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Madison,
al otro día.

Despierto sintiendo mi cuerpo pesado.

Necesito varios segundos para lograr abrir mis ojos bien y captar en donde estoy.

Es la habitación de Grayson, y yo estoy en su cama.

Suelto un suspiro mientras muevo mi piel por las suaves sábanas. Todo se siente bien aquí.

El otro lado de la cama está completamente intacto, y es lógico ahora que recuerdo que Gray se ha dormido en el sofá que está a unos metros de la cama.

Me siento mal por él, pero ha querido quedarse conmigo para cuidarme durante la noche.

Y lo cierto es que se lo agradezco muchísimo.

Me levanto de inmediato, tan rápido como mis piernas me lo permiten. Aunque suelto un quejido al sentarme sobre la cama, porque el costado de mi espalda aún duele.

Aún siento las patadas ahí.

Voy al baño a mojar mi rostro para alejar esas imágenes de mi cabeza, y tras cepillar mis dientes salgo de la habitación. Ni siquiera le presto atención a mi rostro, porque ya sé lo mal que me veo, y aún duele mucho.

Me acerco a paso lento a la cocina, ya que es ahí de donde proviene el
chirrido de un sartén, y cuando llego, me encuentro con la espalda de Gray desnuda mientras cocina algo muy concentradamente.

Ni siquiera se da cuenta de que llego hasta que toco su suave piel con mis dedos y luego me acomodo a un costado del mesón, observándolo.

Él se voltea y sonríe de inmediato.

"Hey, miren quién despertó."

"Hey... ¿Dormiste muy ...mal?" Le pregunto, un tanto insegura. Él no tendría porqué dormir en un sofá en su propia casa.

"No, tranquila. Aunque tus ronquidos sí me molestaron un poco, pero está bien." Hace una mueca.

Yo ruedo los ojos, sabiendo que bromea. O eso espero.

"Pesado." Balbuceo, y él sonríe. Sus ojos están tan achinados y su pelo revuelto que no puedo evitar morder mi labio. Es muy adorable.

"Luces mejor hoy." Dice, apagando el fuego en la estufa. Y entonces se voltea completamente hacía mí.

Quiero cubrir mi rostro, porque no quiero que me vea así. Estoy horrible. Pero al mismo tiempo estoy segura de que no le importa en lo absoluto.

"Supongo que la crema está haciendo efecto." Le digo desviando la mirada, refiriéndome a la crema que me han recetado.

Pero él avanza un paso más, y de a uno posiciona sus brazos contra el mesón que está a mis espaldas, dejándome acorralada.

"Sigues igual de hermosa. Eso lo sabes, ¿Verdad?" Con su mano, levanta mi mentón. Yo trago saliva y lo miro a los ojos.

"Ya lo sabía." Bromeo, despacito. Él sonríe y me da un beso rápido en la cabeza, y luego se voltea para seguir en lo que estaba.

"Te tengo el desayuno listo."

Yo asiento y lo ayudo a llevar la comida al mesón.

"Ah... Gray, ¿Tienes idea de dónde está mi celular?"

Grayson se interrumpe a sí mismo y se voltea a verme, como si lo hubiera pillado con la guardia baja.

"Sí... Bella lo trajo ayer por la noche cuando estabas dormida."

"Ah. ¿Puedo verlo?" Cojo las mangas de la sudadera que tengo puesta, un tanto insegura de lo que él pueda decirme.

A juzgar por su cara no quiere.

"Mad... no sé si será buena idea que lo revises tan pronto, sólo digo."

"Lo sé." Muerdo mi labio, indecisa. "Es sólo que... me confunde no saber qué pasó. Tal vez Jona me texteó algo como advertencia, o simplemente no fue él y ahora está buscándome..."

"Disculpa, nena, pero no dejaré que te arriesgues para averiguarlo. ¿No crees que es mejor simplemente alejarte de él? De todas formas planeabas mudarte en unos días, y puedes estar conmigo el tiempo que creas necesario hasta que estés lista para estar sola."

Suspiro, mirando mis dedos.

Sé que Grayson quiere protegerme, y por sobretodo sé que volver a tener contacto con Jona no es una opción, pero tampoco puedo dejar esa parte tan inconclusa. Debo saber porqué me atacaron. Y debo decirle adiós al moreno con mi propia boca.

"Lo sé, está bien." Asiento.

Pero sé muy bien que debo enfrentar a Jona en algún momento. Y no traeré a Grayson conmigo a esto, él ya ha hecho suficiente por mí.

Lo haré sola.


***

Señorita | Grayson Dolan | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora