Capítulo 11.

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Hello amores de mi vida, de mi alma y de mi corazón, ¡Ya vine!

Tal cómo les prometí, gracias a Dios hoy ya me sentí super mejor y descansar ayer me ayudó mucho jejeje, porque sí, ya sentía que me quedaba trabada¿? hahaha pero bueno, el día de hoy les traigo un capítulo que ¡Uff! Se me van a morir de un infarto jajajaja

Pero como ustedes saben, amo el misterio y el dejarlos en ascuas sobre que pasará. Así que, no me vayan a matar y disfruten de este bello capítulo.

Capítulo 11.

El cuerpo de Lyan tembló cuando las manos del hombre se aferraron a su cintura, profundizando el beso, y estaba seguro que si éste no lo hubiera sujetado lo suficientemente fuerte, se hubiera desvanecido. Aquella sensación de los labios esponjosos sobre los suyos era indescriptible. Sus temblorosas manos se habían aferrado a los fuertes brazos del hombre, deseando con todas sus fuerzas que el aire no le faltara para no romper aquel beso.

Su primer beso.

Terminando el contacto, Jeremy pegó su frente con la del chico, sonriendo de manera dulce al observar las mejillas sonrosadas, y sus ojitos fuertemente cerrados. Era precioso, tan inocente y provocador a la vez con aquella mirada hacia al suelo. Llevando las manos hasta su rostro, se tomó el atrevimiento de acariciarlo, formando pequeños círculos con sus pulgares. Lyan sonrió, mordiéndose los labios mientras disfrutaba de aquellos mimos.

-¡Me gusta!- susurró suavemente, sin poder mirarlo a los ojos.

Con delicadeza, Jeremy levantó su barbilla, consiguiendo que de esa forma por fin lo mirada. Los grandes ojos azules le miraron con aquel brillo precioso, provocando que aquellos sentimientos incrementaran por cada segundo que pasaba, y acercándose lentamente, depositó un suave beso sobre su nariz respingona, haciendo que Lyan se sonrojara aún más todavía.

Dejando las caricias de lado, Jeremy entrelazó sus manos, reanudando su camino por los alrededores del centro comercial. Caminaron durante un par de minutos en completo silencio, simplemente disfrutando de su compañía el uno del otro, y cuando el cielo comenzó a ponerse nublado, anunciando que una tormenta se avecinaba, Jeremy se detuvo.

-Creo que deberíamos regresar, al parecer va a llover- mirando hacia al cielo, Lyan dio una profunda respiración, aspirando el aroma de la lluvia.

En efecto, una fuerte tormenta se avecinaba, así que asintió de mala gana. Se la estaba pasando tan bien como para romper la burbuja y regresar a la realidad. Observando el puchero en los labios del chico, Jeremy sonrió, dejando un suave beso sobre la palma de su mano, y acariciando su mejilla.

-No te preocupes, dije regresar. No terminar nuestra cita- sintiendo sus mejillas arder, Lyan bajó la cabeza, avergonzado y sin poder negar la felicidad que aquello le daba. Por lo que simplemente le dio un pequeño golpe en el brazo, haciendo reír al hombre. -¿Te gustaría ir a mi departamento? Podemos hacer maratón de películas lo que resta de la tarde-

Aquella propuesta le dejo sin hablar y completamente estático. ¿Le estaba invitando a su departamento? En dónde estaría completamente solos. No pudo evitar pensar en que harían cualquier cosa menos ver las películas. Porque Lyan podía ser inocente, pero no estúpido. Y sabía que aquel hombre le gustaba, muchísimo como para negar que quería descubrir lo que seguía después de darse un beso. Sin embargo, su respuesta fue positiva. Asintiendo solamente con un pequeño movimiento de cabeza.

-De acuerdo, vamos-

Miró el agarre que él hombre mantenía en sus manos, y luego hacia su rostro, recordando las palabras que Arian le había dicho. Debía escuchar a su corazón, que en esos momentos le decía que no dudara en ir con él hombre. Y para él, un chico que solamente hacía conocido el amor por medio de parejas ficticias en la televisión, era demasiado difícil no pensar en un sin fin de situaciones.

In your dreams [Serie "Sobrenaturales" 1]/EN REVISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora