Finos rayos de luz conseguían traspasar el espeso manto formado por las hojas de los árboles. Una elfa dormía plácidamente al amparo del bosque. Ithilien había sido su hogar tras cinco cortos años, unos hermosos años de infinita paz. Pero esta calma siempre se veía interrumpida cuando la joven elfa cerraba sus ojos, dejándose llevar por el ingobernable mar que son los sueños. Sus ojos se movían frenéticos bajo sus párpados, fruto de un perturbador malestar en su letargo. Oscuras imágenes se plasmaban en su mente, eran nítidas, frescas, tan reales que conseguían atemorizarla.
— Ven conmigo hermano, no tienes porque seguir subyugado a él. —estiró su mano hacia el elfo ataviado con oscuros y largos ropajes, que ocultaban la mitad de sus facciones. Este observaba a la elfa de pelo plateado, tan brillante que el mismísimo Sol se oscurece ante su presencia— Ha muerto, hermano, somos libres. Ven conmigo, te lo suplico. —repitió acercándose a él con cierto temor. Los grises y apagados ojos de la elfa encontraron los del joven, de un negro azabache igual de oscuro que su pelo.— Hermano, por favor. —rogó por última vez con lágrimas en los ojos. Estaba cansada, agotada de huir. Cirith Ungol se situaba a su espalda y frente a ella, la libertad que durante tantos años había ansiado. Minas Morgul era una imagen igual de tenebrosa que la que tenía detrás, pero aquello le hizo sonreír levemente ante la fugaz idea de escapar.
— No, mi querida hermana, esto aún no es el fin. —su voz fue grave, y tan profunda que provocó un frío eco entre las rocosas paredes que los rodeaban.
— ¡Ha muerto! —alzó la voz desesperada por hacer entender al elfo frente a ella, que aquello sí era el fin— Sauron ha muerto. —susurró con miedo. Y como esperaba, su hermano reaccionó ante el nombrado.
— ¡No morirá mientras nosotros sigamos vivos! —desenvainó su brillante espada, su luz fue cegadora durante breves instantes. El arma, forjada en el Monte del Destino, se posicionó frente a la elfa, a quien él había considerado su aliada por dos milenios.
Ella, con su blanquecino rubio, se llevó una mano instintivamente hasta la espada que portaba en su espalda, ambas armas eran gemelas y a su vez, opuestas. La desenvainó con suma lentitud, el oscuro y negro acero, refulgió con una luz extrañamente opaca. Oscuridad y Luz se encontraron danzando en aquella disputa. Pero en ambos elfos, quien portaba el arma más sombría, tenía el corazón más bondadoso. Y quien portaba el filo más resplandeciente, tenía el corazón plagado de tinieblas.
— No quiero pelear contigo, Lómion. —posicionó el arma frente a la de él y rezó a todos los Valar por que impidieran aquel fatídico encuentro.
— Ni yo contigo, Silwen.
El peor error cometido por la elfa, fue subestimar la ira de su hermano. Él dió el primer golpe, dirigido justo hacia su rostro. El filo cortó su mejilla izquierda, rozando el acero desde su ceja a través de su ojo. Por poco pierde la vista en aquella disputa.
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✓ DAMA DE PLATA ⎯⎯ ʟᴇɢᴏʟᴀꜱ
Fanfiction𝗹𝗲𝗴𝗼𝗹𝗮𝘀 𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 [terminada en 2023] Silwen era la última de su linaje sobre la Tierra Media. Desconocedora de su pasado y tras la caída de Sauron, emprende un viaje hacia Ithilien en busca de aquella paz que tanto ansiaba. Pero c...