CAPITULO 5

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En alguna parte de la ciudad, bajo tierra vemos una habitación de concreto en la cual estaba una persona sentada en el medio, este era Kratos, el cual estaba sentado en una silla de metal, con unas grandes esposas de acero puro que cubrían por completo sus manos y muñecas. Con una mirada vacía el espartano miró hacia una ventana de vidrio, sabia que había personas detrás de ese cristal, había estado sentado en este lugar por una hora y media, suspirando solo bajó la cabeza

-Sabes estoy sorprendida- el adolescente no se exaltó cuando en la mesa, sentada frente a él, estaba la Diosa de civilización, sabiduría, estrategia en combate, de las ciencias, de la justicia y de las habilidades, esta vez la mujer vestía un kimono blanco con lineas curvas rojas, solo por capricho- alguien como tú, auxiliando a una mocosa, ¿acaso ese corazón de piedra se está ablandando?- preguntó con burla, a la vez que se bajaba de la mesa para mirar a su alrededor.

El azabache no se molestó en contestar. solo siguió con la mirada en el suelo, mientras esperaba a que alguien le dijera que sería de él. La prisión sería la primera opción, o eso pasaba en su cabeza. Saliendo de sus pensamientos, sintió como la castaña se recostaba detrás de él rodeando sus brazos por su cuello

-¿Acaso Kratos, el dios de la guerra y fantasma de esparta, piensa que puede tener una redención?- sonriendo de manera oscuro, apoyó su mejilla con la de su contenedor- ¿Piensas que salvar a unos niños, fingir ser un padre, un maestro, borrará todo lo que hiciste? Ja, mi querido Kratos, tus manos están manchadas, y los dos sabemos que eso nunca cambiará, sin importar lo que hagamos, eso no se quita. Los mortales piensan que todos sus actos tienen perdón o que pueden tener una salvación haciendo buenas obras- sin separarse del adolescente, apretó mas su agarre- Nada más básico del sentimentalismo del humano, piensan que todo al final del día todo estará bien, cuando en realidad saben que solo les espera un oscuro y triste destino- dijo mientras poco a poco apretaba más su agarre en el espartano

-Largo- fue el susurro del guerrero que solo quería hacer que la Diosa desapareciera. Esta última despareció como si nunca hubiera existido, al mismo tiempo que en la sala, se abría la puerta para mostrar a All Migth

-¿Irme? Pero si acabo de llegar joven Kratos- el imponente héroe de forma tranquila, tomó una silla y se sentó en frente del espartano, que solo se mantenía con la mirada gacha. El héroe vestía un traje formal de color amarillo con rayas verticales y con un portafolios en mano. El usuario del One For All, abrió el portafolios para sacar unos archivos y colocarlos sobre la mesa.

Levantando la vista, Kratos miró los archivos sobre la mesa solo para después mirar al rubio gigante-¿Que será de mi ahora?- indagó con calma ante la pesada atmósfera.

Ante su pregunta, el héroe rubio solo suspiro y tomó unos de los expedientes- Tienes varios cargos contra ti, no solo eres responsable de homicidio en primer grado, sino que también por falsificación de identidad. No estas registrado en ninguna parte, ni siquiera hay un acta de nacimiento con tu nombre-explicó con calma, mientras cruzaba su manos para mirar al adolescente que no mostró más que una expresión en blanco

-¿Y eso importa ahora?- preguntó con calma sin perder la compostura

-No, no importa ahora, sin embargo por haber matado a una persona, te enfrentas a al menos de 30 años de cadena perpetua de cárcel, los cuales pueden bajar debido a que eres menor de edad-contestó con rapidez el héroe

-Ante los ojos de las autoridades, yo maté a un hombre, pero desde mi punto de vista, maté a un arrogante que pensaba e matar a una niña y eso no lo podía permitir- suspirando un momento, frunció el ceño y miró al rubio gigante- No me importan las reglas que impongan en esta sociedad, yo tengo mis códigos y uno de ellos es no dejar matar a niños- dijo con seriedad mirando al sexto usuario del One For All que tan solo permaneció en silencio

Un espartano en un mundo de heroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora