Capitulo 13.

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Disclaimer: Los personajes del siguiente texto son propiedad de Masashi Kishimoto. Este es un fanfiction sin motivo de lucro ni adjudicación de personajes.

 Este es un fanfiction sin motivo de lucro ni adjudicación de personajes

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───── {.⋅ ᴇʟ ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛᴏʀ ⋅.} ────

Kakashi no supo qué era lo que le había despertado hasta que volvió a oírlo una vez más. El grito de angustia que atravesó las paredes terminó de espabilarlo y, al instante, comprendió que Hinata debía estar siendo víctima de una pesadilla. Descalzo y vestido solo con los pantalones del pijama, corrió a su dormitorio.

Entró sin llamar y encendió la lámpara que estaba sobre la mesilla. Hinata movía la cabeza de lado a lado de la almohada con violencia, mientras trataba de apartar la pesada colcha con las manos, que parecía asfixiarla.

—¡No! ¡No! —gritó de nuevo. Tenía las mejillas empapadas de lágrimas.

Kakashi la agarró por los hombros en un intento de inmovilizarla y le habló con suavidad:

—Tranquila, Hinata, despierta. Solo es una pesadilla.
Pero ella siguió retorciéndose con los ojos cerrados sin dejar de gritar.

—¡Suéltame! ¡Suéltame!

—¡Hinata, despierta! —Su tono firme y sereno se filtró al fin en su cerebro, y Hinata abrió los párpados sobresaltada.

Al ver que un individuo la sujetaba con firmeza, con el rostro casi pegado al suyo, asomó a sus ojos una mirada de terror descarnado que lo alarmó muchísimo.

—Tranquilízate, Hinata, soy yo, Kakashi.

—Kakashi... —Por fin la joven empezó a asimilar sus palabras—. ¡Kakashi!

Se arrojó sobre él y, abrazándose con fuerza a su cintura, apoyó la mejilla empapada contra su torso desnudo.

—Dios mío, Kakashi, pensé que... Notaba sus manos por todo mi cuerpo... Estuvo a punto de... Por un momento creí que tú...

—Chist —la mandó callar con dulzura y apoyó el rostro sobre el pelo fragante mientras su mano subía y bajaba por su espalda en una caricia tranquilizadora—. Hinata, estás a salvo. Ese tipo ya no podrá hacerte daño. No debes tener miedo.

Las palabras y sus caricias hipnóticas actuaron como un bálsamo. Hinata fue tranquilizándose poco a poco y, cuando volvió a hablar, ya no le temblaba tanto la voz:

—Kakashi, no quiero que te vayas. No quiero que me dejes sola esta noche —suplicó, frotando su cara contra su pecho cada vez que pronunciaba la palabra no.

ᴇʟ ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛᴏʀ | ᴋᴀᴋᴀʜɪɴᴀ ღDonde viven las historias. Descúbrelo ahora