Capítulo 7.

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Hola amores de mi corazón, ya vine jajaja

Vengo rapidito porque ya es algo tarde, pero a tiempo para dejarles el capítulo.

Espero lo disfruten!

Guardando algunos libros en su casillero, Lyan dio un salto completamente sobresaltado cuando Arian le pellizcó la cintura por atrás, y dando un fuerte gritó como saludo. El chiquillo rubio se llevó la mano a la altura del corazón, soltando el aire que había contenido por el susto.

-¡Buenos días!- riendo, Arian se acomodó en el casillero de al lado, cruzándose de brazos mientras veía al chico.

-¡Por Dios! Quieres verme morir de un susto ¿Verdad?- poniendo un puchero, el pelirrojo negó, alborotándole los cabellos.

-Por supuesto que no, eres mi hijo y te tengo debo cuidar- mirándolo con ojos divertidos, Lyan negó, sacando el libro que usarían ese día en clase. -Por cierto, ¿Qué clase tenemos?- Lyan rodó los ojos sin poder creérselo.

¿Cómo era posible que ni siquiera eso supiera? Le dio un pequeño golpe en la cabeza, haciendo que el chico se quejara.

-¡Oye!-

-Eres el colmo- continuaron su camino hacia el salón de esa manera, Lyan riéndose de las tonterías del chico, y este disfrutando de hacer reír al mocoso.

Cuando entraron a la enorme aula, Lyan buscó unos asientos cerca del enorme pizarrón, o su amigo perdería el tiempo y no prestaría nada de atención. En los pocos días que llevaban de conocerse, y de que Lyan hubiera llegado a aquella universidad, el chico se había vuelto de verdad en la única persona que había dejado que traspasara su muro de seguridad, y con la única que hablaba.

El chico al parecer había entendido su gusto por mantener su espacio, y respetaba ciertas cosas y momentos que el chico pasaba, mientras que otros, conforme lo iban conociendo lo único que hacían era murmurar a sus espaldas. Lyan se había terminado de acostumbrar los últimos 50 años, y lo único que hacía era simplemente ignorarlos, aunque muchas veces le hiciera sentir mal o incómodo, sin embargo, con Arian era diferente. Su sexto sentido le decía que podía confiar lo suficiente en él como para permitirse ser su amigo.

Mientras comenzaba a sacar su cuaderno, y Arian jugaba en su celular antes de comenzar la clase, el profesor de literatura inglesa entró, saludando a los pocos estudiantes que habían comenzado a llenar los asientos. Él hombre de cabellos negros comenzó a encender el proyector, quedándose completamente estático cuando al girarse se encontró con el rostro del rubio.

El chico clavó sus azules ojos en los oscuros del hombre, parpadeando con cierta incomodidad cuando éste no dejó de verlo, si no que al contrario le admiró mucho más asombrado, como si supiera quién era en realidad. Desviando la mirada, Lyan se removió inquieto en su asiento, consiguiendo de esa forma la atención de Arian, que rápidamente se dio cuenta de que el nuevo profesor, seguía mirando al rubio, como si estuviera ido.

-Oye Lyan, no es por asustarte. Pero el profesor no deja de mirarnos- sintiendo el miedo comenzar a inundar su cuerpo, Lyan se aferró fuertemente a los reposa brazos del asiento, y entonces todo a su alrededor desapareció, hundiéndose de nuevo en un estado de letargo.

Su mente inmediatamente viajó hasta la oscuridad en la que cada cierto tiempo se veía envuelto. Sintió como un frío aire golpeó su cuerpo, erizándole todos los vellos de la piel, y como sus alas comenzaron a revolotear, inquietas.

Todo a su alrededor se encontraba completamente oscuro, provocando que su desnudo cuerpo temblara de miedo, y cuando pensó que aquellos ojos amarillos atacarían su mente de nuevo, una suave luz comenzó a inundar todo aquel lugar a su alrededor. Lyan abrió lentamente los ojos, quedando completamente sin habla cuando reconoció el cuerpo de Jeremy, comenzando a caminar hacia él.

In your dreams [Serie "Sobrenaturales" 1]/EN REVISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora