❝Si tu no estas llegando a ser algo, pues finge y pretende que lo has logrado todo. Reparando solo en tu exterior y apariencia para que puedas sentirte libre, siempre sonriendo, nadie lo notará❞.
Después de tanto tiempo soportando ver a alguien comp...
—¿De que estás hablando?, ya pasan de las ocho de la mañana.
Yuu lanzó lejos las mantas y sábanas que la estaban arropando. ¡Oh, mierda!, ¡cierto!. Había olvidado abrir las ventanas para dejar que entrara la luz la noche anterior y la oscuridad todavía estaba intacta, ¡parecía que seguía siendo de noche!.
O bueno, al menos lo seguía siendo para Yuu.
Había sido otra ocasión en la que muy bien, "bien" en el sentido de la palabra, bien había logrado dormir... pues no.
Abrió con prisa las ventanas y el sol le golpeó con fuerza los ojos. Tuvo que cerrarlos de inmediato para evitar quedarse con ceguera el resto del día.
—¡Ya estoy despierta!. Iré al instituto aunque llegue tarde hoy.
Incluso estando en su lugar pudo oír el suspiro que su madre al otro lado largó antes de que sus pisadas se alejaran fuera de su habitación.
¿Porqué tuvo que haberse tragado todo ese coraje el día anterior?, no debió haberle dicho esas cosas a su madre y ahora mucho menos podía quedar mal frente a ella cancelando otra vez la asistencia y posponiéndola para otra ocasión o nunca volvería a confiar en ella.
Corrió hasta el baño y salió de ahí en cinco minutos con una ducha apenas empezada pero que lograba cumplir su objetivo.
Se vistió aún con su cabello goteando. Tuvo que sacudir la cabeza tal cuál cachorro para intentar secarlo. Luego hizo sus coletas.
En el camino al instituto podrían llegar a secarse. Ojalá.
En medio de todo su desorden (de las cuáles las cosas tuvo que mover muchas veces de lugar para encontrar lo que buscaba) halló su mochila y metió cualquier libro que se le cruzó en el camino a la puerta. Luego se pondría al día de lo que sería esa jornada.
Lo único en lo que si le había cumplido a su madre era que se iba a poner al día todos los días que había faltado así que sólo estaría con la falta del aprendizaje que se daría ese mismo día.
Aún tenía inapetencia por lo que podría aprovechar ese tiempo que tardaría en comer cualquier cosa para irse rápido.
Regresó al baño y se vio rápido. Sus ojeras eran un espanto. Suerte que Rei le había enseñado a ocultarlas con algunos productos embellecedores cómo bases y corrector. Usó un poco y luego cepilló sus dientes.
—¡Me voy!. —Avisó en un grito para que le alcanzaran a escuchar donde quiera que estuvieran todos en esa casa.
—¡Yuu!, ¿no vas a desayu
¡CLAP!
La puerta principal se había cerrado y con ella, la presencia de Yuu en ese lugar se desvaneció. Su madre se quedó pasmada observando la puerta
—nar?
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