In your dreams [Serie "Sobrenaturales" 1]/EN REVISIÓN

Capítulo 14.

¿Cómo están amores de mi corazón?

Ya estoy aquí con el capítulo de este día. Así que se los dejo rápidamente, porque trataré de seguir avanzando lo más que pueda.

Capítulo 14.

Lyan se bajó rápidamente de la cama al terminar de escuchar aquella palabra, y comenzó a caminar como León enjaulado. Había estado tan bien al lado de Jeremy que se le había olvidado por completo aquel pequeño detalle. Él hombre habló durante un par de segundos más, y cuando terminó la llamada, se giró para mirarlo seriamente. Lyan soltó un pesado suspiro, apenas había encontrado al hombre y ya se le venía un gran problema. Cruzándose de brazos, Jeremy le preguntó:

-¿Hay algo qué quieras decirme?- mordiéndose los labios, Lyan asintió, sin saber por donde comenzar. -Te escucho-

-Cuando llegamos a Alemania, mi madre mi llevó a vivir a un enorme castillo, con un hombre que según ella era mi pareja. Todo eso fue antes de siquiera pensar en que te encontraría- Jeremy negó, aún más confundido.

-Hay algo que no entiendo, ¿Cómo que tu pareja? ¡Los diarios dicen otra cosa!- asintiendo, Lyan caminó hasta él, entrelazando sus manos.

-Yo también estoy confundido. Pero te prometo que juntos vamos a buscar una respuesta a todo esto. Pero ahora, debo irme- sintiendo la molestia invadirle, Jeremy alejó su mirada. -¡Por favor!-

Los ojillos del chico le miraron con desesperación, por lo que solamente pudo asentir, dejando un suave beso sobre la muñeca del chico cuando este afianzo el agarre.

-Te llevaré- Lyan se lo pensó unos segundos, aquello no le parecía no una buena idea.

-No creo que sea prudente- Jeremy negó, como todo un macho sobreprotector.

-No voy a dejar que andes solo a esta hora- no muy convencido, el chiquillo asintió, pero antes de salir, se detuvo y observó los diarios regados en el suelo. Se arrodilló, tomando uno de ellos y se lo entregó al hombre.

-Esconde muy bien estos diarios. Nadie, Absolutamente nadie puede saber de su existencia. O estaremos en peligro- Jeremy asintió, pero entonces recordó que había sido su amigo el que se los había entregado.

-Hay alguien más que sabe de ellos- Lyan se puso alerta.

-¿Quién?-

-Mi mejor amigo, de hecho, fue él quien me los entregó cuando le dije que te había visto- Los ojos azules, se abrieron enormemente, mostrando su miedo. Pero Jeremy lo tranquilizó -No tienes porque temer, mi abuelo se lo entregó antes de morir. Andreas fue su discípulo fiel durante mucho tiempo. Y le habló de todo lo que está escrito ahí. Creo que nos ayudaría a resolver todo esto- un poco más tranquilo, Lyan asintió.

-De acuerdo, ahora debo volver. Antes de que esto se vuelva más grande-

Jeremy asintió, y tras buscarle una camisa que no le quedará tan grande, se la colocó y lo llevó hasta el auto. Arrancando rápidamente.

.

.

.

.

Cuando Lyan se bajó del auto, dos cuadras antes de llegar al enorme castillo, el miedo le invadió cada poro de su piel. Se despidió con un pequeño movimiento de cabeza, y corriendo comenzó subir la cuesta hacia el castillo. Al llegar a la entrada, uno de los guardias de seguridad salió corriendo a su encuentro, completamente preocupado y a la vez aliviado porque había regresado.

-Joven Kim, ¿Dónde ha estado? El señor Müller está muy preocupado y estaba a punto de llamar a la policía- Lyan se mordió los labios, corriendo hacia la puerta.