CAPÍTULO 14

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Se había programado un entretiempo de media hora antes de la tercera etapa del festival, para que los participantes tengan un descanso y los espectadores puedan estirar las piernas. Enfocándonos en alguno de los estudiantes vemos a Kratos sentado en una banca de madera mirando a nada en específico, estaba solo debido a que Atreus había ido con los demás estudiantes de la clase 1-A, él lo había invitado a acompañarlo, pero se negó, ya que simplemente quería descansar en paz. Por otra parte, Ibara fue llevada por las amigas de su clase para felicitarla por llegar a la tercera etapa, la niña religiosa también trató de arrastrarlo con sus amigas, pero nuevamente él se negó.

Suspirando, ajustó las vendas en sus antebrazos, para levantarse de la banca y caminar hasta una máquina expendedora que contenía múltiples tipos de bebidas en su interior. Parándose frente al aparato, dio un vistazo a la vidriera que mostraba todas las bebidas, para que su vista se detuviera en una simple botella de plástico con agua. Con un simple golpe al costado de la máquina, sacudió todo el contenido, solo para que se escuchara como algo caía de ella.

El espartano llevó su mano a la boca de la máquina, que daba los consumibles, y de ella sacó esa botella de agua que antes había visto. Caminando nuevamente hacia la banca y sentándose en ella, notó a lo lejos las miradas sorprendidas de varios de los alumnos. 

Abriendo la tapa de la botella, comenzó a beber un poco de agua -¿Que estas haciendo?- Kratos no necesitaba levantar la vista para saber a quien tenía en frente.

-¿Que te parece que hago?- Dijo en voz alta el azabache, después de todo estaba solo. Frente a la banca donde estaba sentado, se encontraba parada la poderosa Atenea, una caliente castaña de ojos azules con un cuerpo y medidas que muchos dudarían de que fueran reales -Has estado demasiado callada últimamente... ¿Qué tramas?- Interrogó el Fantasma de Esparta mientras bebía mas de la botella.

La respuesta de la Diosa fue el dar un manotazo que hizo que la botella de agua saliera volando, para que cayera a la distancia. La furiosa mirada que Atenea lanzó, chocó con los fríos y profundos ojos avellana del espartano. La atmósfera se volvió pesada y densa, tanto que parecía poder cortarse con un cuchillo -¿He estado callada demasiado tiempo? Te conozco perfectamente desdé la vez que te salvé de la furia de mi hermano Ares, cuando solo eras un mocoso. Tu piensas que el competir y respetar las reglas de este sistema te hace como ellos, has estado controlándote y conteniéndote desde que estas con esos niños-

-Ve al punto Atenea- Gruñó Kratos, dejando en claro que no estaba de humor para rodeos.

-Jugando a ser un padre, haciendo equipo con esa monja y entrenando y aconsejando a ese mocoso llorón. Te lo preguntaré de nuevo. ¿Qué estas haciendo?- Interrogó con gravedad y molestia mientras desprendía un aura entre azul y verde que era invisible para todos. Pero el instinto asesino que generaba estaba incomodando a las personas que estaban a un radio de 100 metros, que hacía que se sintieran inexplicablemente temerosos o incómodos.

-Aceptar y vivir...- Fue la simple respuesta del espartano que no cambió su semblante serio, ni siquiera por la amenazante aura de la Diosa -Acepté lo que soy hace mucho tiempo, decidí perdonarme a mi mismo y vivir en paz. Ahora solo busco ayudar a mi hijo a hacer lo correcto- El azabache solo movió ligeramente su mirada cuando la castaña hizo que su aura se moviera bruscamente y de manera amenazante.

-¿Siendo algo que no eres? ¿Un héroe?- La fría pregunta de Atenea fue acompañada por una burlona sonrisa, que hizo que el espartano la mirara con el ceño fruncido -¿Crees que ayudar a los gatos a bajar de los arboles y "detener" a los villanos cambiara lo que eres?...¿Dónde quedó ese frio, despiadado y temido guerrero espartano que no dudaba en usar sus espadas para matar a quien se le atraviese en su camino?- Dijo provocantemente mientras caminaba alrededor de la banca de madera -Aunque lo intentes, no puedes ser un héroe, no eres como ellos, no puedes cambiar...El monstruo que eres destruyó toda la vida en este mundo y me arrebató el poder que por derecho es mío- Declaró parándose frente al azabache y con una mirada enojada y amenazante.

Un espartano en un mundo de heroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora