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Sasha me había dicho que la esperara en los pasillos de la zona sur de la universidad para poder ir juntas a su casa, y siendo sincera, tomando en cuenta que siempre llegaba tarde a clases, no me sorprendió que en cuanto llegué a donde me había citado no estuviese.

Pasaron aproximadamente quince minutos en los que esperé, cuando a mi lado sentí como se paraba alguien. Volteé encontrándome con Sean. Me dio su típica sonrisa de galantería que solía usar con todas la chicas con las que lo había visto charlar.

-¿Qué hay, Virg?-Habló.

Sean era un tipo bastante... grande. Era alto y fornido, su cabello era de un castaño muy oscuro y su piel era de un tono oliva. Parecía estar bronceado todo el tiempo.

-Es Virginia.-Corregí intentando no sonar grosera.-Y no hay nada, solo estoy esperando a Sasha.-Le hice saber.

-Que coincidencia del destino.-Asintió.-Yo igual ¿Irás con nosotros?

-¿A dónde?-Pregunté con el ceño fruncido.

-Bueno, iremos a la competencia anual. Estaría increíble que me fueras a echar animos-dijo mientras me miraba de pies a cabeza.

-No creo poder.-Miré al frente sintiendo incomodidad.

-¿Por qué no?.-Sentí como se acercaba a mi.

Tomó un mechón de mi cabello y lo enredó en su mano provocando que mi ceño se frunciera. Con mi mano quité la suya lejos de mi intentando mantener la calma.

-Porque tengo cosas importantes que hacer.

Él soltó una risa burlona.

-¿Qué puede ser más importante que yo?

Al escuchar aquello volteé averlo con la idea de que lo estaba haciendo de broma. Pero al ver su típica faceta de niño rico presumido pude ver que no era así.

Le di una falsa sonrisa sin saber que decir para no sonar grosera. Yo tenía mucha paciencia, pero todo el mundo tenía un limite y Sean no había parado de molestarme desde que habia llegado aquí. Y ahora que gracias a Sasha sabía que solo quería tener sexo conmigo, de ninguna manera lograría obtener algo de mi.

-Llegué.-Sasha se paró frente a ambos y agradecí su presencia por primera vez.

Miró a Sean confundida por unos segundos antes de abrir la boca como si recordara algo.

-¿Estás lista?-Le preguntó Sean tomándola de la cintura y pegándola a él.

Sasha hizo una mueca.

-Lo siento, guapo, olvidé que hoy sería la competencia anual. No podré ir.

-¿Tú tampoco?-Frunció el ceño con confusión.-Insisto en el hecho de qué puede ser más importante que verme ganar.

Sasha rio y pasó sus manos por el cabello del castaño con coquetería.

-Deja de creer que eres el centro del universo.-Le dijo sin sonar grosera a pesar de que parecía hablar en serio.-Por eso nadie se deja ser follada por ti

-Tú lo haces.

-Por supuesto, porque no tengo de otra.-Besó sus labios de manera corta.-Ahora tengo que irme. Buena suerte.-Deseó antes de deshacerse de su agarre.

Tomó mi mano y caminando fuera de las instalaciones me llevó tras de ella. Caminamos en silencio hasta el estacionamiento y el claxon de un auto me hizo voltear. Ahí estaba Fred, dentro de su auto.

-¿Qué hace aquí?.-Fruncí el ceño.

-Vino por nosotras-dijo con obviedad.-Te lo he dicho ya, mi madre me quitó el auto para dárselo a mi padrasto.-Rodó los ojos.-Pero Fred se compadece de mi.-Me codeó insinuante.

𝙹𝚞𝚗𝚝𝚘 𝚊 𝚎́𝚕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora