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Malena

Me había perdido entre medio de todo el boliche, pasaba una y otra vez por el mismo lugar. Además de que era re chiquito, no entendía porque no encontraba a ningún conocido.

Achiné un poco mis ojos y pude ver a lo lejos a Valentin bailando con una mina, estaban más pegados de lo que me gustaría. Tragué en seco y despejé mis malos pensamientos, no podía estar celosa, no me gustan los celos.

"El puede hacer lo que quiera, fue un beso nada más Malena" repetía en mi cabeza para hacerla entender de una vez por todas. Desvíe mi vista, pero fue en vano, porque segundos después la centré nuevamente en ellos, viendo como chapaban a más no poder en una esquina.

Mordí mis labios un poco triste, sentí una mano en mi hombro y giré mi cabeza encontrándome con Fiorella, una amiga que había conocido hoy, de hecho estábamos en la misma habitación y todo, ella yo y su mejor amiga, Luana. Eran unas rubias hermosas, súper simpáticas y buena onda, me salvaron porque sino, no sabría con quien dormiría.

-Acá estás boluda- Dijo mientras pasaba uno de sus brazos por mi hombro, arrugó su ceño viendo mi expresión completamente seria. Miró para al frente y pronunció un "ah" al observar al castaño con otra mina- ¿Son algo?- Cuestionó mientras tomaba de su bebida y acomodaba su pelo, negué un poco apenada, esperando que no se note tanto el hecho tan evidente de que me dolía verlo con otra- Entonces vení que te presento a mi amigo- Habló feliz intentando desconectarme de todo lo que había visto.

Me arrastró con sus manos, y nos detuvimos delante de un grupo de chicos, eran todos tinchos, pero había un morocho que hacía que se me volara automáticamente la tanga, y recé por todo en el mundo que él sea su amiguito que me quería presentar.

-Benja- llamó en un grito la rubia, haciendo que el recién nombrado fije su vista en ella, y después en mí- Ella es Male, Male él es Benja. Me voy a buscar a Luana, conózcanse- finalizó perdiéndose entre la gente.

-Hola Male- Saludó el morocho acercándose a mi con una sonrisa de labios cerrados, parecía estar sobrio, y yo estaba completamente al revés. Saludé un poco con la mano intentando no caerme entre toda la gente.

Me tomó de la cintura antes que pudiera tropezar con un líquido que había en el piso, entre medio de la oscuridad conectamos miradas y me enderecé nuevamente, aún sin perder la cercanía que manejábamos.

No tuvo que pasar mucho tiempo más, para terminar los dos pegados encima del otro. Era frustrante no poder pensar en otro pibe que no sea Valentin, sus labios no eran los mismos que los del castaño.

Bailamos al ritmo de la música, y por unos minutos pude olvidar al ojizaul, y concentrarme en el morocho hermoso que tenía frente a mí.

Fuimos a la barra entre la gente, no pensaba pedirme nada, no tenía plata encima y eran capaces de cobrarte un vasito de cerveza $300.

Salió entre medio de la multitud con una jarra de vino y hielo. Me relamí viendo tal manjar en mi campo visual. El morocho sonrió y me extendió la bebida tras darse cuenta con la mirada de deseo que la veía.

Fuimos a la pista nuevamente y bailamos pegados al compás de la música, no tenía ni noción de que hora era. Solo sabía que no quería irme en lo absoluto de al lado de Benjamin, un ángel caído del cielo parecía bailando cuarteto en medio de un remix medio falopa.

Sentí unos brazos rodear mis honbros, cortando cualquier tipo de cercanía con el muchacho. Me giré para mirar mal a cualquiera que se hubiera atrevido a hacer semejante acto.

Me encontré con Valentin, que mantenía su mirada fija en el morocho. Vi como los músculos de su mandíbula se tensaban, y mordía su lengua dentro se su boca, dando un aspecto completamente intimidante.

El morocho se limitaba a ver la secuencia un tanto confundido, mientras que el castaño no parecía querer alejar su vista en lo absoluto de él. Sonreí un poco incómoda, y giré mi vista a Valentin, logrando que me mire con una sonrisa de labios cerrados.

-Veni un cachito Valen- Hablé mientras agarraba una de sus muñecas y lo llevaba a una esquina donde no había tanto ruido, dejando atrás al morocho. Me paré frente a él de brazos cruzados- ¿Que carajo haces Valentin? - Pregunté un poco enojada por la actitud de mierda que había tenido.

-¿Que?- tiró sus hombros para arriba y clavó una mirada fija en mí, queriéndose librar de sus acciones.

-Hacete el boludo- Me fui nuevamente a la pista, viendo como el castaño miraba desde atrás con un semblante un tanto inquieto, tensaba su mandíbula y apretaba sus manos al verme pegada otra vez al morocho.

Si quieres jugar así, juguemos Oliva.

Abstraído; WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora