Capítulo 23

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Días después

   —¿¡Qué pasó, mis compas bonitos!? ¡Soy yo de nuevo: la fabulosa, la ruidosa, la gloriosa, la poderosa, la única y diferente Chica! Bienvenidos a otra transmisión de Radio Dolphin. Como ya saben, dejen de hacer las estupideces que acostumbran a hacer y comiencen a hacer algo de provecho en sus vidas.

   »Está bien, ahora sí hablando en serio, me gustaría dedicar este programa para hablar de una situación que, a mi parecer, se está saliendo un poco de control. Ustedes recordarán en sus salones cuando el director entró y se despidió, ¿no? Tal vez no lo hizo con todos los grupos, porque aunque seamos pocos estudiantes por grupo, somos muchos grupos. Siéntase especiales si fueron despedidos por él aquella noche. Si no fueron avisados personalmente ya pueden sentirse miserables. ¡No se crean, muchachos! Ya saben que el director nos quería a todos por igual; siempre nos apoyó en lo que pudo en la escuela y en impartir algunas clases. Personalmente le agradezco por haberse comprometido a construir un pequeño teatro detrás de la cafetería, en serio creo que le hacía falta uno a la escuela. También le agradezco por haber tomado de su tiempo para que practicáramos deporte, incluso aunque él estaba siempre aplastado en su silla, pero eso no lo hace menos especial. Son cientos de cualidades que podría mencionar de ese gran animatrónico; necesitaría una tarjeta de memoria del tamaño de mi estupidez para describirlas todas.

   »Ahora todos podemos darnos cuenta del valor que tenía el director en esta escuela, porque ahora parece que la luz del sol ya está prohibida en nuestra escuela (quiero agradecerle a mi amiga Mangle por darme la idea de usar esa frase. Gracias, Mangle). No me van a dejar mentir cuando les digo que las cosas ya no son las mismas desde que llegó ese gordo a ocupar su puesto.

   »Yo creía que daba igual quién se encargara del control de la escuela, pero parece que el director hacia mucho más de lo que nosotros podíamos ver, oír o incluso sentir, porque estos días sinceramente han sido una mierda para muchos de nosotros. Apostaría que únicamente los que estén de acuerdo conmigo están escuchando este canal. Los demás, sinceramente, pueden irse mucho a chingar a su madre. Por cierto, chicos, me gustaría decir lo bien que me siento aquí diciendo todas las pendejadas que acostumbro a decir, incluso el poder que tengo de decirlas sin que el director censure mis groserías; admito que no es la mejor forma para mantener mi respeto hacia él aunque ya no esté con nosotros, pero a estas alturas la mierda es el pan de cada día para todos nosotros, incluso aunque no estemos aquí, porque cuando cruzamos las puertas de salida la mierda nos acompaña hasta que estemos en casa, y con suerte ese no será el final.

   »Oigan, muchachos, sinceramente… ¿acaso esos animatrónicos no aprendieron nada de lo que vivimos con el director? ¿O de nuestros queridos profesores? Parece que todas esas enseñanzas, todas esas páginas de libros las ocuparon para limpiarse el culo y desecharlo por el inodoro. Hace algunos días me habían arrojado un plato de caldo de pollo caliente, pero eso no parece importarle a la administración de la escuela; mientras estemos aprendiendo no habrá ningún problema. Estoy realmente aprendiendo la porquería de animatrónicos con los que convivo.

   »Aquellos ciegos que me escuchan se preguntarán por qué la tengo contra varios de ellos, ¿no? Bueno, es muy sencillo. Hay algo que nuestro director nos enseñó mientras aún trabajaba con nosotros, y era que ningún animatrónico debía ser molestado por características insignificantes: color de piel, ropa, religión, etcétera. Todos sabemos que esos rasgos nos hacen únicos y esas cosas. Con la llegada de este cerdo a la escuela eso dejó de ser una prioridad para mantener la sana convivencia entre nosotros, por lo menos desde que vio esa violencia y decidió pasarse de largo e irse a su casa, ¿ustedes no lo vieron ese día? Yo estaba con mis amigos afuera de la escuela comprando una pizza bien pinche rica; tienen que probarlas, por cierto. Como sea, vimos que estaba saliendo de la escuela con ese viejo maletín que siempre usa cuando se va de la escuela; eran las cinco de la tarde, todavía faltaban varias horas para que las clases terminaran. A un costado del camino por donde él estaba caminando, había un grupo de animatrónicos, cuyos nombres no voy a mencionar, que estaban molestado a dos muchachos que van en mi salón; ellos son muy reconocidos por ser dos animatrónicos que cualquiera tendría ganas de molestar. Pero, muchachos, ¿vale la pena hacer sentir a un amigo así? ¿Cómo se sentirían si ustedes fueran esos muchachos y les estuvieran arrojando todo el tiempo mierda? Incluso literalmente. Esos animatrónicos que perdieron su moral se parecen a ese puto gordo que se sienta todos los días en la dirección a tragarse las porquerías que venden en la calle.

   »Muchachos, ahora vamos a ver lo que nuestro compañero Bonnie está viendo entre los edificios de la escuela. Vamos contigo, Bonnie.

   —Gracias, Chica. Estoy ahora mismo parado en la explanada de la escuela, justo enfrente de la dirección de la escuela. Son las 3:50 P. M. A esta hora varios de nosotros deberíamos estar tomando clase. Como es una radio nadie puede ver lo que está sucediendo, pero al menos puedo decirles lo que yo veo. Hay varios animatrónicos aquí en este momento, parece como si no tuvieran clases. Hay algunos animatrónicos de mantenimiento trabajando ahora mismo, pero también hay animatrónicos que se están encargando de volver a ensuciar a sus espaldas. Del otro lado puedo ver que hay una guerra de bolas de papel, justo donde los animatrónicos, sobre todo aquellos que eran pareja, solían acostarse y pasar las horas libres. Es deplorable ver en lo que se ha convertido nuestra escuela. En tan sólo unos días las cosas cambiaron a esto, Chica. En tan sólo unos días perdimos nuestra educación.

   »En la dirección puedo ver a lo lejos que el director está en su oficina; creo que está comiendo una dona Krispy Kreme y un café Starbucks. Creo que ese siempre es su almuerzo, ¿no? Bueno, como sea, los animatrónicos de la dirección parecen estar tan tranquilos como cuando el viejo director aún trabajaba aquí.

   »Eso es todo lo que puedo ver por ahora, Chica. Volvemos contigo en el estudio.

   —Gracias, Bonnie, ten cuidado allá afuera, eh. En serio que ahora necesitamos mantener bien abiertos los ojos para que nadie nos sorprenda por detrás, o incluso por delante.

   »¿Qué pasó con el espíritu de ser un corazón de delfín, muchachos? ¿Dónde chingados pusieron ese orgullo cuando fueron aceptados en la escuela? ¿Ustedes sabían que cuando un gato maúlla es porque está llamando a un animatrónico y no a otros gatos? Bueno, eso es otra cosa, lo que realmente importa es ver en vivo lo que ahora somos.

   »De acuerdo con una pequeña investigación que hizo mi colega Bonnie, se volvió a hacer un análisis de las mejores escuelas de esta ciudad, y al parecer hemos bajado de puesto; hemos perdido diez años de arduo trabajo para haber sido reconocidos como la escuela número uno. ¿Ya están felices, perras? ¡Deberían estarlo! Porque ya lo lograron, mandaron a la mierda a la escuela. Espero que al menos esta pequeña vía nos haga pensar un poco más en lo que estamos haciendo y en lo que debemos cambiar. Por favor hagan lo posible por mantener este canal de radio abierto, sería terrible que alguien nos delatara con esa perra de cerdo y cerraran otro de los medios de comunicación donde tanto nos divertimos, porque sí nos divertimos, ¿no es cierto, muchachos? Ya saben que en esta radio yo me encargaré de mantenerlos al tanto de la mierda que sucede allá afuera, así como trataré de hablarles un poco más de lo que sucede dentro de la dirección. No dejaremos que esos idiotas sigan mirando desde sus escritorios cómo nos morimos lentamente en la hoguera.

   »Como último punto, muchachos, quiero… Quiero agregar dos cosas; dos cosas porque me acaba de llegar una noticia de parte de Bonnie que está allá afuera. Primero, me gustaría invitarlos a dejar de ser unos imbéciles y tratar con decencia a sus compañeros; aquí ya nadie es un humano, todos somos animatrónicos, eso quiere decir que animatrónicos que tengan forma de humanos aún son animatrónicos, el exterior no define lo que eres en el interior. Así que ya paren su pendejada de molestar a los nuestros. Como segundo punto, el cual es el que me acaba de llegar de Bonnie, es el cierre de edificios de la escuela: Bonnie me avisó que puede ver a varios animatrónicos cerrando el edificio donde yo tomo clases de matemáticas; estaban poniendo mesas y sillas en las puertas para que nadie tomara clases. También hay varios animatrónicos con grandes carteles y pancartas alrededor de ese edificio. Algunas de estas dicen… "Chinga tu madre, cerdo", "Regresen al director", "Mataron a los delfines", o al menos esos son algunos que Bonnie logró leer. ¿Lo ven, muchachos? ¡Sí estamos siendo escuchados! Sabía que si apartaba un día para explicar lo que está sucediendo responderíamos; no nos quedaba de otra más que cerrar edificios, supongo. Quiero decirles que estoy orgullosa de los chicos que están cerrando el edificio; al menos ellos están buscando un cambio, y también quiero decirles que tienen todo mi apoyo, en esta radio estaremos avisando de su movimiento.

   »De acuerdo, mis muchachos, tendremos que detener esta transmisión ahora. Ustedes saben que nosotros ponemos música y videos que vemos en YouTube, pero ya que debemos mantener las transmisiones a escondidas del gordo, no podemos prolongarlas demasiado, así que la dejaremos hasta aquí. ¡Los amo, muchachos! ¡Luchemos juntos por devolver el verdadero corazón de delfín que hay dentro de todos nosotros! ¡Besos! ¡Yo soy Chica, y recuerden siempre mandar a la verga! ¡Adiós!

Corazón de delfínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora