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La clase de ecuaciones lineales que nos impartía el profesor de matemáticas era aburrida. Pero no lo suficiente como para quedarse dormido, por lo que, cuando miré cómo en la parte de atrás, después de que había salido el profesor, Sasha parecía profundamente dormida, quedé sorprendida. Más por el hecho de que ella siempre estaba prestando atención.

Me acerqué y la removí haciéndola sobresaltar.

-¿Ah?-Se enderezó y limpió la saliva que salía de la comisura de su labio.-¿Qué?-Preguntó, desorientada.

-¿Estás bien? Te quedaste dormida en la clase.-Le hice saber.

Ella suspiró y cubrió su cara con sus manos pareciendo cansada.

-Dime que tienes todos los apuntes.

Asentí y me dediqué a sacar mi libreta en donde tenía todo lo de matemáticas.

-¿Sucede algo?-Pregunté mientras ella terminaba de despabilarse.

Negó y después asintió.

-Ayer... mi madre se enteró que Sophie está embarazada.-Contó.-Le dio una semana para largarse y no sabemos a dónde puede irse. Hemos estado buscando lugares para rentar, pero todos son muy caros.-Bufó.-Con razón ha estado tan distante conmigo, no quería decírmelo.-Su ceño estaba fruncido.-Ni siquiera me dice quién mierda es el padre y no la comprendo. Sophie todo el tiempo estaba contándome todo y de un día para otro simplemente decidió alejarse.

Parpadeé porque ciertamente ella lo contaba tan a la ligera y yo estaba que no podía creerlo.

-Estuvimos toda la noche buscando en periódicos y no hay absolutamente nada.-Parecía frustrada.

-Yo podría ayudarles.-Me ofrecí.

-Eso estaría increíble.-soltó, agradecida.-Sophie trabaja en un autocine, no sabemos si vayan a despedirla después de que se enteren que está embarazada, por lo que también vendría bien que buscáramos un empleo nuevo por si a caso.-Decía mientras en una hoja anotaba algo. La arrancó y me la pasó.-Es el número de teléfono de mi casa. Hoy debo trabajar y no creo que logremos vernos el fin de semana, así que estaría genial que me tiraras una llamada si encuentras algo...-Asentí guardando el papel en mi bolsa. Sasha me dio una mirada en donde pestañeaba fingiendo coquetería.-Eres encantadora, Virginia.-Se burló, haciéndome rodar los ojos, tomándole un poco de diversión. Ya estaba bastante acostumbrada a que se burlaran de mi forma de hablar.

Salimos del aula directo al estacionamiento que era en donde se encontraba una de las salidas más cercanas al campus. Ahí estacionado estaba Fred. Por un minuto me tensé creyendo que había olvidado que debía esperarme una cuadra lejos, pero entonces Sasha habló:

-Ya llegó Fred.-Me hizo recordar que no venía por mi, sino por ella.-¿Quieres un aventón?-Preguntó.

Negué de inmediato.

Hace unos días atrás mi tía Abrianna había vuelto de su viaje, por lo que mis tardes junto a él se habían terminado. No había tenido la oportunidad de verlo desde que ella había regresado sin siquiera avisar. Para mi buena suerte, llegó cuando él ya se había ido de su casa. De no ser así, vaya escandalo que se me hubiese armado.

-Bueno, nos veremos el lunes.-Dijo por último antes de salir corriendo en dirección al auto de Fred.

Suspiré viendo como este se alejaba. Caminé hasta la parada de autobuses que me llevaría directo hasta la casa de tía Abrianna, directo a mi infierno. No habían pasado ni tres días desde la última vez que había visto a Fred y ya extrañaba tanto estar junto a él.




Cuando llegué a casa no me sorprendió encontrar a mi tía en la puerta espiando para ver si llegaría con alguien, por lo que cuando abrí y entré ni me inmuté al tenerla frente a mi.

-Llegaste temprano.-Observó.

-Bueno, no tuve las dos últimas horas de clases.

-¿Cómo vas con ese proyecto?

-Bien.-Me encogí de hombros sorprendiéndome a mi misma de lo bien que estaba mintiendo.-Ya casi lo termino.

-Bueno...-Asintió.-¿Quiere decir eso que ya no estarás llegando tarde?

-Al menos hasta que me dejen otro proyecto.

-Ya veo.-Se me quedó viendo, haciéndome fruncir el ceño.

-¿Pasa algo?

-¿Debería?

-Bueno, se siente como si quisieras decirme algo.

-¿Tú no quieres decirme algo?

Evité rodar los ojos, porque esa sería una falta de respeto y lo último que quería era que me hiciera un escándalo.

-No...-Parecía una pregunta.

-Está bien.-Movió su cabeza-Iré a regar mis plantas.-Dijo por último antes de darse la vuelta.

Me quedé ahí parada completamente confundida, esperaba algo más, como que me reprendiera por la forma en la que había ido peinada hoy o tal vez por como había combinado mal el suéter con la falda que traía puesta, pero no iba a rechistar si no lo hacía, por supuesto.

Negué con la cabeza restándole importancia y me dediqué a buscar los periódicos en el estante. A mi tía le llegaba el periódico todas las mañanas y solía guardarlos ya que le gustaba reciclar, así que habría mucho en donde buscar.

Era bastante extraño que me hubiese ofrecido a ayudarle a Sasha, pero últimamente sentía que su compañía no era mala, incluso me agradaba mucho.

Llevé todos y cada uno de ellos al comedor aprovechando que no habían dejado ningún trabajo por hacer en casa. Ni siquiera conocía a Sophie más que de aquella vez que le había sacado un susto a Sasha al desmayarse, lo cual ahora sabiendo el estado en el que se encontraba tenía mucho sentido. Pero sentía que si a ella le preocupaba en donde iría a terminar su hermana, a mi también, por lo que me dispuse a leer cada una de las secciones de anuncios de periódicos de diferentes fechas, sabía que si llegaba a encontrar algo, debía esperar a que mi tía se durmiera, porque ni de loca me iba a permitir utilizar el teléfono, pero después de todo, ya había roto muchas reglas, otra más no haría diferencia.

𝙹𝚞𝚗𝚝𝚘 𝚊 𝚎́𝚕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora