"... Él es el más bello, el más frágil y aun así fuerte. Un aura oscura y divina. El inventa un encanto que lo vuelve invisible. Se esconde en su cabello, ¿Podre ocultarme ahí también?, buscare consuelo en ese lugar escondido..."
••Los personajes le...
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Nota del autor: recomiendo escuchar cocoon de Bjork para este capítulo.
"Él se desliza dentro medio despierto, medio dormido. Nos desmayamos en la somnolencia. Quién hubiera sabido que un chico como él sería poseído de mágica sensibilidad."
Isis se giró y miró aquel rostro que tanto le gustaba. Los brazos tonificados del moreno la envuelven y la atraen más cerca. Se miraron por varios segundos a los ojos sintiendo esa conexión que todo mundo hablaba al encontrar a tu alma gemela. Jotaro acercó su rostro y beso los labios de la pecosa, se sintió aliviado al sentir a Isis corresponder el beso, pues aún temía que lo apartara. No entendía porque eso se sentía tan bien, pero no estaba en momento de ponerse a pensar, simplemente continuó besándole, acariciando su cintura con una de sus manos.
La temperatura corporal de ambos comenzó a subir a lo igual que los besos, ninguno se detenía ni siquiera a tomar aire, simplemente seguía con aquella práctica húmeda. Isis colocó a Jotaro debajo de ella y se sentó sobre su notable erección . Las manos del moreno subían y bajaban por la espalda de la chica mientras ella daba leves movimientos arriba de sus pantalones. Varios quejidos salían de los labios de ambos, pero era de reconocerse que los gemidos de Jotaro Kujo era como vivir un sueño con aquella voz ronca.
—Me tientas mucho, Jotaro.- habló la muchacha mientras le quitaba el primer cinturón y besaba su cuello al mismo tiempo.
La respiración del moreno comenzó a descontrolarse, ¿En serio darían ese gran paso tan rápido?, no es como si fuera un niño inocente porque varias veces se tocó pensando en ese momento, pero ahora que iba a suceder temía que ella no disfrutara tanto como él. El segundo cinturón desapareció y bajó aquellos pantalones negros que tanto comenzaban a apretarle al de ojos azules. Acarició el miembro arriba de la ropa interior y se mordió el labio al ver lo equipados que estaban. Por último, le quito esos apretados bóxers y miro aquel miembro erecto, sus ojos se abrieron al ver el tamaño.
—Si no quieres hacer...ahaa- soltó un gemido al sentir la boca de la castaña sobre su pene.
Empezó a lamer todo como si de una paleta se tratase. Comenzó desde la base y terminó hasta la punta. Jotaro mordía su labio para evitar gemir tanto, pero era una sensación inexplicable para él. Empuja su cadera hacia adelante cuando está a menos de tres cuartos del camino dentro de ella, su pene golpea la parte posterior de su garganta, y no puede hacer nada más que tratar de abrir la boca para no ahogarse con el tamaño de él.
Sus ojos están entrecerrados, azul oscuro: sus labios perfectos se curvaron al más mínimo grado mientras la miraba luchar con su miembro. Jotaro se sentó sobre la cama mientras que ella seguía haciendo su trabajo. Comenzó a bajar el cierre de aquel vestido, hasta que su espalda quedó descubierta. Isis se levantó y miro al de cabellos negros mientras se quitaba el vestido tratando de provocarlo más. Admiro unos segundos aquel cuerpo y acto seguido se abalanzó sobre la pecosa para besar su cuello y tocar sus pechos. Sus manos eran curiosas y bajo a la feminidad de la chica sin previo aviso. Al sentir los dedos dentro de ella soltó un gemido en alto por tal sorpresa. Jotaro le quitó las bragas y las tiró en algún lugar del suelo. Bajo con besos húmedos hasta que llegó a la feminidad de Isis. Al sentir su lengua jadeo en voz y enredó sus dedos en el cabello desordenado del moreno. Lo iba dirigiendo, hasta que sintió el calor en sus mejillas, había olvidado lo que era recibir sexo oral. Su pecho subía y bajaba con rapidez. Jotaro se separó de ella y atacó de nuevo sus labios. Busco su pantalón con la mirada y sacó aquel condón con ayuda de Star Platinum. Al tenerlo sobre sus dedos se detuvo y miró a la pecosa.
—Yo... nunca he tenido un encuentro con alguien...-
Isis se sonrojo al saber que era la primera vez del moreno y que ella estaba teniendo la gran oportunidad de ser quien le quitara la virginidad. Tomó el condón entre sus dedos y abrió el paquete y le puso el preservativo. Lo empujó hacia la cama y se colocó encima de él. Tomó el falo y lo introdujo poco a poco dentro de ella. Un gran gemido salió de sus labios al sentir el miembro. Empezó a moverse poco a poco arriba de Jotaro para acostumbrarse al tamaño. El moreno tomó el trasero de su compañera y comenzó a moverla con más velocidad mientras veía aquellas expresiones de placer. Jotaro le dio la vuelta y ahora se encontraba arriba de ella. Besos sus labios y sus cuello mientras la penetraba con lentitud y sin ritmo alguno, era más difícil de lo que él imaginaba. Isis comenzó a tocarse mientras mordía los labios, sentía que estaba a punto de llegar.
—Jo..Jo... sube más la velocidad, estoy por venirme.-
Él gruñe, sus empujes aumentan de velocidad a lo igual que la intensidad. Los gemidos no cesaron hasta que ella gritó extasiada. Jotaro mordió su labio y comenzó a ser más rudo hasta que se comenzó a contraer y el placer lo inundó. Beso la frente sudada de la británica y sacó el miembro. Tiró el condón usado y se recostó al lado de la chica.
(S)he's out of my life.
"Maldita indecisión y orgullo maldecido. Mantuve mi amor por ella encerrada en lo profundo de mi interior, y eso corta como un cuchillo."
El mes pasó tranquilamente, pero todo lo que empieza tiene que terminar. Isis tenía que volver a Inglaterra antes de Julio para seguir con sus investigación, así que su estancia en Japón había acabado. Ninguno de los dos pensó en ello durante todo este tiempo. Solo se dejaron llevar por sus sentimientos. Ambos temían por lo que pudiera pasar después de volver. Pero no había nada más que hacer. Jotaro dio una sonrisa nerviosa tratando de entender la postura de Isis. Estaba consumida por todo lo que estaba pasando, no quería alejarse de él, pero, aunque se quedara él se iría a Florida a estudiar Biología Marina.
—Pase lo que pase, promete que me recordaras de pie con un lindo vestido mirando el atardecer.-
—Isis... todo estará bien.-le aseguro, pero ella no oyó ninguna palabra de lo que él dijo. —Volveremos a vernos, aunque sea en un lugar escondido.-trato de explicar, pero aquellas palabras no salían de sus labios.-
Su vuelo se anunció y beso aquellos labios que tanto le fascinaban por última vez. Sus mejillas se humedecen por las lágrimas que ambos derraman.
—Te amo.- fue lo último que él le dijo.
Tomó sus maletas y la caja transportadora en la cual tenía al gato. Verla partir de aquel modo rompió el corazón del Japonés. ¿Las cosas tienen que pasar siempre de esta manera? Solo recordar sus caricias removió su interior, no quería que estuviera lejos de él, pero después de todo se había ilusionado con una vida a su lado.
