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No contestaba, ¿por qué Jeno no contestaba? Jura por todo lo que tiene, que si es por lo que el cree, va a hacerlo pasar un infierno. Un mensaje de voz o en su buzón no hacen daño.
-Lee Jeno, me importa una mierda con quien te estes revolcando, si no llegas a casa en los próximos 10 minutos te puedes ir despidiendo de tus malditas cosas, ya conozco este juego y no voy a participar en el, primera advertencia inútil.
Como por arte de mágia 3 minutos después pudo escuchar el auto del mayor estacionandose afuera, sonrió al verlo entrar alterado y le saludo inocentemente.
-Hyuck!... Se me acabó la gasolina y me tuve que desviae un poco, yo...- el moreno comenzó a reir fuerte y sarcásticamente.
-Me crees idiota acaso? Te di la segunda oportunidad hace un año, te di la tercera hace tres meses, y ya tan rápido te la gastaste? Donde estabas?- le miró seriamente cruzandose de brazos, Jeno tragó saliva y desvió la mirada- Tu maldito silencio-bufó- Segunda advertencia Lee, no quieres llegar a la tercera, donde putas estabas?- su voz sonaba calmada pero sus expresiones eran todo lo contrario, el nombrado se aclaró la garganta.
-No sé de que hablas Hyuck, estaba en la gasolinera...- su mirada vagaba por todos lados menos a donde debería.
El menor sacudió su cabello.
-Pensé que eras más inteligente- suspiró- Hice tu cena favorita para esperar a que llegaras pero al parecer tenías otros planes, te llamé y solo conseguí tu contestadora- el castaño intentó hablar siendo ignorado.
>> Debí suponerlo, tu cambio de apariencia, tu perfume nuevo y las manchas de labial en tus camisas, repito, me crees idiota o algo? Tercera advertencia, no lo hagas peor mintiendome y dime donde mierda estabas!!- sus ojos reflejaban rabia pura.
Jeno cayó de rodillas comenzando a llorar y pidiendo inutilmente disculpas repetidas veces sin resultado alguno, Donghyuck se acercó a el con expresión inocente. Usualmente se caracterizaba por ser un chico dulce y escandaloso, pero verlo enojado era algo que nadie desearía ver ni en un millón de años, sufría problemas de control de la ira, a nadie le gustaba tener al moreno en su contra porque saben bien las consecuencias, y sin embargo mirenlo a el, rogando de rodillas, pobre iluso.
-Mhm, no vas a hablar, que pena, creí que lo harías por las buenas- rodó la mirada, con su mano derecha tomó al mayor por el mentón obligandole a mirarle- Sabes que nada que venga de mi es grátis, siempre hay un precio que pagar- se alejó.
>>Siguiente pregunta, que lado te gusta más? El que conoció a tu madre o el que ves ahora?- no obtuvo respuesta, como esperaba. En cambio Jeno se puso lentamente de pie haciendolo sonreir- ¿Te vas a defender? Uy, esto se pone interesante, me gusta- aplaudió cual niño pequeño sentandose en la barra de la cocina agitando sus piernas mientras el otro limpiaba sus lágrimas.
-Donghyuck, no sé por quien me tomas, pero me queda claro que no confías en mi ni me tomas enserio, hice todo lo posible para demostrarte cuanto te amo, y así me pagas?- sorbió por la nariz- No sé que más quieres, si crees que te engaño dame pruebas, una sola y entonces habrás ganado- le retó con mirada seria, el ceño del menor se frunció en confusión, primero ladeó la cabeza como cachorrito y luego la bajó.
>> Lo supuse, no tienes nada- detuvo su vaivén levantando la mirada- Escucha, podemos olvidar esto, solo rindete y acepta que no siempre puedes ganar- Hyuck sonrió de lado, la confusión en Jeno se hizo presente.
-No mi amor, yo siempre gano- recalcó el "siempre"- Solo me decepciona que me creas tan debil y que confíes tan rápido en la gente- un "qué?" salió de los labios ajenos- Ah, no te dije, recuerdas cuando le contaste a Jisung todas las estupideces que has cometido? Se conocía de dos días Jeno, tu crees que podias confiar en el?- la cara del nombrado palideció, no sabía como Donghyuck conocía a su amigo.
-Tu? Qué hiciste?- el menor miraba distraidamente sus uñas.
-Te lo dije, conmigo no se juega idiota- desarregló su cabello de nuevo- Qué haremos? Uh~ Ya sé, dejar de perdonarte y mandarte al averno! Se acabó Lee, puedes irte con tus putas, vive tu sueño, no vengas a rogarme cuando te quedes solo- se bajó de la barra y comenzó a caminar lentamente a su habitación- Oh!-se detuvo a medio camino- Quiero tus cosas fuera de mi casa, tienes cinco días.
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