Señorita | Grayson Dolan | TERMINADA

31

Madison.

Ya es medio día y Jona llega justo a tiempo. Tengo un plan, y espero realmente a que funcione.

Yo me siento en la silla de plástico junto a la pequeña mesa que hay, y lo observo mirar a todo nuestro alrededor.

El cuarto está perfectamente ordenado, e incluso me di el tiempo de ordenar las cajas que tiene. Yo le señalo el sobre con dinero que dejé sobre la mesa tras encontrarlo entre una maleta con ropa.

Le veo tensar sus mandíbulas y caminar a la mesa para tomarlo lentamente.

Sé que no se disculpará conmigo, pero será suficiente para que sepa que puede confiar en mí. Necesito que confíe en mí para lo siguiente que quiero hacer.

"Estaba entre tu ropa." Le digo, ahora abriendo una bolsa que he dejado aparte. "Y supuse que sería bueno tener algo de comida. Ayer se acabó, así que pedí algo con mi dinero."

Él sigue mirándome por varios segundos, hasta que por fin abre la boca para decir algo.

"Ah... bueno." Es lo único que dice. "Lo siento, anoche estaba algo pasado..."

Yo lanzo un resoplo. ¿Anoche? ¿O todos los días?

"Da igual." Finjo desinterés, pero al menos he logrado que me pida una disculpa. "Haré algo hoy por la tarde..."

Jona me mira de inmediato.

"¿Ah, sí? ¿Qué se supone que harás?"

"Conseguiré un trabajo." Me paro frente a él firme, cruzándome de brazos. Antes de que se niegue, lo interrumpo. "No planeo estar toda mi vida dependiendo de tu dinero. Necesito trabajar. Créeme, seré una molestia menos. Y si no confías en mí entonces puedes acompañarme hasta algún lugar y ver tu propia cuenta que no haré nada que no quieras... estaba pensando en algún café o algo por el estilo."

Jona alza una ceja, y luego se dirige a la silla que está frente a mí para sentarse a comer.

"Tengo un rato libre a las 2..."

Yo intento no saltar de alegría. Sabía que funcionaría.

"Bien. Yo iré a la oficina de aquí a ver si hay algún aviso pegado en el mural o algo así..." Me dirijo hasta la puerta, pero entonces Jona se para de inmediato y toma mi muñeca.

"Si tan sólo intentas escapar, te juro que..."

"No lo haré." Le digo, mirándolo fijamente. "Sólo estaré aquí afuera."

Él lanza un suspiro y vuelve a la silla.

Y yo por fin puedo salir de esa puerta por mi propia cuenta. Cuando salgo, el aire tibio pega en mi piel. Yo miro a mi alrededor, viendo la gasolinería que está justo al lado y una que otra persona entrando y saliendo de sus cuartos.

Yo camino el pasillo y bajo las escaleras de cemento para cruzar el pequeño estacionamiento del lugar y llegar a la caseta en donde está la persona que recibe los pagos. Supongo que aquí habrá algo de información acerca del lugar en el que estamos.