Capítulo 6

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Ritsu y Hiromi fueron amigos desde la infancia, esa amistad que sólo quienes la viven pueden entender.
Él era un niño solitario, único hijo de un padre que se ausentaba constantemente por sus deberes en el ejército, y de una madre que sólo era feliz cuando su esposo regresaba a casa, el resto de sus días los pasaba deprimida sufriendo su ausencia.
En esas circunstancias creció aquel pequeño, pero con Hiromi a su lado no necesitaba nada más, ella llenaba sus días de alegría.

Así, la niña creció a su lado hasta convertirse en una hermosa muchacha que robaba suspiros entre los jovenes del pueblo, incluido entre ellos el propio Ritsu.
Un día descubrió que ya no podía verla más como una amiga, que los sentimientos y deseos que nacían de él sólo al verla eran mucho más fuertes que los de una simple amistad.
Él era dos años mayor que Hiromi, y el día en que ella cumpliría quince había decidido que le confesaría su amor, así que la citó a la orilla del río con la excusa de que le daría una sorpresa, pero lo que nunca imaginó es que ese mismo día recibiría la fatal noticia de la muerte de su padre en el campo de batalla y que el general solicitaba su inmediata presencia para ocupar el lugar de este como correspondía por su descendencia directa.

Así que, esa noche a la orilla del río, en lugar de una confesión de amor lo único que tenía para decirle era la terrible confirmación de una inesperada despedida
- ¿De verdad te irás?...- preguntó apenada la joven que permanecía sentada a su lado.

- Sí, es lo que corresponde según la ley. Pero además de eso yo también soy un orgulloso samurai, fui entrenado para este momento toda mi vida, lo llevo en la sangre - respondió el joven.

- Lo siento Ritsu...me gustaría poder decir algo alentador... pero es una noticia triste para mi...

- Hiromi... yo... quería darte este obsequio por tu cumpleaños - el joven le entregó un pequeño estuche que contenía un hermoso adorno para el cabello.

- Ritsu... ¡es precioso!, muchas gracias - sonrió ella.

- En cuanto lo vi supe que era para ti...

- Te voy a extrañar mucho... promete que volverás...- le pidió mirándolo con esos hermoso y brillantes ojos café que lo volvían loco de amor.

- Te lo prometo...- dijo el joven con pesar.

Se moría por decir mucho más, aquellos sentimientos en su pecho eran como un volcán a punto de estallar, pero meditó sobre la situación y pensó ¿Qué pasaría si ella también correspondía su amor?, ¿Qué sentido tenía ilusionarla y pedirle que lo esperase de un guerra que tal vez no regresaría?, definitivamente sería mucho más difícil para él partir sabiendo eso, así que prefirió no decir nada y que su relación quedase en una profunda amistad.

Pero como si todo eso no bastara la tragedia aún no terminaba para él, pues al volver a su hogar esa noche se encontró con el cadáver de su madre, quien acaba de suicidarse, seguramente tras la noticia de la muerte de su esposo.

Aquella noche ni siquiera tuvo un minuto de descanso pues inmediatamente organizó su velorio. Los padres de Hiromi eran sus vecinos y conocidos de toda la vida, lo querían como a un hijo, así que le prometieron que ellos se encargarían de darle un respetuoso entierro y que cuidarían de su hogar en su ausencia.
En sólo un día perdió todo lo que conocía, y apenas los primeros rayos de sol empezaban a asomarse el joven subió al carro que lo llevaría a la base de guerra.
No quería tener que despedirse de nadie, así que prácticamente se fue en secreto.

El carro arrancó y en pleno movimiento Ritsu apreciaba el paisaje de su querido pueblo que lentamente se iba haciendo más pequeño, pero lo que nunca esperó ver fue la figura de una joven que se acercaba corriendo. Cuando pudo distinguir que se trataba de Hiromi una extraña emoción invadió su pecho, deseaba correr y abrazarla, pero se contuvo y sólo se limitó a observarla.
En un momento Hiromi se detuvo, pues sabía que no podría alcanzarlo, y desde la distancia agitó su brazo para despedirlo con lágrimas en sus ojos seguidas de una tímida sonrisa.
Ritsu pudo ver que llevaba puesto el adorno de cabello que le había obsequiado y en ese instante sintió que su corazón se quedaría para siempre con ella.

Ya en la guerra aquel muchacho demostraba ser un excelente guerrero, tenía una habilidad nata en el campo de batalla, lo llevaba en la sangre. Pero peleaba sin rencor en su corazón, el odio hacia el enemigo era un sentimiento completamente ajeno a él.
El único pensamiento que abrazaba su mente era el de volver a ver a Hiromi, no importaba si ella se hubiese enamorado de alguien más en su ausencia, sólo quería verla.

Así pasó tres años en una cruenta guerra donde se destacó por una curiosa actitud, la de no dejar a ningún compañero atrás.
Ritsu tenía un gran físico y agilidad que le permitían cargar con sus aliados cuando estos eran heridos. Pero ese tipo de acción también le costó terribles heridas que recibió en su brazo derecho tras proteger a un par de compañeros samuráis de la gracia de flechas enemigas envenenadas.
Para su suerte la campaña justo estaba acabando, permitiéndole así regresar a su hogar sólo con las curaciones básicas y un improvisado antídoto. Subió al carro y en una calma noche de verano el joven volvió a su pueblo.
Como era muy tarde fue recibido por apenas unos pocos pobladores que se encontraban despiertos aún y lo ayudaron a llegar a su casa para descansar.

Se moría de ganas de buscar a Hiromi, pero no quería que ella lo viese en ese estado y más aún no sabía que había sido de su vida en ese tiempo, lo más probable es que se hubiese comprometido, ya que cuando se fue ella ya estaba en edad de ello.
Los padres de Hiromi habían cumplido con su palabra, la casa se encontraba en excelentes condiciones pero regresar a allí no lo confortaba, pues ahora era un lugar lúgubre y lleno de recuerdos doloros.
Adolorido, sólo y cansado, Ritsu se limitó a recostarse para ya dormir, no quería pensar en nada, pero su corazón no se lo permitía, la ansiedad de imaginar como podría presentarse nuevamente ante Hiromi sólo iba en aumento.

Lamentablemente sus dolores también, y prefirió dormir para tratar de no sentirlos, pensando que en la mañana estaría mejor.
Al día siguiente despertó con una agobiante sensación de calor en su cuerpo y un punzante malestar en su brazo, se sentía desganado, deseaba seguir durmiendo pero de imprevisto una delicada caricia bajó por su rostro junto con un suave susurró
- Ritsu... despierta - escuchó.

Inmediatamente abrió sus ojos y pudo ver a una hermosa joven que le sonreía, se trataba de Hiromi
- Por fin regresaste... Ritsu...

Continuará...

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