Capítulo veintiuno

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Retorno

Sus manos se quedaron reposadas contra la puerta, cómo si con eso sus dedos lograsen percibir absolutamente todo lo que fuera material en ese plano existencial. En ese instante el simple hecho de ser consciente le estaba estorbando más de lo que creía.

Aún le seguía pareciendo una mala decisión dejar que se fuera de esa manera. ¿Y si hubiera insistido un poco más?.

Sus ojos se guiaron por una pequeña marca que estaba traspasando la ventana a su costado. La siguió hasta que se esfumó de su vista.
Si hubiera insistido más, probablemente sólo hubiera resultado igual, pero quizá más rápido.

Se quedó embelesada pensando en si que si hubiese hecho alguna otra cosa, las cosas no hubieran terminado de esa forma. ¿Quizá no estuviera sufriendo tanto?. Bueno, hubiera terminado sufriendo de todas formas, pero no en esa situación.

Tantas cosas estaban ligadas fuertemente con otras cosas que alguna vez le llegaron a pasar. Era extraño que todo lo que le rodeaba en su momento alcanzaba a reavivar los recuerdos que su mente tan solo esperaba para poder desechar de su mente para siempre.

Obviamente hay que tener en cuenta que las experiencias de vida forman al ser humano. ¿Qué hubiera pasado si hubiera olvidado todo lo que pasó o si simplemente no hubiera ocurrido?, no es cómo si esas experiencias le hubieran dado más inteligencia aparte de la emocional, pero no es cómo si necesitara inteligencia emocional. Nunca la había necesitado ni tampoco estaba esperando para tener más.

No es cómo si quisiera atesorar para siempre esos recuerdos, ya que no lo hacía en lo más mínimo. Sólo le servían para aconsejar y con suerte, porque sino no serían más que un vil estorbo, y no estaba precisamente para aguantar estorbos en su vida.
Sabía que el odio era un sentimiento venenoso, pero la gente era buena para odiar y nunca se iban a redimir sobre ello, ¿por qué ella debería hacerlo entonces?.

—¡Saeki-senpai!. —Se giró para dar con el estudiante de primer año que había reparado en su postura sin que se diera cuenta. —¿Está bien?.

Demoró más tiempo del que quisiera para asentir con su cabeza. Escudriñó al resto del salón y notó que no había sido el único que le había parecido extraño su comportamiento. Varios de ellos aún seguían mirando.

—¿Acaso les he dado el día libre?, sigan con sus trabajos. —Levantó la mano derecha para cubrirse la sien y que el resto no le viera el rostro justo después de haber dicho eso de una forma tan firme. No se lamentaba por eso, sino porque después, quizá hasta el respeto le terminaban perdiendo.

Los dedos de su otra mano comenzaron a doblarse por la tensión después de unos segundos gracias al apoyo de la misma puerta, de la que no dejaba de apoyarse. Dejó ir una bocanada de aire e hizo que fuese lo menos sonoro posible para que pasase desapercibido ante los otros estudiantes. No era un buen plan seguir llamando de esa forma la atención. 

No entendía porqué se sentía tan ahogada. ¿Qué había de especial ese día para que el simple hecho de cruzar la mirada repentinamente le produjera pequeños espasmos o que tuviera que mantener su respiración intacta por su cuenta?. ¿Su cuerpo se acababa de estropear o que demonios?.

Tomó su bolso, sus cosas y sin dar explicación se fue del club de flores antes de la hora de salida asignada. No era la primera vez que lo hacía, pero tampoco le importaba demasiado, el club no es cómo si fuera una actividad extracurricular, sólo estaba ahí por pasatiempo, podía dejarlo cuando se le diera la gana y nada pasaría, al igual que en su momento hizo con la natación.

Los recuerdos empezaron a dejarla en un dilema que probablemente le llegaría a robar el pensamiento más de una vez; ¿y si esa niña de la piscina hubiera insistido un poco más?. Gracias a lo que había pasado en ese momento fue que había ido a decirles a sus padres que no tenía más razones para seguir nadando, ¿y si esa niña hubiese seguido ahí?, ¿habría cambiado algo?.

Incapaz | Yagate Kimi Ni Naru's Fanfic |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora