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Valentin

- ¿Cómo que no la junabas Valentin?- Preguntó Dani, mi mejor amigo, asombrado cuando le conté de aquella chica- Malena González boludo, en tercer año hizo que despidieran a un preceptor por pasarse de piola- Abrí la boca acordándome del bardo que se armo ese año con el viejo verde ese.

-No la tenía de cara igual- me justifiqué ante la mirada de decepción de mi amigo, ni que fuera tan importante.

-Ja, vos porque todavía no es estás en el curso. La tenes que ver en acción cuando se pelea con Federico- Rió y tiró los ojos para arriba. Arrugué mi ceño y giré mi cabeza indicando que tampoco conocía al recién nombrado- Es un pelotudo, mañana lo vas a conocer- Me abrazó por los hombros mientras me pasaba el porro que tenía en sus dedos.

- Es linda, o no?- Cuestioné en un intento disimulado pero no salió tan bien como imaginaba, y a cambio recibí como respuesta una carcajada del castaño.

- ¿Que pasa? ¿Te gusta la petisa?- Levantó sus cejas intrigado por mi comentario. Le pegué un palmaso en el hombro por el estupido comentario que había tirado.

-Ni la conozco Dani, mirá si me va a gustar- Se hundió de hombros mientras me miraba divertido. Mordí mis labios por lo tanto que exageró mi comentario.

-Bueno, pero ¿te parece linda?- Le di una calada al porro y después de unos segundos solté el humo bajo la atenta mirada de mi amigo en busca de una respuesta.

-Si que se yo, está buena- Me sinceré ante él, estaba re buena.

Pasamos la noche entre risas y anécdotas que recordamos una y otra vez, pero igual seguimos sin cansarnos. Mañana por fin me paso al curso de Dani y mi grupo de amigos. Recién pude el año pasado subir mis calificaciones para que me den el puto traspaso del orto que vengo deseando desde segundo año.

(...)

Mi alarma sonó indicando que tenía que levantarme para ir al colegio y no llegar tarde, como siempre. Tengo que dar por lo menos un poco de buena impresión el primer día con otro curso. Resignado y con mi vista nublada por el sueño, me paré de mi cama y me fui directo a la ducha. En unos 10 minutos ya me encontraba fuera poniéndome ese uniforme horrible que amargaba mi existencia. Abroché mi camisa y coloqué mi corbata frente al espejo, peiné un poco mi pelo para después terminar frustrándome porque no se veía bien de ninguna forma. Agaché mi cabeza y la moví de un lado a otro para que así se secara un poco y quedará de una forma un tanto más casual.
Agarré mi mochila y salí rumbo al colegio escuchando música, frené en la esquina de mi casa y me tomé el colectivo que me dejaba a menos de una cuadra. Al llegar me encontré fuera del aula a mi grupo de amigos.

-Valen!- me saludó Damian abrazándome por lo hombros, esa misma acción repitieron los restantes , Mauro y Dani.
Nos quedamos un rato charlando hasta que tocó el timbre indicando que había comenzado el horario de clases. Con Dani nos arrojamos más o menos, a los bancos del fondo junto con Lit y Dam.
Teníamos psicología las dos primeras horas, era una re paja, además la profesora tenía mas pinta de que fumaba porro que el mismísimo Duki.

-Bueno para terminar el día de hoy van a completar la frase con lo que se les ocurra, que sea coherente por favor- Habló la profesora y pasó banco por banco para entregar aquella dicha hoja.
Miré la frase "no quiero morir sin..."  y en cuanto la leí recordé ese graffiti que habíamos hecho con mis amigos "no quiero morir sin volverme loco".

- Federico Hernandez- Escuché como la profesora nombraba a un alumno- ¿Quiere compartir su respuesta con la clase?- se escuchó una risa de su parte.

-No quiero morir sin que Malena Gonzales deje de ser una trola- llevé mi mirada al recién nombrado arrugando el ceño.

-Ahí viene la respuesta- escuché el susurro de mi amigo entre gritos de la profesora y risas del curso.

-Voy yo profe- Escuché esa voz tan particular que tenía Malena. Se paró del asiento haciendo ruido para captar la atención del aula- No quiero morir sin saber que Federico Hernandez la puso alguna vez en su vida. Vida infinita profe. - Finalizó mientras se escuchaba un "uh" del aula entera y la risa de mi compañero de banco.

-¡BASTA, LOS DOS A DIRECCIÓN!- Habló gritando la profesora sin poder tener el control del aula, parecía que le iba a agarrar un ataque al corazón.

-Si no hizo nada ella- Saltó Mauro a defenderla.

-En todo caso que vaya él- Comenté lo suficientemente alto para que me escuchara, sentí una mirada fija en mi, giré mi cabeza encontrándome con una sonrisa boluda de parte de mi amigo- ¿Ves que sos un pelotudo?- le susurré para que la cortara de una vez.

-Hernandez a dirección, González más cuidado para la próxima- Finalizó la profesora para luego tomar su bolso y salir casi corriendo del aula.

Abstraído; WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora