Bucky Barnes

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—Gracias —le sonreí al señor del mostrador. Salí de la cafetería y le di un gran mordisco a la rosquilla cubierta de chocolate. Quiero que algo llenara el vacío que sentía. ¿Y qué mejor que la comida? —. Vámonos —dije apenas cerré la puerta de auto. El chofer asintió y comenzamos el camino hacia la torre.

Terminé con Sam hace dos semanas, estábamos a punto de cumplir cinco meses cuando él decidió cortarlo. Según mi madre, había pasado por las 5 etapas del duelo. Los primeros dos días no quería creerlo, no podía, lo negaba a cada rato.

FlashBack:

¡Esto no puede estar pasando!. Digo, seguramente es una broma. ¿Verdad?”

Miré a Bruce quien apenas entendía de lo que hablaba. Él negó dándole un sorbo a su café.

“¿Y tú que vas a saber?”

Fin.

Luego me enojé, pero no era un enojo normal, comencé a destruir todo.

FlashBack:

“¿Qué haces?”

La voz de Tony a mis espaldas hizo que dejara de apuñalar el pobre oso de peluche que mi EX-novio me había regalado para nuestro segundo aniversario.

“Me deshago de todo lo que me recuerde a ese maldito bastardo”

Comencé a destrozarlo haciendo que el relleno saliera disparado por doquier.

“¿Estas así porque Sam termino contigo?”

Volteé hacia él con la cabeza del oso en mano.

“Él no termino conmigo. ¡Yo terminé con él!”
Fin.

Él había terminado conmigo, pero no iba a aceptarlo tan fácil. Al menos no es ese momento.
Luego pasé por la negociación. Dios, que vergüenza.

Flashback:
“Te compro una motocicleta nueva, o también puedo presentarte a algunas de mis amigas”

Él me miro serio. Le di una sonrisa inocente y hable.

“¿A sus abuelas?”

Steve se puso de pie y apoyo una mano en mi hombro.

“Sam ya tomó una decisión, no voy a extorsionarlo para hacerlo cambiar de opinión. Lo siento”

Dijo eso y se fue. Me tire al sofá y comencé a patalear.

Fin.

Si, lo sé. Patético. Pero en ese momento era lo mejor que tenía. Comprar al Capi no es tarea fácil.
Luego vino la depresión, pero sorprendentemente solo duro cinco días.

Flashback:
“¡¿Qué mierda hice mal?!. ¡¿Por qué lo hizo?!. ¡¿Acaso no soy suficiente?!”

Mi corazón dolía horrores, lo había intentado todo. Sentía el suave tacto de Nat acariciando mi espalda mientras mi cabeza repodaba en su hombro.
Fin.

En este momento estoy en la última etapa. La aceptación.
No fue fácil, lo reconozco, para mi suerte en esas dos semanas él no estaba en la torre, había ido a una misión, creo. Los vengadores que si estaban allí fueron de gran ayuda, me apoyaron y me tuvieron paciencia, sobre todo Rogers, carajo, lo moleste en más de una ocasión, pobre sujeto. También estuvo Bucky, él me ayudó mucho aunque apenas hayamos intercambiado unas tres palabras en el pasado, ahora lo considero un gran amigo.
Llegamos a la torre, entré y me metí al ascensor, apreté el ante último piso, pero este se frenó en el dos. Cuando abrió sus puertas me encontré con Bucky. Dios, y yo atragantándome con rosquillas.

—Se ve que están buenas —rio entrando al elevador.

—Lo están —asentí sintiendo mis mejillas arder debido al embarazoso momento. Limpie un poco la comisura de mis labios sabiendo que allí podría haber restos de chocolate.
— ¿Quieres? —le invité acercándole la bolsa de papel. Él me regalo un sonrisa y metió la mano sacando una rosquilla con glaseado de fresa.

—Gracias, ____ —agradeció antes de darle un mordisco.

