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–No, no vas a ir– ni siquiera me miras, tu celular parece ser más importante que yo.
–Ajá, y eso quien lo dice?– me levantó de la cama al tiempo que me cruzo de brazos– Eres mi novio, no mis padres– entonces levantas la mirada–No puedes prohibirme nada.
–Es exactamente el hecho de ser tu novio lo que me da derecho de negarte ciertas cosas– la ira y la frialdad en tu mirar ya no son nuevos. Tu seguridad me hace reir.
–No, no lo hace John, lo sabes, las únicas personas que alguna vez tuvieron ese derecho son mis padres... Y Doyoung cuando quiero hacer algo estúpido– murmuro eso último con gracia y tu frunces el ceño.
–Escucha Chittaphon– te levantas de la cama intentando intimidarme, pero ya sé a donde vas, así que esta vez hablo yo.
–No, escucha tu por una maldita vez en tu jodida vida– desordeno mi cabello y suspiro– Estoy harto, si? Entiendo que hay veces que si, es necesario que me detengas de hacer alguna tontería, pero te parece que ir a acampar con los chicos es una?– niego levemente con mi mano aún entre mis cabellos– No sé, no entiendo como es que te las arreglas para volverme un desastre y luego pretender que está todo bien, no soy un puto titere!– cierro fuertemente los ojos intentando calmarme– Realmente quiero golpearte justo ahora, y lo peor es que todo este tiempo he sido un cobarde por no hacer nada para detenerte– llevo mi otra mano a mi cabello y lo estrujo con impotencia.
–Ten, yo creo que necesi– vuelvo a interrumpir.
–Necesitas qué? Tu maldito espacio? Tan predecible– inhalo fuertemente–Tu lo que necesitas es un estúpido corazón-digo más para mi mismo– Adelante, tanto quieres tu espacio? Ve y tomate lo que se te venga en gana, espero que así dejes de creerte mi dueño...
–Yo me refería a que necesitas calmarte–te cruzas de brazos–No podemos hablar así.
–Esperar a que me calme, claro– farfullo con burla– Bien, entonces hay dos opciones, te vas tu, o me voy yo, y como te veo muy cómodo aquí será la segunda, me voy con Sicheng y los chicos– me apresuro a tomar las maletas que guardo debajo de la cama y comienzo a guardar mi ropa.
–Eso es lo que quieres?– tu voz suena estresada– Si sigues así me vas a perder, lo sabes– levantas la ceja, sé que intentas retarme.
_No, en realidad me estoy perdiendo a mi mismo por estar aquí– burlo aún empacando– En todo caso tu me vas a perder a mi.
No dices nada, en cambio sales de la habitación en silencio. Cuando termino tomo mi celular para llamar a Sicheng y avisar que voy para allá.
Al cruzar por el living miro de reojo a la cocina, estás sentado frente al comedor con los codos apoyados en este y tu cabeza entre tus manos, sé que te afecta, pero tu orgullo te impide intentar hacer algo.
Fuera de la casa están Doyoung, Sicheng y Jungwoo, esperando frente al auto del primero, al verme sonrien con cariño y se acercan a abrazarme. Justo en ese momento dejo caer mis lagrimas.
Jungwoo toma mis maletas y las lleva a la cajuela, yo subo junto a Sicheng en la parte trasera del auto, los Kim van adelante. Sin decir una palabra colocan algo de música durante el camino y regresamos a donde soliamos vivir juntos, el lugar que deje hace un año y medio al mudarme con Johnny.
Sicheng y Jungwoo bajan mis cosas y las llevan a mi antiguo cuarto, Doyoung pasa su brazo por mis hombros y entramos a la casa, casi todo está igual que cuando me fui, aún se siente tan cálido como siempre.
Pedimos pizza, Doyoung dijo que en el refrigerador tenían helado y jugos, ninguno tomaba soda, ni alcohol a menos que fuese en alguna fiesta; convertimos mi habitación en un mini-cine, y hablamos de anecdotas de nuestra niñez y adolescencia, de que lo estresante que es la vida universitaria y otros temas, ninguno hablo de ex-novios, nadie tocó el tema de Johnny, y estoy tan agradecido por ello, después de un largo tiempo, por fin pude sentir lo que tanto extrañaba, cariño, calidez y felicidad genuina.
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