Capitulo 4

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Aryan no paraba de hacer el tal vez más ridículo de todos sus berrinches, causando que sintiera mí cabeza girar como un trompo dominada por el más desagradable de los mareos. Ser padre es tan difícil y más cuando se está solo.

Este niño me absorbe toda la energía.

-¡BABBA PERO YO QUIERO CHOCOLATEEEE!-grito pegándole con una cuchara a la superficie de la mesa, mientras la tía Neeru y yo nos veíamos obstinados.

-¡Hijo, ya vas a comer!-dije tratando de no perder la poca paciencia que me quedaba, solo suspire cansado si tan solo Gauri estuviera aquí para encargarse de él.

Yo vengo del seno de una familia musulmana, tuve la crianza de un hombre musulmán, mis padres se encargaron mas en que fuese un hombre responsable y una buena persona a de que estuviese cargando y cuidando niños. Antes de Gauri yo ni un plato sabía fregar.

-"Voy a pensar seriamente, eso de buscarme otra mujer"-pensé quitándole la cucharilla de las manos, suspirando pesadamente, pasándome las manos por la cara por eso cuando tocaron el timbre arrastre los pies hasta el umbral abriendo la puerta.

Todo el aire que tenía en mis pulmones escapo de mi sistema en una milésima de segundo, al abrir la puerta y encontrarme con ese amplia y hermosa sonrisa, tan risueña, tan dulce, tan encantadora, al verla sentí que todo el estrés de hace unos minutos desaparecía. Esos ojos verdes como esmeraldas tan bañados en luz e inocencia capaces de conmover hasta el corazón más frio.

Llevaba una despeinada trenza, su piel canela tan sensual, llevaba un vestido de tirantes color verde oscuro y unas sandalias blancas ¿Desde cuándo se había vuelto tan bella? Sin embargo confundido mire sus labios ¿moverse?

-¡KHAN!-chillo exasperada, frunciendo la frente molesta, sin embargo ese gesto solo hizo hacerme reír parecía una niña pequeña reclamando un juguete, tan divina, al escuchar mis risas sus ojos se abrieron.

-Auuch-gemí de dolor al sentir como me pisaba el pie, abriéndose paso para el umbral.

-¿Acaso estás loca?-reclame tomando mi pie izquierdo entre mis dedos, saliendo de mi ensoñación.

-¡Para burlarte de mí fue que me llamaste, lo mejor fue que no viniera, llego toda alegra a saludarte "Hola Shah ¿Cómo estás?" Y te quedas ahí plantado como un imbécil, viéndome como si fuese un bicho raro!

-¡Ayyy no seas ridícula!-chillo sobándome el pie.

-¡¿Qué dijiste?!-chillo dejando caer su bolso en el piso poniéndome una cara de indignación.

-Dije que buenos días Kajol, que bella te ves hoy tan bella como un diamante, que yo también amanecí muy bien gracias por preguntar, que el desayuno ya va a estar listo y que espero que no salgas por la puerta con esa cara de me jala de los pelos la amargura y que voy a subir a mi habitación por unas tijeras, para ver si cortas ese show que me estás haciendo-dije viendo su rostro ponerse rojo, sin embargo antes de que volviera a pisar me acerque a ella hasta ponerme al frente de ella, viendo como alzaba su cabecita para mirarme.

Toda esa ira desapareció de su rostro en un instante y esa explosiva mujer a punto de pisarme se esfumo y antes mis ojos tenía nuevamente a esa niña tímida e inocente que se cohibía solo con mi presencia, desconocía esa faceta de ella pero era bastante interesante.

-¿Por qué no me miras?-susurre viendo como bajaba la mirada viendo al caro suelo de caoba, mordiéndose los labios, sus silencios solo hacían que mis latidos fueran cada vez más rápido.

-¡Shah ¿Kajol ya llego?!-grito la Tía Neeru desde el comedor interrumpiéndonos.

-Sí, ella está aquí-dije recogiendo su bolso del piso, viendo como ella seguía mirando al piso sonrojada, eso me hizo suspirar.

Mía-SRKajolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora