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Sacudió sus jeans mirandose al espejo, dió media vuelta y miró, desordenó su cabello, se puso una cadena delgada, un par de anillos y unas pulseras//alajas, ahora si sonrió. Se veía bien. Se despidió de su novio asegurando que no tardaba y se encaminó a la casa de sus padres,sabía que las reacciones de su familia no serían buenas, y no le importaba en lo absoluto.
Al llamar al timbre su hermana, la cual vestía un lindo vestido rosa pastel, le regaló una mirada acusadora al abrirle.
–Yuta, no pudiste al menos usar una camisa formal?
–Podía, pero no quise– sonrió como niño pequeño, a los dos segundos su sonrisa desapareció de nuevo, Sakura masajeó su frente.
_Aún no te arreglas con papá y ya los vas a alterar otra vez– entrecerró los ojos pero terminó sonriendo –¿Que voy a hacer contigo? Al menos tus botas están decentes–le dejó pasar cerrando la puerta tras ella.
Sus padres y el habían discutido, primero porque el no quería estudiar comunicación, luego por sus preferencias sexuales, y finalmente porque se negó a heredar su empresa.
Aún así no le sorprendió que le invitara a la cena, la hipocresía caracterizaba a su padre; tal y como esperaba,las miradas desaprobatorias no tardaron en hacerse presentes, el aguantó sus ganas de reir.
–Buenas, lamento la demora– los modales ante todo.
–Señores Myoui, el es mi hijo mayor, Yuta, estudia comunicación y es el heredero de la empresa– asintió el mayor fingiendo orgullo, el frunció el ceño, "mentir no es bueno, papá"
–¿Qué edad tienes hijo?– la señora Myoui, el murmuró un "23", las sonrisas ajenas crecieron.
–Yuta, los señores Myoui tienen una hija que– si, hoy no?
–Mhm- se aclaró la garganta– Antes de que sigan, ya que mi padre me presentó a su manera, déjenme presentarme bien– sonrió burlón- Me llamo Yuta, si, tengo 23, también, no estudio comunicación, estudio artes, música para ser más específico, y no señores, no estoy soltero, tengo un lindo novio que me está esperando en casa– su padre estaba a punto de lanzarle lo que posiblemente sería el sermón de su vida, pero el se levantó antes– Si me disculpan, ya me voy– salió como entró.
De regreso en su departamento se recostó junto a su novio, este aún confundido comenzó a acariciarle el cabello.
–Por qué tan rápido? No duraste ni una hora...
Demasiada hipocresía en un solo lugar para mi, no es lo mio- hizo una mueca.
–Debes tener hambre... Quieres que pida comida china?– Doyoung le miró con cariño, el se levantó un poco y le beso cortamente, respondió con un "mhm"
>>Pero, estás bien, verdad?– sabía que al japonés, aunque no lo mostrara, le afectaba ver a su familia por todo lo que había pasado.
– Estoy perfecto...
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