El elevador comenzó a hacer un ruido sumamente raro, me puse en alerta al igual que Bucky, las posibilidades de que nos estén atacando era altas. Pero no, solo se había detenido el elevador, las luces comenzaron a parpadear hasta que se apagaron, suerte que están las luces de emergencia.

—Algo me dice que estaremos aquí por un rato— volteé hacia él y se encontraba sumamente tranquilo mientras le daba un mordisco al dulce.

Solté un suspiro y me apoye contra la pared para luego sentarme en el piso a comer mis rosquillas. Él repitió mi acción quedando uno al lado de otro.

—¿Cómo estás? —preguntó.

Mi mirada estaba fija en el frente, las limpias paredes plateadas del elevador servían muy bien como espejos, podía ver sus ojos clavados en los míos sin ni siquiera mirarnos a la cara.

—Bien —contesté antes de darle otro mordico a la rosquilla—. No fue tan malo. El que si la pasó mal fue el pobre oso de peluche— reí.

Él no tardo en unirse. Comenzamos a charlar, todo normal hasta ahora, habían pasado cerca de diez minutos.

—Qué extraño. ¿Por qué nadie vendrá? —pregunté poniéndome de pie.

—Es el elevador interior, casi todos usan el que tienes las mejores vistas —habló Bucky, escuché como se ponía de pie. Yo miraba hacia todos lados buscando algo que pudiera ayudarnos.

—El necio de Stark no puso un botón de ayuda —hablé con fastidio.

—Tal vez esto sea obra del destino —volteé algo confundida ante las palabras de Buck—. Digo, tal vez el destino nos quiere juntos —comenzó a acercarse mientras yo retrocedía a cada paso que daba.

—Muy graciosos, Buck. Pero ya enserio, ayúdame a buscar una salida —el aire se me iba con cada centímetro que avanzaba, hasta que dejo un poco distancia entre mi rostro y el suyo, su respiración se mezclaba con la mía—. ¿Buck? —mi mirada bajo a sus labios por instinto. Mi pulso comenzó a acelerarse, un pequeño escalofrío recorrió mi espalda cuando posó sus manos en mi cadera.

¿Qué estaba esperando?. ¿Por qué no me besa?.

Solo miraba mis labios y luego mis ojos, hasta que una sonrisa se formó en sus labios. Iba a separarse, pero yo quería ese beso, lo necesitaba. Lo tomé del cuello de la camisa y lo atraje hacia mi uniendo nuestros labios, él aceptó casi al instante.
Aquel beso se intensifico, volvió firme su agarre en mi cintura y me levantó como si fuera nada. Enrede mis piernas en su cadera, mientras él acariciaba y apretaba levemente mis muslos. De la nada el ascensor se abre dejando ver a un Tony sudado y con un poco de aceite en su cara.
Nos separamos los más rápido que pudimos, pero no serviría de nada, ya nos cachó.

—Ay por dios —una sonrisa se dibujó en su rostro.

—Tony, escucha, podemos exlicarlo…

—¿Explicar qué? —me interrumpió—. Yo no vi nada, no hay nada que explicar —lo miré confundida—. Yo no diré nada de lo que NO vi —solté una carcajada ante la pésima actuación del millonario.

Volteé hacia Bucky quien miraba algo confundido la escena.

—Solo dire, que no usen este ascensor hasta que alguien venga a repararlo definitivamente —tomó su caja de herramientas y comenzó su camino—. ¡Usen un cuarto! —exclamó a mitad del pasillo.

Reí mientras salía del ascensor junto con Bucky.

—Yo creo que deberíamos hacerle caso— le sonreí mordiéndome el labio inferior, estire mi mano y él la tomó con una sonrisa.

Sera una laaarga tarde.

𝑶𝒏𝒆 𝑺𝒉𝒐𝒕𝒔 𝑴𝒂𝒓𝒗𝒆𝒍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora