Capítulo 6

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Faltaban al menos cinco minutos para que la clase de historia comenzara. Hippo comenzaba a aburrirse en el salón con sus amigos, así que decidió iniciar una conversación para aclarar dudas.

   —Oigan, ¿qué pasó al final del capítulo de Bob Esponja cuando vendían chocolate? —preguntó Hippo mientras miraba sus uñas.

   —Creo que fueron a una cita con dos señoras —dijo Orville enfrente de él.

   —¿Dos señoras? Voy a vender entonces chocolates mañana.

   —Viejo, dos señoras de la tercera edad. ¿Te gustaría estarles cambiando sus cómodos? ¿O cena de avena caliente con reventón de juanetes al final?

   —¡Qué asco, Orville! —exclamó Frog a un lado de él —. ¿Cómo es que sabes todo eso?

   —Tengo que cuidar a mi abuela cada vez que llego a mi casa; tiene 85 años.

   —Deberías invitarla a salir, apuesto que con ese cuerpo ya no logra que a ningún hombre se le pare —dijo Hippo.

   —¡No mames! Ni que fuera a tener sexo con mi abuela

   —Capaz que confunde su trompa con su amiguito (amigote). —Frog comenzó a picar suavemente la trompa de Orville.

   —No estaría tan mal tenerlo de este tamaño —dijo Orville mientras tomaba con ambas manos su trompa.

   —Imagínate si fuera tu lengua, podrías aplicar la lengua de gato con la que tú quisieras —dijo Hippo.

   Orville giró sus ojos y comenzó a reír suavemente.

   —No lo haría, ninguna de las chicas en este salón me gustan.

   —¿O sea que lo harías con un chico? —preguntó rápidamente Frog.

   —No, tonta. Quisiera que esa animatrónico elefante también pudiera entender la importancia de la justicia en nuestra escuela, lo importante que es que entre estudiantes nos cuidemos los unos a los otros. Esa chica está en alguna parte, yo lo sé.

   —Deberías buscarle dos abuelitas como las de Bob Esponja —susurró Frog a Hippo. Hippo le guiñó el ojo.

   Mientras continuaban escuchando a Orville soñar despierto con la chica indicada, el salón comenzaba a llenarse con la llegada de los demás estudiantes; aún hacía falta por llenarse una mesa al lado de la del grupo de Hippo: la mesa de Chica. Springtrap y sus amigos habían entrado al salón con el mismo tono escandaloso con el que suelen entrar, ruido mayormente provocado por Springtrap.

   —¿Acaso esos nunca se callan? —preguntó Frog suavemente.

   —A mí no me molesta, ¿no has escuchado las pendejadas de las que hablan? —dijo Hippo a Frog.

   —Pues sólo escuché que las zanahorias quitan el cáncer.

   —Y que ponerle lechuga a los tacos los vuelve sanos, ¿puedes creerlo?

   —Tipos como ellos hay en todas partes, será mejor que nos acostumbremos, pasaremos todo un año con ellos. —Orville se volvió a un pequeño libro que estaba leyendo.

   Mientras Frog e Hippo veían de reojo al grupo de Springtrap, pudieron ver a un muchacho morado entrar por la puerta mojado, era Bonnie. Caminaba rápidamente y se sentó en la mesa al lado de la de Hippo. Hippo volvió su mirada hacia Frog para confirmar que ella también había visto que él estaba mojado. Frog se encogió de hombros y regresó su mirada a Bonnie. Hippo se giró y tocó suavemente el hombro de Bonnie.

Corazón de delfínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora