Capítulo 14

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Ritsu desenvainó su espada y tomó una postura de ataque frente a la criatura

- Todo aquel que entra aquí nunca más vuelve a salir... - comentó la Lamia para intimidarlo pero Ritsu continuaba sin responder.

- ¿Qué pasa? ¿No vas a hablarme? Que frío eres... y yo que incluso quise que tuvieses un lindo sueño antes de morir...

- ¿Qué?... - se sorprendió el joven.

- ¿Disfrutaste la fantasía? - preguntó con burla - Todos caen en la tentación de beber agua de esa laguna... Con mi magia provoco que tengan dulces sueños a través de ella... ¿Lo ves? No soy tan mala... - continuó con sarcasmo - No sé qué soñabas pero te veías tan relajado... lástima que despertaste antes de cruzar el umbral del sueño... si lo hubieses hecho te evitarías todo el dolor que sufrirás...

Ritsu nuevamente subió la guardia, la Lamia rápidamente se lanzó sobre él para atacarlo con sus garras pero este la bloqueó con su espada resistiendo así la presión de su ataque.
En ese momento pudo apreciar la dureza y filo de sus garras, sin dudas rivalizaban con su espada.

- Eres joven y hermoso... si no fuese porque tengo tanta hambre te tendría como prisionero... - dijo la criatura aun forcejeando con él mientras buscaba tocar su rostro con su fina lengua - pero conservaré tu cabeza como un recuerdo... lo prometo - se burló.

Seguidamente lo miró de forma directa
buscando hipnotizarlo con sus ojos dorados pero, aunque Ritsu no desviaba su mirada, aquello no surtía efecto en él

- ¿Qué pasa? ¿Por qué no puedo hipnotizarlo? - se preguntó así misma la Lamia.
El joven aprovechó aquella leve distracción y aún resistiendo con su espada pateó el pecho de la criatura para hacerla retroceder y ganar un poco de espacio.
Ella tomó distancia, aun sorprendida por la falla de su hechizo, y al observar en detenimiento pudo apreciar como unas manos transparentes cubrían los ojos de Ritsu aunque este parecía no notarlo.

- Ahh... ahora entiendo... tienes a alguien que te protege... - murmuró burlona y terminó por divisar la figura de una joven detras del samurai, era el espíritu de Hiromi quien se había manifestado para protegerlo de los encantamientos de la Lamia pese a que él ni siquiera podía imaginarlo.

Nuevamente se dispuso a atacarlo, esta vez con su cola mientras se concentraba en obstruir la salida, sabía que si se descuidaba Ritsu escaparía, no podía permitirlo, cada vez sentía más ansiedad de devorarlo.

El joven se las ingeniaba para esquivar los tremendos latigazos en aquel reducido espacio, era rápido de reflejos, hasta que en un momento logró cortar la punta de aquella enorme cola con su espada, la Lamia soltó un grito de dolor

- Me estás haciendo enojar... te resistes demasiado... - dijo apretando los dientes.

- No tengo intenciones de morir, saldré de este lugar con tu corazón en mi mano...

Ella esbozó un sonrisa
- Otro humano codicioso buscando a la estúpida Aoi ¿Verdad? ¿Y qué es lo que te motiva?...

Ritsu no respondió, sólo se limitó a retomar su postura.

- Esa mocosa... ella debe ser la causa...- pensó para sí la Lamia - tienen un vínculo fuerte, por eso lo protege... tengo que deshacerme de ella de lo contrario no podré hipnotizarlo y perderé la oportunidad de comerlo vivo... - terminó de idear, se acercó a toda velocidad y lanzó un zarpaso sobre el rostro de Ritsu buscando herir las pequeñas manos de Hiromi que aun protegían los ojos de su amado, el joven no comprendía que sucedía, lo único que percibió es que aquel ataque apenas rasgó finamente sus mejilla izquierda mientras retrocedía para esquivarla.

Dónde mueren las Mariposas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora