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Valentin

-Ya te dije que me gusta como te quedan los dos- La morocha rodó sus ojos ante mi comentario.

-Pero necesito elegir cual llevo- Volvió a tomar las dos polleras, ni siquiera veía la diferencia a una de la otra, las dos eran negras, solo que una tenía un cierre al costado y otra atrás- ¿Esta no me hace el culo tipo, más chato?- Se paró frente al espejo y se dio vuelta para mirarse en él. Abrí grande los ojos y sonreí un poco pícaro, si queres que te fiche el orto te lo ficho Male no hay problema.

Mordí mi labio y la miré otra vez, ninguna la hacía plana si tenía un orto de acá a la China. Se giró para verme y se cruzó de brazos.

Subí mi vista a ella y tiré la cabeza para arriba para que hable.

-Que pajero que sos- Exclamó dándose vuelta y agarrando la ropa tirada en el piso, para dejarla arriba de una silla.

-Si vos me pediste opinión- Reí un poco viendo como me tiraba una remera para que me callase. Era lindo después de todo volver a estar bien, verla feliz me hacía bien.

Se tiró en la cama al rededor de toda la ropa y la valija que permanecía en el centro. Me levanté de la silla y me acerqué a ella.

Me senté a su lado y toqué su pelo para intentar bajarle el estrés por elegir tanta ropa a último momento. Mañana ya nos íbamos, y temprano teníamos que estar en el aeropuerto para abordar el avión e irnos a Bariloko.

Abrió sus ojos e hicimos contacto visual, hice una sonrisa tierna de labios cerrados viendo lo linda que se veía Malena desde arriba con todo el pelo revuleto.

Se escuchó como se abría la puerta de su habitación, y por un reflejo me alejé un poco de ella.

-Malena necesito- entró su mamá y en cuanto me vió paró de hablar- Ay hola Valen, pensé que no había nadie- Sonreí y me acerqué a ella para saludarla, de paso me senté nuevamente en la silla, y al ver el silencio que se había formado, entendí que quizás necesitaban un poco de privacidad.

-Bueno, yo ya me voy igual- Hablé mientras tomaba el celular e iba a saludar a Malena. La morocha me agarró de la muñeca, lo que hizo que detuviera mis moviemientos, me miró y susurró un "no te vas". Arrugué un poco mi ceño, estaba en una situación medio confusa, no sabía que tenía que hacer.

-Después hablamos ma- Vi como suspiraba y se iba cerrando la puerta a sus espaldas- Ahora, los tops- Habló emocionada saltando de la cama dirigiéndose a su armario.

Al fin y al cabo, ver como Malena desfilaba toda su ropa, era un completo honor para mí. Salteando la parte donde se ponía nerviosa porque le decía siempre lo mismo y me insultaba, estaba bueno.

Agarró su celular y puso música. Se acercó a mí mientras bailaba al compás de la melodía, me extendió la mano para que la tome y baile junto a ella.

La agarré de la cintura viendo como ni con eso lograba que dejase de hacerlo, la música la convertían en otra persona, sacaba su lado loco y se dejaba llevar por el ritmo.

Reí viendo como actuaba todo lo que decía la canción, y luego de eso, largó una carcajada dejándome medio atontado por la risa tan hermosa que tenía.

Nos quedamos un rato viéndonos con una sonrisa de por medio. Suspiró y se separó de mí, yendo nuevamente hacia la silla donde tenía tirado todo lo que quería llevar, fue al baño y cerró la puerta.

Me senté sobre la cama esperando verla cambiada, vi por todo mi campo visual ropa y más ropa. ¿De dónde sacaba tanto si siempre se ponía lo mismo? Solo alternaba sus zapatillas.

En eso salió del baño y me miró con un gesto algo negativo.

-Medio raro el color- Era rojo, no sé que tenía de raro. Igualmente asentí intentando no confundirla el triple de lo que estaba, quería ayudarle a que termine de una vez por todas de armar la valija.

Estuve un par de horas más en la casa de la morocha, hasta que por fin terminamos con todo. Hacía mucho no me reía tanto, y hacía mucho no la veía tan contenta mientras bailaba, parecía hasta medio drogada.

Llegué a mi casa con una sonrisa en el rostro, lo que captó la atención de toda mi familia, menos la de mi hermano que no estaba presente. Mis viejos permanecían tirados en el sillón viendo una película. Se miraron entre sí y luego dirigieron su vista a mí.

-¿Que pasó?- pregunté tocando mi cara, pensando que quizás tendría algo en ella. Rieron y negaron.

-¿Con quién te viste que venís tan feliz?- Rodé mis ojos y mordí mis labios, siempre la misma pregunta. Esta si la acertaron igual, pero suele ser porque vengo de juntarme con Daniel.

-Con nadie Ma- Me fui dejándolos atrás, subí las escaleras y entré rápidamente a mi habitación.

Miré el bolso que tenía listo para mañnaa, e inmediatamente me acordé de Malena probándose esa pollera ajustada que me había sacado todo el aliento.

Me tiré sobre la cama y cerré los ojos sintiendo como mi corazón se aceleraba al pensar en la morocha.

Y por más que lo quisiera ocultar, era más que obvio el hecho de que estaba hasta las manos.







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voten/diganme si quieren un maratón de bariloko xq me cebe escribiendo y tengo una banda de borradores sin editar :) ndea

Abstraído; WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora