In your dreams [Serie "Sobrenaturales" 1]/EN REVISIÓN

Epílogo

Hola amores de mi corazón, ya estoy aquí!

Con unas inmensas ganas de llorar porque hoy si ya llegamos al final. Tengo muchos sentimientos encontrados con esta historia y algunos de los personajes, y antes de que les deje el epílogo vamos a aclarar muchas cosas.

La primera es que si, Andreas si murió ¿Porqué? porque esa era su misión, proteger a Lyan. ¿Qué pasó con su cuerpo? en el libro 2 explicaré que fue exactamente lo que pasó. ¿Está vivo? si, técnicamente se podría decir que si. porque obviamente regresará para el libro 2. Se que tal vez les rompí el corazoncito con su muerte, y que me dirán que si iba a tener su historia pues para que lo maté. Pues si no sucedía de esa forma, entonces la historia que he preparado para él o tendría ningún sentido. Pero bueno esperó entiendan mi razones y le den el mismo amor a su historia.

Con respecto al extra se lo dejaré de un solo el día de hoy, por lo que entonces oficialmente damos cierre a esta historia. Así que sin más, dejo que lean.

Epílogo.

Bajándose del taxi, Lyan le pagó al hombre y entonces se paró frente a la fachada de la universidad, sonriendo y soltando un largo y profundo suspiro. Después de la aparición de su abuelo, había salido corriendo a una farmacia para poder comprarse una de esas pruebas caseras, y tras unos segundos había dado positiva. Sabía que su abuelo no le habría mentido sobre ese tema, pero necesitaba una prueba física para que Jeremy pudiera creerle.

Y ahí estaba ahora, caminando por aquellos pasillos de la universidad en busca de su amado. Sabía que Jeremy tenía clases a esa hora, por lo que había decidido esperarlo en el salón. Pasando por aquel pasillo en dónde habían tropezado la primera vez, Lyan no pudo evitar sonreír enternecido, pero cuando observó la puerta de los baños, aquella emoción se transformó en un sentimiento de tristeza al recordar a Arian.

Sintiendo como las enormes ganas de llorar le invadían decidió mejor continuar su camino rumbo a la clase de Jeremy. Cuando llegó al enorme auditórium, entró sigilosamente, acomodándose en una de las últimas butacas, colocó su bolso a un lado, y entonces miró con atención la espalda del hombre que escribía en la pizarra.

Aquella imagen fue como un deja vu, y el recuerdo de su primer encuentro le hizo sonreír con una enorme sonrisa. Y cuando el hombre se giró y sus ojos se encontraron, aquellos sentimientos volvieron a surgir, intactos y mucho más fuertes que antes. Girándose para poder ver a sus alumnos, Jeremy se encontró directamente con la mirada de aquel chiquillo rubio, y se quedó sin habla.

Estaba radiante, simplemente hermoso. Su cabello rubio brillaba aún más, y los rayos del sol que caían sobre su piel le daban aquel toque etéreo que solo él poseía. Sonriendo bobamente le guiñó el ojo, haciendo reír al mocoso que levantó su mano para poder saludarle. Continuó dando su clase, y cuando el timbre sonó, y él último de los alumnos abandonó el salón, su bello rubio bajó con pasos lentos las escaleras hasta llegar a su escritorio.

Cruzándose de brazos, Jeremy adoptó una pose chula, alzando la ceja cuando el mocoso llegó con aquella sonrisa nerviosa, y no pudo evitar sentirse más enamorado. Carraspeando la garganta, Jeremy se perdió en el tono rosa intenso de sus preciosas mejillas, y luego en sus labios más rojos de los normal. A decir verdad, todo en Lyan ahora estaba más intenso.

Sus sonrojos, el brillo y la suavidad de su piel, y aquel delicioso olor a naturaleza que tanto le encantaba. Dando una larga y profunda respiración, Jeremy estiró los brazos y los colocó sobre la estrecha cintura, pegándolo a su cuerpo. Lyan se ruborizó aún más, llevando sus brazos hacia el cuello del hombre, y con un tono completamente meloso le saludó.

-Hola...- quitándole un par de mechones de la frente, Jeremy le dejó un dulce y pequeño beso sobre la punta de la nariz.

-¿A qué se debe esta visita?- mordiéndose la lengua para no soltarle la tremenda noticia de la que acababa de enterarse, Lyan simplemente se encogió de hombros.