Era la noche del Festival de las Linternas en la corte celestial. Todos los dioses habían disfrutado de un gran evento sin igual después de que el príncipe heredero de Xian Le derrotó al resto de los oficiales tras el exorbitante numero de 3000 linternas en su nombre; después de aquella derrota indiscutible y humillante todos comenzaron a dispersarse lentamente a sus palacios.
Shi QingXuan estaba hablando con Shi WuDu a unos metros de distancia de "Ming Yi", el Señor de la Tierra.
La mirada de Ming Yi se tornaba llena de malicia mientras cruzaba sus brazos. Sus ojos caían pesadamente sobre Shi WuDu quién poseía una expresión estoica mientras reprendía a su hermano QingXuan quien ahora portaba su apariencia femenina.
La ira crecía en el pecho de Ming Yi mientras observaba atentamente los movimientos de los hermanos: si, realmente detestaba a Shi WuDu. Después de todo, ya no sabía ni por qué lo odiaba más: si por lo que le hizo a él y a su familia o porque se empeñaba siempre en apartar a su presa de él. Shi WuDu siempre lo había mirado con recelo y eso le hacía hervir la sangre. Metafóricamente.
Shi QingXuan actuaba desinteresadamente ante el diálogo de su hermano. Mientras el otro se mantenía con el ceño fruncido, Shi QingXuan le regalaba una sonrisa a su hermano con gracia. Esta noche, especialmente Ming Yi por única ocasión estaba extrañamente agradecido con Shi WuDu por apartarle a Shi QingXuan al ultimo momento. A la hora del banquete, este joven Maestro del Viento se había vuelto insoportable.
"Te diré qué tan insoportable..."
De inicio se había acercado a él con la cálida sonrisa que ya lo caracterizaba. Su movimiento al caminar balanceaba sus caderas ligeramente, haciendo remarcar su femenina figura debajo de aquel encantador vestido blanco con detalles en verde. El corte de su vestido revelada el nacimiento de sus pechos y su elegante cuello blanco. Sus finas manos con sus delgados y pálidos dedos jugueteaban con el oscuro y sedoso cabello mientras sonreía coquetamente con aquel par de labios finos y rosas, húmedos y tentadores.
Pero sin duda si aún no te había molestado lo suficiente con lo anterior, el golpe fulminante era aquella mirada: grandes y hermosos ojos verdes con una gruesa hilera de pestañas rizadas cayendo sobre ti, sugerentes. Cuando Ming Yi lo miraba fijamente sabia que debía apartarse de inmediato o sino todo ese conjunto le haría perder el control. En cuanto se paró frente a él la esencia inundo sus fosas nasales: fresco roció matutino, agua de rosas ligeramente dulce y no sabia por qué, pero en su pensamiento sentía que su esencia llevaba un toque de miel.
No podía soportarlo, no podía.
Con la cabeza gacha se concentró en su comida, ignorando su dialogo, creyendo que así podría apartarse lo suficiente de la tentación. Cada vez se le hacía más difícil apartarse, más difícil no ceder. Esa noche Xie Lian y Shi WuDu le habían ayudado a soportar ese tormentoso deseo de acercarse más.
Había fantaseado día y noche con la figura de su "amigo" , no importa si era su forma masculina o femenina: ambas le gustaban por igual. De vez en cuando robaba una que otra mirada mientras QingXuan estaba distraído, pero sabía que estaba mal.
Por muchos años trató de engañarse a si mismo, hasta que al final se dijo firmemente
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ANTES DE QUE TE DIGA ADIÓS
FanfictionHe Xuan ascendió a los cielos con el único propósito de vengarse de sus desgracias provocadas por los hermanos Shi. Sin embargo, no podía negar que aquello que en un principio había sido un profundo odio se había convertido en un profundo deseo por...