El viaje

278 22 2
                                    

Hermione

El esperado día llegó. Me desperté muy temprano y desayuné un café, mi estómago no daba para más. La maleta ya estaba preparada, así que bajé por el ascensor con ella y esperé en el portal al coche del programa que me llevaría al aeropuerto de Heathrow, Londres. Cinco minutos después, ya estaba dentro con mi maleta gigante en el maletero. 

-¿Tendremos que esperar a mi acompañante? -le pregunte al conductor.

-No señorita, a su acompañante ya la ha recogido otro coche, se verán en el aeropuerto.

-Perfecto.

<Mentirosa> pensé. 

Me sentía verdaderamente mal, necesitaba a Ginny a mi lado.

Una hora y media tardamos en llegar al aeropuerto, y eso que el coche era mágico y que por lo tanto había utilizado sus trucos para evitar el atasco. Aunque no por nada Heathrow era el aeropuerto más concurrido en el mundo. La verdad es que hubiese preferido ir allí rápidamente y sin necesidad de coger un avión. Pero la aparición intercontinental era muy peligrosa y había grandes riesgos de despartición. No, los de Magicians no se podían arriesgar.

Una vez aparcamos y entramos en la sala principal, tuve que hacer cola para dejar la maleta y luego para que me chequeasen los de seguridad. Después, pasé a la sala gigante donde hay un montón de tiendas muggles y gente esperando con sus maletas en los bancos. Miré la pantalla de vuelos, el mío era en media hora. Tenía que buscar a Ginny. Empecé por los bancos y al principio no la localicé, pero cuando estaba a punto de empezar por las tiendas, vi al final del todo una mata de pelo pelirrojo muy largo. Era mi amiga.

-¡Ginny! -grité.- ¡Ginny soy yo!

Mi amiga volteó la cabeza y al verme me lanzó una sonrisa radiante. Se levantó del banco y las dos nos fundimos en un gran abrazo.

-Oh Dios suspiré aliviada.- menos mal que estás conmigo, sino no se que haría.

-Dímelo a mí. -dijo Ginny con voz entrecortada por la emoción.- estoy que no puedo por los nervios. Nunca he montado en esos cachivaches mugres. ¿Y si morimos ahí dentro?

-Traqui Ginny. No vamos a morir, los aviones son seguros.

Pero Ginny no pareció escucharme. Seguía mirando a todos los lados muy impaciente. La apreté el brazo con fuerza, y para distraerla la pregunté:

-¿Cómo se ha tomado Harry tu marcha?

-Bueno, le da envidia que yo vaya a Nueva York y él no, pero entiende que ahora tú me necesitas más.

-Espero no haberos causado problemas...

-No, no te preocupes.

Enseguida nos fuimos de la sala, el avión partía en quince minutos y todavía estábamos muy lejos. Es más, tuvimos que ir medio corriendo en busca de la puerta de embarque correcta. Y una vez nos metimos en la cola para entrar, nos permitimos respirar.

Las azafatas eran muy amables y nos guiaron a Ginny y a mí a la zona de primera clase. Sí, ir a un concurso en avión tiene sus privilegios. Nos sentamos las dos en sitios pegados y a mí me tocó al lado de la ventana, aunque prometimos cambiarnos de vez en cuando. 

Ginny se agarró con fuerza al asiento y empezó a respirar con mucha fuerza.

-No pienses en ello. -dije.- hablemos de cosas para distraernos.

-No puedo. -dijo Ginny.- madre mía, parece mentira que sea Gryffindor.

Las azafatas empezaron su ritual de seguridad y todos prestamos atención. Después, el avión empezó a moverse por la pista. Empezó a cobrar velocidad y por fin despegó. Gin cerró los ojos con mucha fuerza y no los abrió hasta que ya estuvimos en el aire y a una distancia prudente del suelo. Ya se podía caminar por el avión.

-Mira, ya ha pasado. No ha sido para tanto.

-Quizás para ti no, que te has criado con muggles. Yo en mi vida había pisado un aeroporto.

-En realidad es aeropuerto.

-Como sea.

Las primeras horas estuvimos charlando animadamente sobre chismes y libros. Luego, cuando ya no había sobre qué hablar, Ginny se fue al baño y yo saqué un libro del bolso. Así me pasé casi todo el viaje, salvo para comer y echarme una cabezada. Gin por su parte, vio la película muggle que estaba poniendo en el avión, y después, se puso a leer una revista que había cogido llamada 2El mundo de la escoba".

Nueva York estaba cerca. El avión fue perdiendo altura y yo no pide evitarlo, abrí la cortina para ver la ciudad. Mi primera impresión fue que aquello era inmenso, una auténtica jungla urbana. Millones de edificios y rascacielos. Me quedé con la boca abierta. Me vino a la mente aquella canción muggle que cantaba la tal Alicia Keys, esa que se llamaba Empire State on Mind. Esa ciudad iba a ser mi hogar durante un tiempo (el que durase en el programa), y me podía acostumbrar a ella.

Aterrizamos sin problema y poco tiempo después pudimos salir. Una vez pisamos el JFK de Nueva York, fuimos a coger las maletas. Ginny no paraba de hablar sobre lo emocionada que estaba, yo no podía para de pensar en lo nerviosa que estaba. Las maletas no tardaron en aparecer y cuando las tuvimos en nuestras manos nos dispusimos a salir. Se suponía que un coche nos estaría esperando a la salida del JFK. Y efectivamente, allí estaba. El conductor fue muy amable con nosotras y nos subió las maletas él solo. Nosotras le agradecimos nos subimos a la parte trasera del coche. Durante el viaje al hotel, no paró de comentarnos lo bien que estaba la ciudad y lo bien que iba a estar el programa.

-Mañana se reunirá con el resto de los participantes, donde les harán firmar el contrato para entrar en Magicians. 

-Qué bien. -comenté sin mucho interés.

-¿Sabe señorita quienes son el resto de participantes?

Me quedé dubitativa. No, no lo sabía. No siquiera se me había pasado por la cabeza mirarlo. Tonta que era.

El hotel estaba cerca del centro de Nueva York, y como supuse, era muy caro. Unos botones nos llevaron las maletas a las habitaciones nada más entrar por la puerta. La recepcionista nos sonrió amablemente y nos dio las llaves y unas indicaciones sobre cómo llegar.

-Que pasen una buena estancia.

-Gracias.

Ginny y yo nos íbamos a ir ya a la habitación cuando vimos a alguien entrar. Era un chico muy rubio de ojos grises. Al principio no le conocí, pero cuando le miré  la cara fue como si me hubiesen abofeteado la cara. El chica era nada menos que Draco Malfoy.

-¡Tú! -fue lo primero que pensé.

Malfoy pareció no oírme, pero cuando chillé me miró y se quedó helado. Tampoco se lo creía. Miré a Ginny escandalizada.

-¿Qué hace este aquí? ¿No irá a participar verdad?

Gin parecía tan alucinada como yo. Se había quedado sin habla.

-¿Qué pasa aquí?

Un chico moreno apareció detrás de Draco. Blaise Zabini. Genial, lo que nos faltaba.

Magicians (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora