"...Pienso mucho en las cosas que tanto quiero, me vuelvo odioso y digo cosas estúpidas. Solo tú puedes llenar mi corazón vacío, y me he resignado a eso..."
<<¿Así es como se siente estar enamorado?>> se preguntó por sí mismo. Abrió la lata de cerveza y bebió con rapidez de está esperando eliminar aquel sentimiento. Camino tambaleante en su habitación para recargarse en la ventana y así poder admirar las brillantes estrellas. La brisa movió su cabello ondulado como si de una obra de arte se tratase, quien pudiera admirarlo tan confundido moriría al instante de tal placer. Su cabeza estaba hecha un desastre, se enamoró de una chica con sueños más altos que las oportunidades de él de salir vivo de esta situación que lo tenía tan temeroso, pero quería evitarle todo tipo de peligros relacionado con su familia, no quería que le pasara lo mismo que a sus amigos. Pero cuando está a su lado olvida esos grandes detalles.
Al terminar la última lata camino a la sala y al instante una melodía comenzó a sonar en su cabeza, y no era cualquier canción, era una que le hacía recordar tanto a ella, para ser más específicos I Hate myself for loving you (porque, aunque no lo queramos acaba siendo un adolescente que no sabe lo que quiere). Salió por la puerta y caminó un rato por su jardín hasta que decidió arrancar un par de camelias que su madre había cuidado por años. Paseo por las oscuras calles de Japón y durante todo el trayecto no dejaba de oler el dulce olor de aquellas flores, tanto las olía que aquellas comenzaban a romperse. Aproximadamente media hora después de un largo camino subió varias escaleras hasta llegar al piso correcto. Tocó aquella puerta roja varias veces con los nervios de punta, porque a pesar de estar borracho no podía evitar sentirse como un pequeño niño enamorado. ¿Pero que tenía aquella chica para volver tan tonto a ese rebelde muchacho?
El mismo se sorprendía de lo idiota que podía llegar a ser en frente de ella, y eso le apenaba. Pero antes de aquel beso él podía aún controlar aquellos instintos, pero después de que aquella británica diera el primer paso todo se volvió tan confuso. La puerta fue abierta dejando ver a la joven química con una playera larga con el logo de una de las bandas que tanto le encantaba a la machaba: The velvet Underground. Tallo sus ojos adormilados y se sorprendió al ver japones enfrente de su puerta.
—Hola Jotaro, ¿Sucede algo?- dijo recargándose en el marco de la pared. El joven trató de no temblar al ver aquellas piernas descubiertas, pues varias veces fantaseó con tocarla de manera que nunca había tocado a alguna mujer.
—¿Te han dicho lo hermosa que te ves esta noche?- Sus palabras sonaron confusas para la usuario de Only in dreams. Miró bien su aspecto desalineado y el olor que este mismo emanaba. Soltó un suspiró y cruzó sus brazos.
—Jotaro, ¿estás borracho?- su voz era serena ante lo que había escuchado. No quería ilusionarse por palabras que solo borracho se puede decir.
—No lo sé, deberías decírmelo tú.- una risa salió de sus labios, desde ese momento se prometió a sí misma no hacer preguntas obvias.
Se hizo a un lado y dejó pasar a su visita. Lo encaminó al sillón cuidando de que no cayera al suelo, después de todo no se encontraba en sus cinco sentidos.
—¿Que te puede tener tan mal como para que estés así?-.
Estaba nervioso, y estaba rendido ante sus pies, aunque ella no lo supiera. Pasó una de sus manos dentro de su gabardina negra y agarró esa carta que había escrito semanas antes. Su corazón comenzó a acelerarse y le dio aquel papel con todos sus sentimientos escritos.
—Ah, espera, también te traje esto.- sacó unas flores destrozadas de su bolsillo haciendo reír a la pecosa. Tomo aquellos pedazos entre sus manos y acerco lo que quedaba de aquellas flores a su nariz.
—Gracias.- se sonrojo y bajo la mirada. Nunca le habían regalado otro tipo de flor que no fueran rosas, y para suerte de Jotaro esa fue una buena señal para la británica. Toda su vida había odiado las rosas porque a su parecer eran clichés, y a pesar de que se lo había comentado a sus amores del pasado aquellos parecieron no prestar atención, ya que le dieron todo aquello que la chica detestaba.
Isis abrió aquel papel arrugado, y cuando posó su vista en las primeras palabras un color carmesí subió a sus mejillas. Su rostro quedaría grabado en la cabeza del muchacho por la eternidad. Sorpresa y miedo, no hay más palabras para describir su expresión, pero al llegar al final de la carta una lágrima cayó por su mejilla. Y ahora Jotaro tenía otra cosa anotada que le gustaba de Isis: su persona tan expresiva; básicamente era todo lo contrario a lo que era él.
Cuando estaba por responderle un ronquido inundó el lugar. Isis se sintió apenada y se paró de aquel sillón. Volvió a su habitación y fue por una sábana para que el moreno no pasara frío. Con ayuda de su stand lo acomodo para que pudiera estirar sus piernas, le quitó sus zapatos y le colocó su manta favorita para que descansara. Lo miro dormir por un rato admirando todas su facciones, no podía creerlo que había leído. Sus palabras pasaban una y otra vez por su cabeza, se sentía feliz y confundida. Su gato no tardó en aparecer y se colocó arriba del muchacho. Enterró sus uñas sobre su piel y se quedó dormido. Esta era una escena que atesoraría toda su vida. Volvieron las dudas y no paro de mirarlo, no entendía que pudo hacer ella para llamar por lo menos su atención.
—¿Por qué un chico como él se quedaría a mi lado después de compartir mi esencia?- habló para sí misma.
Se dio media vuelta y volvió a su habitación. Se acostó sobre su cama y cerró sus ojos esperando que eso no fuera un sueño, ella tampoco podía explicar cómo se sentía.
DIRTYHARRYY
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➸Hidden Place •●• Jotaro Kujo
Fanfiction"... Él es el más bello, el más frágil y aun así fuerte. Un aura oscura y divina. El inventa un encanto que lo vuelve invisible. Se esconde en su cabello, ¿Podre ocultarme ahí también?, buscare consuelo en ese lugar escondido..." ••Los personajes le...