo iba a estar bien después de que habláramos, que volveríamos a lo de antes, pero me ilusioné demasiado con eso. Yo lo quiero devuelta, quiero oler su perfume y escuchar su voz mientras me dice que me ama.-

—Déjalo ir.-

Vernouil tomó la mano de la británica y la sacó de aquel salón de clase. Caminaron varios metros hasta que llegaron a aquel lugar que tanto le gustaba a la pelinegra. Se sentaron debajo de aquel árbol viejo mientras que todos a su alrededor hablaban de la cercanía de ambas chicas. Donia comenzó a calmarla con pláticas de su infancia hasta que Cuomo dejó de llorar, después de todo la italiana tenía un talento espectacular para hacer olvidar a la gente sus problemas.

—¿Tienes algún amor platónico?- preguntó Donia sacándola de sus pensamientos. Isis lo pensó varias veces y recordó los poster que tenía pegados en su pared en la adolescencia. Claro que tenía un amor platónico, pero la carrera lo hizo olvidarse de él por un buen tiempo.

—Michael Jackson.- rasco su cabeza y bajó un poco la mirada.—De hecho, cuando era una adolescente soñaba con tener una relación con él, me es bastante lindo, además su voz es muy dulce, ¿Tú tienes un amor platónico?-

—Courtney love.- dijo en un suspiro. Su mirada se perdió y una sonrisa salió de sus labios haciendo que Isis recordara sus tiempos de fangirl.

Donia alzó la mirada y vio a lo lejos a Jotaro y Anne con sus manos entrelazadas, pero era demasiado tarde, ya que Valensi la había visto y venía hacia ellas para saludar. La italiana pensó rápidamente y volvió a mirar a Isis.

—¿Puedes ir por un jugo para mí?- preguntó Vernouil a la castaña. Isis le sorprendió un poco la pregunta ya que la joven aún tenía su jugo de naranja.

—Pero...-

—Por favor.- le dio el dinero e Isis desapareció.

Suspiro un tanto relajada y miró a la pareja que se encontraba en frente de ella. Pasó los ojos por Jotaro sin ocultar su molestia por todo lo que Isis le había contado, no podía creer que él fuera esa clase de hombre.

—¿A dónde fue tu amiga?- preguntó Anne. Donia se rasco la cabeza e hizo rechinar un poco sus dientes.

—Fue a comprarme un jugo, yo... yo tengo que irme antes que llegue.-

—¿Pero porque tienes que irte?- Anne junto un poco sus cejas y quitó sus sonrisa poniendo su rostro triste. Después abrió sus ojos con sorpresa y rió un poco. —No me digas que te... Noooo... te gusta tu amiga.-

Jotaro noto los evidentes nervios cuando le preguntaron por Cuomo, claro que entendía por qué no quería que ella presenciara esta escena tan incómoda, él también se sentiría de esa manera si tuviera que proteger a un amigo. Pero aquella conversación se vio interrumpida cuando Isis llegó. Jotaro noto que no había cambiado su ropa del día anterior. Su ojos se notaban hinchados y sus ojeras eran prominentes, se sintió mal de verla de aquella manera. Esa no era la chica que había conocido.

—Hola, ¿Me perdí de algo?- mostró su más brillante sonrisa y le dio aquel jugo a Donia. Se recargo un poco en su bastón y se mostró relajada cuando las ganas de llorar la inundaron.—Valensi, Kujo, que gusto verlos, ¿Que hacen por aquí?-

—Bueno, yo principalmente venía a saludarlas, pero como eres amiga de Jotaro, pensé en invitarte a un bar que está en las escolleras, así podríamos conocernos más.- dijo entusiasmada la pelinaranja.

—No creo que podamos ir.- interrumpió Donia tratando de salvar el cuello de Isis.

—Pero aún no les digo el día.- alzó una de sus cejas y las miro extrañadas.

—Está bien, acepto, me encantaría divertirme un poco, y conocer a más gente.- Jotaro volteo a ver a Isis y apretó los labios. La joven química le regaló una sonrisa y se recargo en Donia. — ¿Podría invitar a un amigo?, me habló días atrás y al parecer vendrá a florida los pronto.-

—Entre más personas será mejor, bueno, creo que debo de irnos, hasta luego.-

La pareja desapareció de su vista y la pecosa quitó su sonrisa. Rasco su cabeza y volvió a sentarse debajo de aquel árbol. La pelinegra la acompañó sentándose a su lado y recargó su cabeza en el hombro de la contraria.

—¿Donia?-

—¿Sí?-

—No permitas que abra la boca cuando me encuentro nerviosa.-

—Lo haré la próxima vez.-

—Ahora tengo que hacer unas cuantas llamadas.- se rasco la cabeza y suspiro.

—Te admiro.-

—¿Por qué?-

—No mostraste alguna debilidad ante él, me alegro por ti.- dijo sinceramente.

—Es algo que tuve que aprender.- sus ojos se llenaron de lágrimas y comenzó a llorar de nuevo. ¿Por qué ella tenía que ser tan bonita? ¿Qué tenía Anne que no tenía ella? ¿Por qué eligió a la pelirroja y no a ella? Miles de preguntas de ese tipo llegaron a su cabeza haciendo que su autoestima estuviera por los suelos.

DIRTYHARRYY

➸Hidden Place •●• Jotaro KujoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora