Capítulo 4

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- ¡Hiromi!, ¡Hiromi, reacciona por favor! ¡Hiromi! - gritaba desesperado Ritsu mientras sostenía a la joven que estaba totalmente desvanecida.

Tenía los ojos entre abiertos pero sin brillo en ellos, el muchacho no sabía que hacer, aquella mariposa roja había desaparecido sin dejar rastro pero estaba completamente seguro de lo que había visto.
La cargó en sus brazos y corrió sin detenerse hasta la posada, ingresando por la puerta trasera del jardín.
Los gritos desesperados de auxilio por parte de Ritsu despertaron a todo el personal del lugar, irrumpiendo así en la sala principal
- ¡¿Joven Saraki que ocurre?! - preguntó desconcertado el anciano.

- ¡Señor Mikase, por favor ayúdeme! Hiromi no reacciona... la mariposa roja... - trataba de explicar el muchacho.

- ¿Qué?, ¡¿Mariposa?! - Mikase miró el cuello de la muchacha y pudo distinguir la marca - ¡¿Acaso fueron al bosque?! - preguntó.

- Sí, estábamos viendo el arribo, de repente una mariposa roja se posó en su hombro y ella cayó desvanecida...- relató Ritsu.

- Si era roja entonces se trataba de Akai, el espíritu de muerte... no hay nada que se pueda hacer...

El rostro del joven se tornó pálido, se podía ver en él una clara expresión de desesperación y angustia.
En ese momento uno de los empleados interrumpió
- ¡¡¡Señor Mikase está viva!!!

- ¿Qué? - preguntó desconcertado el anciano.

- Sí, su pulso es muy débil pero está con vida - continuó mientras sostenía la muñeca de la muchacha.

- No puede ser... ¡Busquen a Eilen! ¡Rápido, llamenla! - ordenó.

- ¡¿Qué está pasando?!, ¡¿Qué puedo hacer?! - preguntó preocupado Ritsu.

- Le diré la verdad joven Saraki, es la primera vez que veo a alguien que ha recibido la marca de la mariposa y sigue con vida. Antes sólo he visto cadáveres así, la única que puede decir que está pasando es Eilen. Ella conoce todo lo relacionado a las mariposas y su leyenda.

Llevaron a Hiromi a su habitación, Ritsu permanecía a su lado tomándole la mano, se sentía culpable, no podía creer que aquel cuarto que hasta hace unos instantes había sido testigo de uno de los momentos más felices de su vida junto a ella, ahora parecía ser su lecho de muerte.

- Señor Mikase trajimos a Eilen - anunció un empleado.

- Adelante Eilen - dijo el anciano.

- Señor Mikase, ¿Qué ocurrió?... No puede ser... son ustedes - se sorprendió la joven al ver a Ritsu.

- ¿Se conocen? - preguntó Mikase.

- Sí... nos conocimos esta mañana en el pueblo - respondió Ritsu.

- Díganme que ocurrió - continuó ella.

- Recibió el beso de la mariposa roja, pero extrañamente aún sigue con vida. ¿Qué puedes decirnos de esto?

Eilen tocó la marca en el cuello de Hiromi y pasó sus manos por encima de ella
- Siento la maldición...- dijo en voz baja.

- ¿Qué quieres decir?...- preguntó temeroso el joven.

- Sí, está viva, su pulso es débil porque en estos momentos su vida se encuentra entre medio de los dos mundos, el espiritual y el de los humanos...- respondió.

- ¿Por qué no se llevó su vida en ese mismo momento? - interrogó el anciano.

- Esto muy poca gente lo sabe, pero por lo que pude deducir Akai no mata a las personas apenas las maldice.

- ¡¿Qué?! ¿Y por qué hace eso? - se sorprendió Mikase.

- Porque quiere que busquen a Aoi...

- ¿Aoi...?, ¿Te refieres a la mariposa azul? - dijo Ritsu.

- Así es, Aoi es la única que puede deshacer la maldición, ya que dicen que es capaz de cumplir cualquier deseo.
Sin embargo es la primera vez que veo que alguien maldecido cae en este estado. Las personas que fueron marcadas en otras oportunidades me han buscado por su propia voluntad para que los ayudase, a todos les doy la misma respuesta que los espíritus a nuestro alrededor me susurran, "busquen a Aoi...", pero al no hacerlo o no encontrarla al tiempo nos topamos con sus cadáveres...

- ¿Y por qué crees que la dejaría así como está ahora?, sin darle la oportunidad de salvarse...

Eilen hizo un pequeño silencio mientras cerraba sus ojos
- Los pequeños espíritus a nuestro alrededor me dicen " Porque Akai quiere que seas tú quien busque a la mariposa azul... Ritsu Saraki..."- respondió mirándolo fijamente.

- Espera... ¿Dices que él busque a Aoi?... - preguntó sorprendido el anciano.

- Por supuesto que lo haré, dime donde debo buscarla - respondió sin titubear el joven.

- Debes ir a la montaña, dicen que Aoi se esconde en lo más profundo de ese lugar - respondió Eilen.

- ¡¿La montaña?!, es una locura, ¡No puede entrar ahí! - dijo en voz alta Mikase.

- Es la única respuesta que puedo darte Ritsu, esto no tiene que ver con ella, parece que se trata de una prueba para ti. ¿Qué harás?

- Iré. Haré lo que sea por ella - respondió mientras tocaba el rostro de Hiromi - todo esto es mi culpa... ella tenía miedo de ir y yo como un idiota la convencí... Dime todo lo que sepas por favor.

- La montaña de este lugar está plagada de grandes y pequeños espíritus, desgraciadamente la mayoría de ellos son demonios que buscan devorar el alma y la carne de los humanos, por eso nuestros antepasados sellaron su alrededor para que no pudiesen llegar al pueblo. Los rumores dicen que Aoi duerme en lo más profundo de la montaña, dentro de la cueva azul que está cubierta por un extraño mineral de ese color.

- Espera, ¿dices que está dormida?

- Así es, la personas que la encontraron dicen que para despertarla le debes ofrendar los corazones de tres demonios, sólo así cumplirá tu deseo...

- ¿Tre- tres... corazones de demonios?... - dijo impresionado Mikase.

- Es lo que dicen quienes han bajado victoriosos de la montaña.

- Entiendo - respondió sin inmutarse Ritsu.

- Hay algo muy importante que debes saber - continuó Eilen.

- ¿Qué es?

- Tienes sólo cuatro días para encontrarla...

- ¿Cuatro... días?...

- Sí, pasado los cuatro días del Festival, cuando todos las mariposas que están ahora aquí mueran, la vida de Hiromi se irá junto con las de ellas...

Continuará...

Dónde mueren las Mariposas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora