Capítulo dieciséis

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Apoyo

Estaba pensando en todo y a la vez en nada en ese momento, segundo día sin Touko era un segundo día en el cuál su mente estaba en cualquier otro lugar menos centrada en si misma y mucho menos en lo que debía tener concentración.

Nunca antes había estado tan metida en una situación parecida. 

Quizá era por el hecho de que nunca antes le había importado tanto algo cómo ello.

¿Por qué siempre insistimos en navegar con personas que no son más que un ancla?. El ser humano es un animal social por naturaleza según los estudios, pero a eso perfectamente se le puede cambiar por los términos de caprichoso y terco.

Las puntas de sus dedos contornearon la silueta del borde de la hoja. Estaba terminando de leer la página y sus dedos se movían alrededor del borde cuando estaba a unos cuantos renglones de distancia de terminar la página casi por instinto. Giró la hoja y continuó leyendo aún a sabiendas de que seguía sin entender nada de los últimos dos capítulos que había leído. 

Era una pérdida de tiempo continuar leyendo si al final debería de regresar a leer desde el principio porque no entendía nada.

Cerró los párpados al igual que el libro y lo dejó a un lado sobre la cama. Alcanzó su teléfono y marcó.

No fueron los típicos tres tonos y contestar, para nada, tuvo que llamar cinco veces más y casi que su llamada no fue contestada en ese último intento.

—¿Qué demonios te pasa?. ¿Cinco llamadas y al fin contestas?. Por lo menos pudiste mandarme un mensaje, a lo mejor estabas muerta y yo ni me enteraba.

Supo que al otro lado de la línea existía una gran confusión a juzgar por el tiempo que hubo un prolongado silencio.

—¿Lo siento?. —Murmuró en tono de pregunta. Lo normal era contestar con un "¿hola?" en lugar de una amenaza de muerte.

—Lo siento tu madre. ¿Estás bien?.

—¿Tú crees que faltaría a la escuela si estuviera bien?.

—Bueno, no.

—Genia.

—¿Voy a tu casa?.

—¿Para qué?.

—Porque no quiero que te mates.

Una curva pequeña se vislumbró en sus labios cuando escuchó a Touko reírse aunque fuera bajito y sin ganas.

—No lo haría. Si me mato, Mío me regresa a la vida de un golpe. 

Sabía que estaba mal reírse de eso, pero Touko se río de su propia broma, así que ella también lo hizo.

—Bien, puedes venir. Mis padres se fueron y tengo que ponerme al día con los trabajos.

—Te llevaré todos mis apuntes, llego en una hora.

—Sayaka. 

Le pilló justo antes de que cortara la llamada. Pestañeó y de nuevo atrajo el teléfono a su oreja.

—¿Que?.

—Eres la mejor.

—Lo sé. Ya nos vemos. 

Por mucho que supiera, tanto ella cómo el resto del mundo, que lo que necesitaba Touko en ese momento era una gran bofetada para hacerla reaccionar, cómo su amiga, debía de hacerlo menos agresivo. Debía usar las palabras para convencerla.

Después de todo, por amor nadie se muere.

En la situación hipotética de que por alguna extraña razón de dependencia emocional, Sayaka hubiera quedado con esas secuelas tras su rechazo, (qué por cierto, lo suyo si fue un rechazo, que es peor que un distanciamiento por estupideces) ignoraría y su vida continuaría normal. Porque así es cómo debería de ser siempre.

Incapaz | Yagate Kimi Ni Naru's Fanfic |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora